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lunes, 11 de agosto de 2014

Libro de Anne Rice sobre la alta clase social de mujeres y hombres negros libres en la Nueva Orleans previa a la Guerra de Secesión de los Estados Unidos

  La terrible mancha de la esclavitud  

Luis Negro Marco /Milladoiro


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Anne Rice                              
La noche de Todos los Santos
Ediciones B; 854 páginas
Barcelona, 2014
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Fue la primera tierra avistada por Colón tras su larga travesía: Haití (“La Española”) acogió la primera de las comunidades españolas en el continente americano. Las costas de esta isla reclamaron asimismo los náufragos mascarones de proa y popa, con todo su velamen, de la nao “Santa María”, obligando al intrépido almirante a regresar a España a bordo de la Niña. Tierra de esclavos negros procedentes de África, Haití no fue ajena al movimiento de la Francia revolucionaria de 1789. Mas, no por voluntad de los “amos blancos”, sino por la rebelión. Toussaint Louverture (1743-1803) general haitiano, y negro, del ejército español, sentó, a través de sus victorias contra los franceses las bases de la independencia de los esclavos en Haití. Se puede decir que Toussaint fue el “Espartaco” (113 - 71 a. C.) de Roma, quien también murió, tras su larga rebelión contra el imperio romano, sin ver abolida la esclavitud.

Sin embargo un año después de la muerte del general Toussaint, acaecida en Francia en 1803,  su sucesor, el general Dessalines, (también antiguo esclavo africano, natural de Costa de Oro) consiguió derrotar a las tropas napoleónicas comandadas por Leclerc, convirtiendo a Haití en el primer país en declarar su independencia tras una revolución de esclavos. ¿Final feliz? No. Dessalines pronto comenzó a comportarse como un tirano, proclamándose emperador de Haití. Asesinó a la mayoría de colonos franceses que se quedaron en sus plantaciones después de la revolución, y también a sus mujeres, muchas de ellas negras, así como a sus hijos e hijas mulatos. La paradoja había consistido en que junto a la cruel represión esclavista de los colonos europeos, había surgido en la isla una peculiar casta, les gens de couleur, descendientes de esclavos, pero que también llevaban la sangre de los esclavistas franceses y españoles. Su status de hombres y mujeres libres les había permitido ser propietarios a su vez de grandes mansiones y plantaciones de caña, mantenidas  a su vez por mano de obra esclava. Dessalines cargó contra esta casta, asesinando a buena parte de las personas que la integraban. El resto, en su mayoría,  buscó refugio en el sur de los Estados Unidos. Nueva Orleans, en el Estado de Louisiana, fue la ciudad paradigma del asentamiento de aquellas gentes, mezcla de personas esclavas y libres, y de sangre mestiza: africana, hispana y francesa.  
   Les gens de couleur procedentes de Haití, prosperaron a su vez en Nueva Orleans (vendida en 1803, por Napoleón, junto con el Estado de Louisiana a los Estados Unidos), merced a su elevada cultura, a su carácter emprendedor, sus dotes para las artes, y  a su gran capacidad para el trabajo, pues no en vano habían sido anteriormente esclavos. Asimismo la belleza de la mujeres mulatas, y la atracción que ejercían entre los blancos (muchas de ellas estaban casadas con ricos hombres de negocios), llegó a convertirse en toda una leyenda en la Nueva Orleans de mediados del XIX. Sin embargo, los inmigrantes europeos llegados a América para hacer fortuna –más que los propios naturales de los Estados Unidos, que aceptaban de buena gana la condición de personas libres de les gens de couleur, si bien les privaban de cualquier actividad política– pronto empezaron a recelar del elevado status social de aquella alta clase social constituida por mujeres y hombres negros libres. Y sobre el devenir de algunas de aquellas fascinantes familias, hasta la llegada de la Guerra de Secesión (1861-1865), trata La noche de Todos los Santos, obra de la escritora estadounidense Anne Rice. Nacida en Nueva Orleans en 1941, la autora de Crónicas vampíricas realiza en este libro
un magistral retrato de una época y unas gentes sorprendentes y altamente influyentes en el devenir de los Estados Unidos, y  que sin embargo, han pasado prácticamente desapercibidas en la mayoría de los tratados de Historia. Y sin embargo, ahí están: el maestro de esgrima cuarterón (hijo de mestizo y española) Basile Crockere; el daguerrotipista mulato Jules Lion; el inventor negro Norbert Rillieux; o los escritores pertenecientes a la clase de les gens de couleur que hicieron posible la gran obra L´Album Littéraire, en prosa y poesía, que comenzó a editarse en 1843. Sin olvidar que Nueva Orleans, fue a finales del XIX la cuna del jazz, melodía que junto al blues (ambos de origen afroamericano) constituye la base de la música moderna actual.La noche de Todos los Santos es una estupenda novela, muy bien documentada, sobre el prácticamente desconocido mundo de los afroamericanos que fueron libres hasta comienzos de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos. Un tema que en este año de 2014, está siendo de gran actualidad, debido a que se cumplen ahora los 210 años de la proclamación de independencia de Haití, y la UNESCO conmemora este hecho para concienciar al mundo sobre lo que fue la inhumana Trata transoceánica de esclavos. Un asunto que también aborda con rigor e impactante realidad, la reciente y oscarizada película Doce años de esclavitud que protagonizó la actriz Lupita Nyong´o, cuyo meritorio trabajo en este filme mereció el Óscar a  la mejor actriz.  Un rostro, por cierto, el de la actriz mejicana de origen keniano, que ilustra asimismo la portada de este libro: La noche de Todos los Santos. Título que además supone un homenaje al anteriormente citado primer gran libertador de los esclavos de Haití: Toussaint (“Todos los santos”) Louverture. 

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