miércoles, 5 de junio de 2019

Ifni


Luis Negro Marco 

Cartel de las jornadas sobre el "50 Aniversario de la
retrocesión de Ifni", organizadas por el Instituto de
Historia y Cultura Militar (IHCM) en Madrid, durante
los días 8 y 9 de mayo de 2019. 
 Se cumplen ahora cinco décadas (fue el 13 de mayo de 1969) de la ratificación del tratado de retrocesión a Marruecos de la que, desde 1958, había sido provincia  española de Ifni. Dicha resolución, consensuada en Rabat y acompañada de un acuerdo de pesca hispano-marroquí, había sido firmada apenas unos meses antes (el 4 de enero de 1969) en Fez; ratificada posteriormente por los respectivos ministros de exteriores marroquí y español: Ahmed Laraki, y Eduardo Ibáñez García de Velasco, y finalmente, refrendada por el rey de Marruecos, Hassan II y el entonces jefe del Gobierno español, el general Franco.  

El territorio de Ifni (con capital en Sidi Ifni) estuvo constituido por una pequeña porción de tierra (de apenas 1.500 kilómetros cuadrados, y límites nunca bien definidos) situada en el litoral africano occidental, a 300 kilómetros de la isla canaria de Lanzarote. Esta ex-provincia española de África se situaba dentro del que fue Protectorado francés de Marruecos (que se prolongó desde 1912 hasta 1956), y quedaba aislada, a 25 kilómetros de distancia, del Sahara español (con capital en El Aaiún), la otra provincia de los Territorios del África Occidental Española, en virtud del decreto de su reorganización, promulgado el 10 de enero de 1958.

Sin embargo, y como en la totalidad de colonias españolas en África (las otras fueron las provincias de Fernando Poo y Río Muni en la Guinea española –actual República de Guinea Ecuatorial–, independizada de España el 12 de octubre de 1968) la presencia española en Ifni fue breve, si bien intensa. Todo hace suponer que el primer nombre del Territorio de Ifni fue el de “Santa Cruz de la Mar Pequeña”–primera tierra africana incorporada a la Corona de Castilla– tras su conquista, en 1474, por el navegante sevillano Diego García de Herrera. Ocupación que, por otra parte, corrió en paralelo a la conquista de las islas Canarias, culminada en 1496 por Alonso Fernández de Lugo.  No obstante, a lo más que llegó entonces la Corona española, en el caso de Ifni, fue a la construcción de una pequeña fortaleza como testimonio de la ocupación.

Pero aún así,  en los distintos tratados hispano-marroquíes firmados a lo largo de los siglos siguientes, los sultanes de Marruecos siempre reconocieron la titularidad española de aquel pedazo de tierra en forma de media luna. Hasta que en abril de 1934 el gobierno de la II República encomendó al coronel Oswaldo Fernando Capaz Montes (1894-1936) la misión de hacer efectiva la ocupación de Ifni, de cuyo territorio fue el primer Gobernador. Un año después España pasaba a reunificar sus territorios del África Occidental en dos espacios geográficos: Ifni y el Sahara (a su vez delimitado en dos zonas: Cabo Juby, —o Tarfaya— al norte y Río de Oro, al sur).

El 23 de mayo de 2019 falleció el Caballero Legionario Paracaidista
 Comandante Ángel Canales López, Medalla Militar Individual por su
heroica actuación el 8 de mayo de 1957 en Sidi Ifni al rescatar a varios
de sus compañeros de un Junker-52 en llamas.
Con posterioridad, el 4 de abril de 1956 (en plena efervescencia de la descolonización de África), Mohamed V llegaba a Madrid para firmar los acuerdos que habrían de poner fin al Protectorado español de Marruecos y dar inicio a la independencia definitiva del país. Subsistían, no obstante, como territorios españoles, las provincias de de Ifni y Sahara, lo que provocó que en junio de 1957 se produjera un levantamiento armado por parte del denominado Ejército de Liberación de Marruecos, con el objetivo de incorporar a la soberanía del país africano los territorios atlánticos bajo protectorado español, es decir, las provincias de Ifni y del Sahara Occidental. Dicha ofensiva marroquí fue el inicio de “La guerra de Ifni”,  que se prolongó hasta finales de febrero de 1958, la cual resultó muy dolorosa en cuanto a pérdida de vidas humanas por ambas partes enfrentadas. Las bajas españolas se cifraron en 200 muertos, 500 heridos, 80 desparecidos y 40 prisioneros que fueron liberados en mayo de 1958.

