En su reciente libro, “Liderazgo y Gestión”, el aragonés Miguel
Ángel Millán desvela que las Congregaciones Religiosas Católicas fueron, desde
su creación (algunas de ellas hace más de un milenio) pioneras en la formación
de emprendedores sociales y en la creación de empresas multinacionales, sin
ánimo de lucro, –con exigencia del Voto de Pobreza a todos sus miembros– orientadas a la formación y promoción social las
clases más desfavorecidas.
El autor del libro, Miguel Ángel Millán Asín Foto: L.N.M. / 2013 |
Para el autor de este libro, las
Congregaciones Religiosas podrían adscribirse dentro de los parámetros de las
actuales empresas multinacionales , con la peculiaridad de que fueron creadas
hace siglos (algunas se remontan al VI antes de Cristo) y de que perviven aún
hoy en día manera exitosa e influyente
en nuestra sociedad global. Aún más, muchas de ellas, especialmente las que se
fundaron a partir del siglo XVIII, fueron auspiciadas y dirigidas por mujeres y
sus miembros, exclusivamente femeninos, se comprometieron (en el entorno de
unas sociedades que hoy definiríamos como “machistas”) fuertemente con labores
de promoción y liberación de las mujeres en situaciones de pobreza y exclusión
social. Es decir, toda una revolución para unos tiempos (lamentablemente nada
lejanos) en los que el status de la mujer era asimilable al de los esclavos de
la Antigua Grecia o Roma.
Por otro lado, Miguel Ángel Millán desvela en
su libro que muchos siglos antes de que naciera Karl Marx y de que surgiera el
comunismo internacional, una de las bases de las Congregaciones Religiosas, fue
la renuncia de sus miembros a la propiedad privada. Y una de sus máximas era
hacer realidad la máxima de que “cada uno trabaje según sus capacidades y
reciba según sus necesidades”. Destaca también el autor, el hecho de que los
Superiores Mayores de estas Órdenes Católicas lo son por elección democrática.
Y eso ha venido ocurriendo desde muchos siglos antes de que en 1789, con la
Revolución Francesa, se instaurasen las bases de la Democracia Moderna y fuera redactada la Declaración de los
Derechos del Hombre.
Portada del libro, publicado por la
Editorial SAL TERRAE
|
Para conocer quiénes fueron aquellos miles de
“emprendedores sociales”, Millán desgrana a través de las páginas de su libro
las obras de algunos de aquellos hombres y mujeres tan relevantes para la
configuración del Pensamiento Occidental, como Agustín de Hipona, La Monja
Egeria, Domingo de Guzmán, Paula Montal, Enrique de Ossó, Teresa de Jesús, Juan
Bosco, o José de Calasanz. Todos ellos
fundadores de Congregaciones Religiosas Católicas con una clara orientación
social en favor de las capas sociales más pobres y necesitadas.
Aquellas personas hicieron posible lo que para
otros parecía imposible y compartieron (aun sin conocerse y viviendo en épocas
diferentes) unos valores comunes que, expuestos de manera clara en este libro,
pueden ayudar a quienes actualmente ejercen labores de liderazgo y gestión en
organizaciones de distinto tipo, y de manera muy especial a los emprendedores
sociales.
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