"Viaje al fondo del mar" del Aragón paleozoico
Luis Negro Marco / Zaragoza
Zarela Herrera y Enrique Villas
Fósiles paleozoicos en el valle del río Cámaras (Comarca del Jiloca -Teruel-) Edita:
ADRI-Comarca del Jiloca; 80 páginas.- Teruel, 2013
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Mucho
antes de que los dinosaurios poblaran la Tierra, y de que algunos de ellos (hasta
su extinción total, hace 65 millones de años) quedasen fosilizados en las
formaciones rocosas de Teruel, el territorio que hoy conforma Aragón estuvo
completamente sumergido bajo el océano. Así ocurrió en la Era a la que la
ciencia denomina “Paleozoica” (literalmente, “tiempo de los animales antiguos”)
de hace más de 500 millones de años. En ese tiempo el mar cubría la mayor parte
de la corteza terrestre, y las tierras emergidas eran inmensos desiertos (similares al planeta Marte
) en las que los únicos vestigios de vida estaban constituidos por
algunas plantas primitivas. Alrededor de hace 420 millones de años (período
al que los paleontólogos denominan Devónico) Aragón estaba sumergido bajo un inmenso mar, en los márgenes de un
extenso continente denominado “Gondwana” del que también formaban parte los
actuales continentes de África, América (del Sur) y Australia. Y así sucedió
hasta el final del Devónico (hace unos 359 millones de años) en que los
paleontólogos consideran comenzó el “Carbonífero” (período de alrededor de 60
millones de años de duración, en el que surgieron extensiones inmensas de árboles
gigantescos, que dieron origen, una vez sepultados, al mineral del carbón). En el mar que fue Aragón durante el
Paleozoico, fueron acumulándose, en el transcurso de millones de años,
cantidades enormes de sedimentos que alcanzaban kilómetros de espesor. Y son
precisamente esos fondos marinos (empujados y convertidos en estratos rocosos
en Eras posteriores por fuerzas colosales) los que hoy forman buena parte de los
cabezos y sierras (integradas en la cordillera Ibérica) de buena parte de la
geografía aragonesa; y este es el caso de las sierras de Cucalón y de Oriche, al
norte de la Comarca del Jiloca (entre las provincias de Teruel y Zaragoza) con importantes
afloramientos en el término de la localidad turolense de Santa Cruz de
Nogueras, en el valle del río Cámaras. En muchas de las rocas de esta zona
quedaron los restos fosilizados de los animales primitivos que poblaron aquel
mar; todos fueron extinguiéndose poco a poco hasta desaparecer por completo
hace 250 millones de años durante la mayor extinción en masa que ha sufrido la
Tierra, seguramente debido a la emisión de CO2 de origen volcánico.Los paleontólogos que trabajan en esta
Cartel del Museo de los Mares Paleozoicos. Abrió sus puertas hace algo más de dos años y se encuentra en la localidad turolense de Santa Cruz de Nogueras |
zona (Zarela
Herrera y Enrique Vilas, autores de esta guía) afirman que la mayor parte de
especies de fósiles marinos que se encuentran aquí aún no han sido
identificadas y muchas de ellas son, con toda seguridad, nuevas para la
ciencia. Por eso algunas de las especies que fueron descritas por vez primera
en esta zona del norte de la Comarca del Jiloca, hacen referencia a Aragón, a
sus gentes y parajes del entorno; es el caso, por ejemplo de “Aragocrinus molinoensis”, “Baturria simonae” o “Neopulinella noguerasesnsis”.
Por todo lo
anterior, fue en septiembre de 2011, y gracias a la iniciativa de los
investigadores Zarela y Enrique (ya citados) y la colaboración decidida del Ayuntamiento
de Santa Cruz de Nogueras, la Comarca del Jiloca y la Universidad de Zaragoza, como
se puso en marcha el “Museo de los mares paleozoicos”, ubicado en la localidad
de Santa Cruz de Nogueras; este museo propone un apasionante y didáctico viaje submarino
(como si subiéramos a bordo de una “Nautilus”
máquina del tiempo) para descubrir que lo que hoy es tierra firme de interior,
fue hace mucho tiempo un inmenso y proceloso océano de agua salada en el que
junto a los inofensivos trilobites, esponjas de mar, bivalvos y braquiópodos
con forma de mariposa, convivieron terribles y grandes peces dotados de
armadura y fuertes mandíbulas capaces de despedazar y triturar a sus presas.
Todo esto y mucho más, lo podemos observar y
aprender en esta hermosa guía, con decenas de fotografías de fósiles de gran
calidad, acompañadas de un texto sucinto pero claro e intenso que ayudarán al
lector interesado a adentrarse, por la Comarca del Jiloca, en el siempre
apasionante mundo de la Paleontología que se encuentra ante nuestros ojos y
bajo nuestros pies.
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