El fin de la guerra de Ifni  se selló el 2 de abril de 1958, mediante un tratado por el que la región de Tarfaya pasaba a formar parte de la soberanía de Marruecos, si bien el Territorio de Ifni y el Sahara Occidental continuaban bajo control de España. Ifni, como se apuntaba al comienzo de este artículo, fue retrocedido a Marruecos en mayo de 1969, mientras que el Sahara Occidental siguió  siendo colonia española hasta los acuerdos tripartitos de Madrid, suscritos el 14 de noviembre de 1975 entre España, Marruecos y Mauritania, los cuales llevaron a la  “Ley de descolonización del Sahara”, publicada en el BOE seis días después. No obstante, la cuestión del Sahara Occidental continúa todavía abierta, pues la ONU siguió considerando a España como potencia administradora de su antigua provincia africana, en tanto que aquellos acuerdos no habrían supuesto una transferencia de soberanía sobre el territorio.







domingo, 2 de junio de 2019

Día de las Fuerzas Armadas, 1 de junio de 2019

En defensa de la paz

Luis Negro Marco / Historiador y periodista

El día de las Fuerzas Armadas constituye la celebración de mayor significación en el calendario militar, pues se trata de una conmemoración anual en la que los soldados de los Ejércitos y de la Armada de España confluyen en un común espacio de encuentro y comunicación con la sociedad española, de la cual forman parte y en la cual están plenamente integrados. Un día también en el que los ciudadanos pueden conocer más de cerca las actividades y trabajo diario desarrollado por los militares, que no es otro que el del buen servicio a España y a los españoles, proporcionando la seguridad y propiciando la defensa de la paz dentro y fuera de nuestras fronteras.

Este año los actos centrales y el gran desfile, presididos por los reyes, se desarrollan en Sevilla, ciudad muy ligada a la conmemoración, ya que fue en la capital hispalense donde el 30 de mayo de 1252 falleció el rey Fernando III el Santo, compatrono de España junto al apóstol Santiago. Y es que el Real Decreto –publicado en el BOE del 13 de mayo de 1978– mediante el que se estableció la celebración del Día de las Fuerzas Armadas disponía que, atendiendo a razones de tradición e historia (la Cruz Laureada de San Fernando, instituida por las Cortes de Cádiz en 1811 es la más alta distinción militar que se concede en el Reino de España) dicha fiesta se celebraría anualmente coincidiendo con la conmemoración del santo rey Fernando. Nombre que derivado de la lengua germánica Fried (libertad) Nand (protector) vendría a significar “quien se atreve  a todo en defensa de la paz”. Así mismo, desde 1805 Fernando III es el santo patrón del Arma de Ingenieros, así como el rey que, en 1243, afianzó los pilares de la Universidad de Salamanca, la primera que en Europa ostentó tal título.

Además, el Día de las Fuerzas Armadas se configura como una jornada idónea para rendir homenaje a la bandera de España, símbolo de la nación, y por tanto de la soberanía, unidad, identidad, convivencia y solidaridad del conjunto de la ciudadanía española. Razón por la que en el marco de la celebración de este año, se incluye una exposición –que permanecerá abierta al público en el Ayuntamiento de Sevilla hasta el 15 de junio– dedicada a los 175 años de nuestra bandera (la que Carlos III eligió en 1785 para los navíos de la Armada española) instituida como bandera nacional de España el 13 de octubre de 1843 –durante el reinado de Isabel II–  e izada por vez primera al año siguiente en todos los edificios públicos de la nación.

