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Cervantes y Shakespeare unidos por San Jorge
Luis
Negro Marco / Molinogigante
El 23 de abril de 1616 fue un día
trascendental para la historia y la
literatura europeas, ya que en aquella festividad de San Jorge, fallecieron dos grandes genios de
la literatura mundial: el español Miguel de Cervantes, y el inglés William
Shakespeare. El primero creó el arte de la novela y con ella, a juicio del
escritor checo Milan Kundera, dio también inicio a la Edad Moderna , mostrando a través de las andanzas del Ingenioso don
Quijote, cómo la primacía de la razón propugnada por Descartes, reducía el
mundo a las matemáticas y las ciencias, olvidando el lado espiritual, emocional
y sentimental (humano en suma) de la persona. Por eso don Quijote opone a la razón el
ingenio y al racional discurso del método, el más fantasioso y creativo del amor y de los
ideales.
De este modo, a través de sus dramas y
novelas, Cervantes y Shakespeare esbozan geniales
retratos de la espiritualidad del ser humano a partir de los valores fundamentales que la integran: el amor y el olvido, el poder y la humildad, la amistad y la traición, la tragedia y el humor. Sempiternas dualidades que conforman las dos caras opuestas de toda unidad y que, como todo lo humano, contiene el germen de su fin en el nacimiento. Por eso no deja de ser sorprendente y hasta provoca cierta intriga y misterio, que la muerte de ambos ocurriera en el mismo día y año, y que fuese en la festividad de San Jorge; caballero de la cristiandad, también enzarzado en desigual batalla contra gigantes (en su caso un dragón) y movido por el amor (como en los dramas de Shakespeare y como el que siente Don Quijote por Dulcinea), desfacedor de entuertos y liberador de doncellas.
retratos de la espiritualidad del ser humano a partir de los valores fundamentales que la integran: el amor y el olvido, el poder y la humildad, la amistad y la traición, la tragedia y el humor. Sempiternas dualidades que conforman las dos caras opuestas de toda unidad y que, como todo lo humano, contiene el germen de su fin en el nacimiento. Por eso no deja de ser sorprendente y hasta provoca cierta intriga y misterio, que la muerte de ambos ocurriera en el mismo día y año, y que fuese en la festividad de San Jorge; caballero de la cristiandad, también enzarzado en desigual batalla contra gigantes (en su caso un dragón) y movido por el amor (como en los dramas de Shakespeare y como el que siente Don Quijote por Dulcinea), desfacedor de entuertos y liberador de doncellas.
Véase si no cómo en el Quijote, Cervantes hace
referencia al patrón de Aragón (también de Inglaterra) San Jorge: la primera de
ellas, en el capítulo 4 de la segunda parte de la obra: «Pidió don Quijote consejo al bachiller Sansón Carrasco por qué parte
comenzaría su jornada, el cual le respondió que era su parecer que fuese al
reino de Aragón, y a la ciudad de Zaragoza, adonde de allí a pocos días, se
habían de hacer unas solemnísimas justas por la fiesta de San Jorge en las
cuales podría ganar fama sobre todos los caballeros aragoneses, que sería
ganarla sobre todos los del mundo»
Asimismo, también en la segunda parte del
Quijote (en el capítulo 58), Cervantes vuelve a hacer alusión a San Jorge,
cuando en sus andanzas, caballero y escudero se encuentran con unos hombres
transportando unas imágenes cubiertas por lienzos: «Así, don Quijote fue a quitar la cubierta de la primera imagen, que
mostró ser la de San Jorge, puesto a caballo con una serpiente enroscada a los
pies, y la lanza atravesada por la boca, con la fiereza que suele pintarse. Viéndola
don Quijote, dijo: Este caballero fue uno de los mejores andantes que tuvo la
milicia divina; llamóse don San Jorge, y fue además defendedor de doncellas».
En el párrafo anterior, Cervantes se refiere
por boca de don Quijote a la milagrosa aparición de San Jorge en algunas
batallas importantes de la
Reconquista , como la de Alcoraz, librada en el 25 de noviembre del año
1096 entre el rey Pedro I de Aragón y el
rey musulmán de la ciudad, Abd-el-Rahman ante las murallas de Huesca. Según las
crónicas, la batalla duró todo el día y de acuerdo a la tradición, en lo más
recio del combate San Jorge apareció entre los aragoneses, montado en blanco
corcel, ayudándoles de este modo a alcanzar la victoria.
Asimismo, don Quijote, al proclamar a San Jorge como “defendedor de
doncellas”, hace referencia al mito
según el cual, aquel santo y caballeresco héroe habría matado a un dragón,
liberando así a la doncella que había raptado y que tenía encerrada en su
cueva. Y en cuanto a la serpiente enroscada a los pies de San jorge, se trata
de un elemento que también se observa asociado a
algunas representaciones dela Virgen María , como
vencedora del bien sobre la maldad del demonio. Esta doble asimilación de la serpiente enroscada
significaría, según la interpretación freudiana, el intento antropológico por
unir en la figura de San Jorge a los
aspectos masculino y femenino de la personalidad.
algunas representaciones de
Y retomando a Shakespeare, el escritor tampoco
olvidó en su obra al santo patrón de los aragoneses. Así en el acto tercero de
su drama Enrique V, recrea la batalla
de Agincourt (Francia) que tuvo lugar en el año 1415 y en la que se enfrentaron
franceses e ingleses, con victoria final de los segundos. La tradición inglesa
apunta a que San Jorge les ayudó también a lograr la victoria, de manera que
Shakespeare pone en boca del rey Enrique V en el instante en que asalta las
murallas de Harfleur: «Soldados, Dios
está con vuestro rey. Gritad conmigo: ¡Por Inglaterra, y San Jorge!».
En nuestros días, el de San Jorge es el gran
día de celebración para los aragoneses, y curioso que también el universal día
del libro, pues a diferencia de otras comunidades que optan por alzar barreras,
Aragón supo concebirse no como territorio sino como cultura.
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