FIRMAS INVITADAS
Lo primero, creer
Lo primero, creer
"Todo depende de
la fe. La posesión de la verdad o el abrazar la mentira, también depende de la
fe. Y en la fe, lo primero es la voluntad, que impulsa a la razón a aceptar la
verdad o la mentira. O sea, que en la vida humana todo depende de la
relación interpersonal. De ella nace el sentimiento de atracción o de rechazo.
Luego viene la voluntad a tomar postura y luego la razón que le sigue a los
imperios de la voluntad.
Aquí, mentira es lo que no es la verdad. Y aceptar
significa adherirse a ésta voluntariamente o por ignorancia invencible.
Para conocer la verdad se necesitan las dos facultades del alma: la
inteligencia y la voluntad; aunque algunos piensan, erróneamente, que basta
sólo la inteligencia. Analizando el comportamiento de los hombres vemos
que así es la cosa. Y remontándonos sobre este nivel, llegamos a Dios.
De Dios depende,
misteriosamente, que unos abracen la verdad, y, otros la mentira, sin que a
nadie le quite un ápice, la propia libertad. Incluso el planteo que ahora estoy
haciendo depende de mi adhesión a la fe católica. Si yo no fuera católico yo no
escribiría lo que estoy escribiendo sino otra cosa y de otro modo.
Por eso, es exacto decir: Todo
depende de Dios y todo depende de la fe de cada uno. Fe que acepta o fe que
rechaza para creer en otras cosas o seres.
Por tanto, la historia
de cada uno y la universal es sagrada, divina, misteriosa, aunque parezca que
es acción exclusiva de los hombres. Si miramos la historia de la filosofía, una
corriente de pensamiento es realista, y, otra, idealista. Unos afirman que sus
ideas se sacan de los datos captados del mundo externo. Y los idealistas
rechazan eso y defienden que todo es fabricado por el intelecto, sin poder
llegar a conocer lo exterior. El cristiano, por su fe católica, no puede
ser idealista, porque si niega el conocimiento de la realidad externa no puede
tener conocimiento del Dios real que existe fuera del hombre.
Llegar a aceptar la
verdad o la mentira no se hace de repente, sino, poco a poco, empezando
con la
educación desde la infancia en la familia; luego, se continúa con la escuela,
los estudios universitarios y la mayor o menor aceptación del ambiente social en
que uno vive, o, su rechazo. Total, que, concluimos que lo primero es la
fe aceptada por la inteligencia, movida ésta por la voluntad.
"Llegar a aceptar la vida o la mentira, no se hace de repente, sino poco a poco, empezando por la educación en la infancia, en el seno de la familia".- Dibujo: Fernando Negro Marco |
Y aunque digan
muchos o todos que la razón actúa independientemente de su fe, vemos que
ni es así, ni es posible. Lo primero es creer o en la verdad o en el
error, y, luego es razonar dentro de uno de los dos ámbitos. La Fe
católica es la única verdadera por todas las razones racionales que hay, sin
excepción. Pero para abrazar el catolicismo, sólo se puede hacer si uno recibe
de Dios el don de la fe católica. El que no quiere o no puede,
culpablemente, acceder a ella, necesariamente tendrá que creer en la
mentira y emplear su razón dentro del ámbito de ella.
A continuación,
entendemos muy bien, cuáles son las dos consecuencias de los dos modos de
creer, de pensar y de vivir, mirando la vida de las personas. Algunos
dirán que no hay diferencia en la vida
cotidiana, de esas dos clases de personas, porque todas, más o menos, son
buenas, malas, y mediocres. Pero eso no depende de la opción fundamental
que han hecho de verdad o mentira, sino del pecado de los buenos, que así
aguachinan su verdadera fe, y de la bondad natural que, quiéranlo o no, está en
los de la mala fe, pues por ser hijos de Dios, son naturalmente buenos y por
eso hacen actos buenos, a veces. Pero tienen que aceptar, si pueden, que tales
actos buenos sólo lo son, por la Gracia de Dios que actúa en los malos, para
que puedan hacer tales actos buenos. Y sin ella, imposible los hicieran.
Por su increencia
ignoran que sin la ayuda de Dios nadie puede hacer el más mínimo bien. En
cambio, si se rechaza conscientemente a Dios, el hombre todo lo hace mal,
aunque aparente que todo lo hace bien. Todo es pecado y ofensa de Dios, a sí
mismo y a los demás. Por todo esto, convenceos: Todo depende de la fe, o en
Dios, o en la mentira.
Todo lo demás en la
vida personal, nacional, e internacional, es consecuencia de la opción libre y
voluntaria que cada uno hace para aceptar la verdad, pero, ojo, con la Gracia
de Dios, o el rechazo de la verdad divina que Dios ofrece a cada uno, por su
santa Iglesia católica. Por eso... "dime qué fe tienes, y, te diré si vives en la verdad o en la mentira".
Y también: "dime cómo vives tu fe y
te diré qué clase de persona eres". Buena persona, si te
tomas en serio vivir la verdad. Mala, si vives seriamente en tu mentira. Tibia,
mediocre, ¡la peor!, si vives sin comprometerte ni con la verdad ni con la
mentira. Eres "la vomitina de Dios".
Y es que el
hombre está creado por Dios sólo para una cosa "Para creer en católico, vivir en católico, y salvarse". Y el
que se niegue conscientemente a creer, vivirá su vida llena de desgracias,
aunque aparentemente no lo parezca; en ésta vida, y, luego, después de muerto.
"Id y predicad el
Evangelio al mundo entero: el que crea y se bautice se salvará. Y el que no, se
condenará" (Dios).
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