Este año se cumple además el trigésimo aniversario de la primera participación internacional de las tropas españolas, la cual tuvo lugar en 1989, formando parte de la misión, impulsada por la ONU,  de verificación de la paz en Angola. Desde entonces, las Fuerzas Armadas de España han llevado a cabo más de 80 misiones internacionales en defensa de la paz (15 de ellas actualmente en  curso), todas ellas bajo los auspicios humanitarios y de seguridad de las más altas Instituciones y Organizaciones internacionales.

Así mismo, el Día de las Fuerzas Armadas es una fecha muy especial y emotiva para el recuerdo y para el reconocimiento al esfuerzo y valor de cuantos hombres y mujeres soldados perdieron su vida en defensa de la paz y  de la libertad de todos.

viernes, 31 de mayo de 2019

Semiótica del lenguaje electoral


Las palabras son creadoras de ideas y
de pensamientos, y estos a su vez,
generadores de actitudes, capacidades
y actuaciones
Dibujo: Fernando Negro Marco
Oratoria  de campaña

Luis Negro Marco 

No es de andar por casa, sino exclusivo (no inclusivo) el lenguaje electoral, por cuanto tiende a reforzar los mensajes identitarios en armonía sectaria con quienes los comparten, a la vez que lo es de frontera, en cuanto se esfuerza por levantar muros sentimentales respecto a quienes sostienen ideas diferentes.

Así mismo la comunicación en estos casos, lejos de resultar amable y conciliadora, se esfuerza por estigmatizar al oponente, en una doble línea de acción: por un lado, a través de la difusión de palabras-fuerza negativas para que calen en la opinión pública, de manera que por sí mismas estructuren una idea negativa del oponente; y en segundo lugar, por el constante lanzamiento de mensajes positivos de auto reafirmación moral, que si bien escapan, la mayoría de los casos, de los problemas reales, se adentran en la esfera de los valores morales universalmente aceptados por todas las sociedades avanzadas.

Y en este terreno de la comunicación ocurre a menudo que el mensaje, lejos de ser intérprete fiel de los deseos mayoritarios de la sociedad a la que se dirige –por otro lado, muy fáciles de pulsar a través de las encuestas de opinión– tiene como fin principal, no el de adecuar los programas a las demandas sociales, sino al contrario: conseguir que la sociedad acabe por asumir aquellos como propios y necesarios. De este modo, los candidatos muestran a menudo un gran interés por que el  debate se centre no en la realidad, sino en la imagen interesada que de ella proyecta cada opción, apelando no a la razón de la ciudadanía, sino a sus emociones.

Y ahí radica una de las grandes perversiones del lenguaje electoral: en el giro copernicano que pueden llegar a tener sus posicionamientos postelectorales. Cuestión, por otro lado, que amén de datos estadísticos y de réditos electorales, no es ajena a los necesarios y posteriores pactos de gobernabilidad, marcados por la más pura aritmética parlamentaria emanante de nuestro sistema electoral, regido por la Ley D´Hont.

Por lo demás, los candidatos en campaña asumen la función de auténticos profesores y esforzados maestros (cuales docentes en sus aulas) en instruir y difundir la pedagogía política que su formación pone en escena en sus actos electorales. Por lo tanto, cada una de las palabras que los candidatos pronuncian en los mítines, no son fruto de la improvisación ni del azar, sino de una cuidada selección por parte de sus asesores de campaña, sabedores de que –como señala la lingüista catalana María Ángels Viladot– “las palabras son la creación de un universo de significados que identifica la personalidad, moldea las interacciones de las personas, y construye  una realidad particular”.

