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miércoles, 17 de agosto de 2016

Elecciones en España-2016: La parte contratante de la primera parte...


 Luis Negro Marco / Historiador y periodista

 El 4 de agosto de 1984, el capitán Thomas Sankara cambiaba el nombre de su país del África sahelina: Alto Volta, por el de República Popular de Burkina Faso. La primera palabra significa “hombre íntegro”, y la segunda, “tierra natal”, lo que en la lengua diulá  significa “El país de los hombres íntegros”. Un cambio de nombre oficial y simbólico, por cuanto se trataba de romper con el pasado colonial del país africano, y concretar los objetivos de su revolución.

Por definición, una persona íntegra es desinteresada, recta en sus actuaciones, bondadosa, y preocupada por el interés común. Un cúmulo de virtudes que persigue la
acción pedagógica, por cuanto una buena educación ha de ser integral, con el objetivo de insuflar en las nuevas generaciones la misma energía moral de abnegación, buena voluntad y amor a los demás que durante siglos y hasta nuestros días, ha inspirado la obra de los sabios. 

The Beatles. Álbum: Spanish`elections: 2015 - Race to the end
George Harrison"Mirad, chicos: Mariano, Pedro, Pablo, y Albert cruzando en fila por el paso de cebra de San Jerónimo`s road. Jeje". Paul Mac Cartney: "John: ¿crees que habrá gobierno en España?".- John Lennon: "Jaja, Paul, ¿Y tú crees que hay submarinos amarillos?".- Ringo Star: "Jaja, Let it be, Lennon; all they needs is love". Collage a partir de la portada del disco The Beatles: Rock`n Roll Music, Volume 2; editado en España por EMI-Odeon en 1981.- Ilustración de Michael Bryan; collage: Luis Negro
 Asimismo, una segunda acepción de integridad es la de reunión, o composición de una multitud de partes en un todo. En el mundo de la música pop, una de las apuestas más interesantes por la integración de estilos la hicieron los Beatles el 5 de agosto de 1966 (hace ahora 50 años) fecha en que publicaron un revolucionario disco, al que por su mezcla de estilos llamaron Revolver. Vinilo integrado por 14 temas en los que los cuatro de Liverpool supieron conjugar el sitar y las melodías de la India, con la guitarra eléctrica, anticipando también la música electrónica, pero manteniendo al mismo tiempo su popularidad mundial, como demostraron con la inmortal canción Yellow submarine (El submarino amarillo)

 De lo anterior se deduce que ser íntegro implica también ser arriesgado, es decir, tener un espíritu abierto, emprendedor, ávido de conocimiento, rebosante de curiosidad y siempre dispuesto a la exploración de nuevas posibilidades que propicien un logro mayor del hasta entonces alcanzado. Y ser íntegro exige también la capacidad de saber adaptarse a las nuevas circunstancias que propician los nuevos tiempos, por cuanto el dinamismo es la cualidad sustancial que caracteriza a los espíritus íntegros,

 Sin embargo, por extraño que pueda parecer, es la energía del inmovilismo la que prima en nuestra sociedad actual; razón por la cual, desde comienzos de este tercer milenio, estamos asistiendo a la desintegración de lazos esenciales, desde los propios de la familia, hasta los del Estado, y a escala global, a la desintegración de la solidaridad con la comunidad mundial.

 A pesar de que la política de bloques que generó la Guerra Fría quedó volatilizada en 1989 con la caída del Muro de Berlín, los posteriores discursos dominantes a escala  regional y mundial –especialmente el político– lejos de adaptarse a la esperanzadora realidad que se abría una vez derribadas las murallas del enfrentamiento, se han limitado a repetir sus fosilizados esquemas de jerarquía interna y de acción, por cuanto ha  pervivido la dialéctica  de la confrontación en detrimento de la  interlocución,  única posibilidad para el desarrollo justo de la civilización.

 La vaga definición de las identidades (tan solo por aproximación, sin el apoyo de un discurso bien estructurado y fundamentado) limita no solo el diálogo sino también la refutación de los argumentos opuestos. Lo estamos viendo bien a las claras en España, un país de dirigentes políticos con una visión de sí mismos de tal integridad, que les retrotrae a una política de trincheras, por la que (metafóricamente, por supuesto) alzan fronteras ya no sobre, sino bajo tierra, ajenos a la realidad. Líderes políticos tan íntegros que jamás estarían dispuestos a exponerse a la humillante mácula de una negociación con sus indignos homólogos para llegar a un pacto de gobernabilidad.

 Mas sin embargo, la realidad es muy diferente a como alguien oculto en su trinchera jamás podrá ver. Nada más alejado de la integridad de una persona que el irresponsable comportamiento del que ellos están haciendo gala ante la estupefacta e íntegra ciudadanía española.

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