“Festa
da uña” de San Lázaro en Santiago de Compostela
Luis Negro Marco / Santiago de Compostela
Lázaro, gran amigo de Jesucristo, fue hermano de María y de María Magdalena, natural de
Betania. A ruego de ellas fue resucitado por Jesús (el milagro de la resurrección de Lázaro, fue muy representado en los capiteles de los claustros de arte románico) el cuarto día de su muerte.
Discípulo predilecto del Señor y consagrado después de su muerte, por los
Apóstoles, marchó a predicar el Evangelio y fundó la Iglesia de Marsella,
siendo su primer prelado durante treinta años.
Mil doscientos años después, surgirían los Hospitalarios de San Lázaro: orden
religiosa y militar fundada en 1119 en Jerusalén y aprobada en 1255 por
Alejandro IV. Tenían por patrón a San Lázaro, y su misión era la de asistir a los leprosos en
Oriente y en Occidente. Introducida en Francia durante el reinado de Luis VII,
en 1572 la Orden fue unida en Saboya a la de San Mauricio.
De esta orden de San Lázaro deriva la palabra
“lazareto”, nombre que se daba en la Edad
Media a los hospitales destinados a los leprosos. Se trataba de espacios perfectamente aislados y distribuidos en muchos edificios destinados a
recibir las personas y cosas que llegaban de países infectados de contagio, para ser ventiladas y desinfectadas
según las reglas establecidas. Los lazaretos se hallan generalmente
cerca de
los puertos de mar y principalmente en las costas del Mediterráneo, a causa del
comercio que se verificaba al levante, sobre todo del proveniente del mar Negro. En los lazaretos, además de los edificios destinados a
vivienda de las personas que hacían cuarentena, y de los empleados, solía haber
almacenes, hospitales, jardines, cementerios, y un locutorio donde dichas
personas podían hablar y recibir a quienes las visitaban.
Subasta de uñas en la iglesia de San Lázaro de Santiago de Compostela, el día 7 de abril de 2014.- Foto: Luis Negro Marco |
En España hubo dos verdaderos lazaretos
(lazaretos sucios): El de Mahón y el de Vigo; hubo, además otros en varios
puertos, llamados lazaretos de observación. También se establecieron lazaretos
provisionales en las fronteras de las naciones y en las afueras de las
poblaciones, para evitar el contagio por vía terrestre en casos de peste o
epidemia. El primer lazareto marítimo parece que fue establecido en Venecia en
1405.
Interesante es la relación entre las palabras "Lázaro" y "lazarillo", este último, muchacho que acompaña y dirige al
ciego, como ocurre en la obra “El Lazarillo de Tormes”. El autor hace en
esta obra un juego de palabras entre "Lazarillo" y “lacerado” ( que signifcaba: herido, infeliz,
desdichado, cantagiado del mal de San Lázaro, es decir, de la lepra) cuando
dice: “Ay, lacerado de mí…” Y con el
mismo significado,
existe la palabra “laceria” (ya muy en desuso) con el
significado de pobreza, miseria, indigencia, fatiga, incomodidad, o trabajo.
Asimismo “lacería” significó en el pasado lepra, o enfermedad de San Lázaro. La
palabra “lázaro” también se utilizaba antiguamente con el significado de andrajoso,
sucio o pobre.
Sete á unha, sete ás dúas, e sete...ás tres. Vendidas por sete euros as derradeiras uñas deste ano. Foto: Luis Negro Marco |
Festa da uña de San Lázaro en Santiago de Compostela
En la ciudad de Santiago de Compostela, cada
año, coincidiendo con la celebración de san Lázaro se celebra cada año A
festa da Uña, que consiste en la subasta de las uñas (manitas de cerdo),
orejas y morro del tocino. Dicha subasta
se realiza en uno de los laterales de la “igrexa de san Lázaro”, en el barrio
compostelano de “As Cancelas”. El origen de A festa da uña se remonta, al
menos, al siglo XVII. La recaudación obtenida por la subasta de las uñas del
cerdo (para cocinar unos callos o hacer un buen morro u orella a la brasa) se
utilizaba para sufragar los hospitales y lazaretos que atendían a los enfermos
sin recursos, especialmente a quienes padecían la lepra, y que estaban
atendidos por los frailes “lázaros” o “lazaristas”, es decir, os “Hospitalarios
de San Lázaro”.
Dicha fiesta tiene una relación evidente con la del cerdo de
san Antón (17 de enero), en cuya
festividad era costumbre, en muchas poblaciones, rifar un cerdo (un cuto, según
una célebre canción de Navarra alusiva a ella). Y, del mismo modo que lo
recaudado por la subasta de “la uña” en Santiago, el dinero era destinado a los
hospitales que cuidaban de los pobres. Es pues una fiesta que se basa en la
beneficencia.
En Santiago de Compostela, A festa da uña dura cuatro días, en los que se instalan, junto a la iglesia de san Lázaro, puestos de ventas de roscas y
rosquillas de manteca, caramelo blanco y anís. También se monta una carpa en la que se programan actuaciones de música (“Banda
Muncipal de Santiago de Compostela y Orquestas bien conocidas, como “La París de Noya” o “Panorama”)
y se hacen degustaciones de cazuelitas de callos de uñas de cerdo con grelos e pemento
picante. “¿Quén da máis…?”
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