Mas a la postre, es preciso que la comunicación (término que en sus orígenes significa “compartir”) sea efectiva y real en los Gobiernos y que tanto las palabras como las actuaciones de los gobernantes respondan a los ideales de universalidad, unidad e integración de la ciudadanía, a cuyo conjunto general de la nación representan, ya que se sustentan en la soberanía y expresión democrática de su voluntad, que en el caso de España, emana de la Constitución de 1978. 

miércoles, 29 de mayo de 2019

Musealizar la vida.Día internacional de los Museos´2019

https://www.elperiodicodearagon.com/noticias/escenarios/musealizar-vida_1362996.html
Musealizar la vida
"Muñeira".- Museo do Pobo Galego .- Santiago de Compostela.- Mayo 2019.- Foto: Luis Negro

Luis Negro Marco 

Los museos son como una encrucijada de caminos en que cada cual decide la dirección que ha de tomar. Porque existen  museos para recordar, para disfrutar, para caminar, para degustar, y para descubrir un sinfín de aventuras que de no haber traspasado el umbral de las puertas de un museo jamás hubiéramos podido siquiera imaginar. En los museos, las musas que los habitan no pasan de nadie sino que se enredan como alegres medusas en las cervices  de los visitantes, mesando sus cabellos, incentivando su curiosidad y las ansias por saber.

Musealizarnos más es quizás lo que precisamos en este mundo cada vez más carente de referentes y de virtudes sin las cuales difícilmente se puede ser feliz. Porque los museos son la fuente de cuya agua es preciso beber, pues de ellos manan las ejemplarizantes artes humanas que a todo gran pueblo siempre acompañan.

Son también los museos sedes del talento, por tanto de riqueza, ya que al igual que ahora es sinónimo de inteligencia, en un principio sirvió la palabra talento para denominar a una moneda, de cuyo buen uso se pueden derivar las mejores obras para el bien común. Sería por tanto de destalentados dejar pasar la oportunidad de entrar en los talentosos museos y beneficiarnos de los grandes valores (otra vez lo monetario enredado con las virtudes) que atesoran.

No son tampoco los museos espacios cerrados, sino abiertos a la imaginación y a  la fantasía de, como en “Una noche en el museo”, sus piezas pudieran recobrar  actualidad y vida y de cómo sería tan estrambótica interacción. Porque en los museos es preciso cambiar nuestros habituales parámetros de pensamiento y realizar un ejercicio de abstracción, pues de otro modo será difícil superar el ruido y la barrera que se alzan desde las vitrinas entre nosotros y las piezas que contemplamos.

Así mismo, los museos nos identifican en lo histórico y humano. “Esto lo conocí, lo viví. Ahí estuve yo” son algunas de las recurrentes frases que se pueden oír a menudo por boca de nuestros mayores en sus visitas a los museos etnológicos. Ropas, aperos de labranza, instrumentos musicales, recuerdos de cuando la guerra… Un pasado que, aun avanzando, sin mirar atrás, hacia el futuro, es necesario conocer, o de otro modo será hacia ese ignorado pasado al que inexorablemente nos dirijamos. Pues como glosa la conocida sentencia: “las naciones que desconocen su historia están condenadas a repetirla”.

Lo que no son los museos, son estaciones abandonadas en las que ya no se alberga la esperanza de escuchar el silbido de la llegada de ningún tren. Bien al contrario, constituyen esenciales puntos de confluencias y encuentro; concurridas puertas de salida hacia un más próspero y solidario desarrollo de las sociedades modernas. Faros de la creatividad alumbrando el rumbo hacia la esperanza de un mañana mejor. Calzadas de peregrinación, rutas universales de fraternidad sin descartes ni exclusiones. Una meta para la cual no hay otro machadiano camino que el que cada caminante marca al andar. ¡Que las musas te acompañen!

sábado, 27 de abril de 2019

el mozambiqueño Ricardo Chibanga, primer y único torero africano de la historia, falleció el 19 de abril en su casa de Golegã (Portugal) a los 76 años de edad

'' Olé  '', Chibanga
Ricargo Chibanga, primer y único torero africano de la historia

Luis Negro Marco
Portada de la revista LA GACETA DE GUINEA
ECUATORIAL,corresòndiente a los meses de
marzo y abril
de 2019, donde ha sido publicado
este artículo.
Ri
cardo Chibanga falleció el día
19 de abril de 2019,
después de que este artículo
fuese enviado a la revista y 
tan solo tres días antes
de su publicación. Sirva de homenaje
y recuerdo a su memoria.
Ricardo Chibanga nació un 8 de noviembre de 1942 en Mozambique, en el barrio de Mafalala de la ciudad de Lourenço Marques (actual Maputo), capital de la por aquel entonces colonia portuguesa, y en donde el gobierno luso había construido, en 1956, una plaza de toros, que es una de las cinco que actualmente siguen existiendo en el continente africano. Miembro de una familia humilde, el padre de Chibanga regentaba una pastelería y su madre cuidaba de sus siete hijos.

En Portugal, para convertirse en torero
 Al joven Ricardo le gustaba ir a ver las corridas de toros, que en la plaza de Lourenço Marques se celebraban en diciembre, abril y durante las fiestas de junio. De manera que, entusiasmado por aprender el arte del toreo en Portugal, en 1962, cuando tenía 18 años, se dirigió al torero portugués Manuel dos Santos y al empresario Alfredo Ovelha, para que intercedieran por él ante el gobernador de Portugal en Mozambique, entonces el almirante Sarmento Rodrigues, para hacer realidad su sueño de trasladarse a la metrópoli para aprender el noble arte de la tauromaquia.

 Poco se podía imaginar entonces el joven Ricargo Chibanga que, con el tiempo, iba a convertirse en uno de los más célebres embajadores de Portugal en el mundo; junto a Amalia Rodrigues (célebre cantante de fados y actriz nacida en Lisboa [1920-1999]); y junto a Eusebio da Silva, jugador de fútbol [1942-2014], que ganó con Portugal la Copa Mundial de Fútbol en el año 1966, y que como Ricardo Chibanga también era mozambiqueño, y también nacido en la ciudad de Lourenço Marques (actual Maputo). 

Ricargo Chibanga (Maputo –Mozambique– 1942), 
 en su casa de Golegã (Portugal) con el capote rojo 
y la espada de torero. Detrás de él, la cabeza de 
uno de los toros que Chibanga toreó y un cartel 
en el que aparece ataviado con el “traje de luce
” característico de los toreros.-    
 Fotografia: Revista Domingo (CM - Correio da Manhã). 
Vanessa Fidalgo
 Al poco tiempo de llegar a Portugal, Chibanga realizó el servicio militar obligatorio en Lisboa, y una vez terminado, se fue a la ciudad de Golegã, aproximadamente a 100 kilómetros al norte de Lisboa, porque tradicionalmente, Golegã había sido una tierra de toros y caballos, y creyó (con acierto) que era el lugar ideal en el que podría aprender para llegar a convertirse en el extraordinario torero que fue.

 El primer toro que lidió fue en la plaza de toros de la localidad portuguesa de Campo Pequeño, en el año 1968, al término de cuya faena salió a hombros del público, por la extraordinaria actuación que llevó a cabo.

Chibanga, “El Africano
  El 15 de agosto de 1971  Rafael Chibanga tomaba la alternativa (ceremonia por la cual el novillero recibe la categoría de torero)  en la plaza de toros de la “Real Maestranza” de Sevilla (España), de manos de los toreros españoles Antonio Bienvenida y Rafael Torres, cortando la única oreja de la tarde (las orejas y el rabo, son trofeos que se ofrecen a los toreros, solamente si su actuación ha sido brillante y ha divertido al público). La consagración de Chibanga como torero fue de tal trascendencia para

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Ricargo Chibanga en 1971,  en una de sus magnificas faenas con el capote, burla la embestida del toro con inigualable elegancia, muy acorde con la más alta distinción del arte de la tauromaquia.-     
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Portugal que la Televisión Pública del país (la RTP) desplazó un equipo de técnicos y periodistas para transmitir en directo el importante acontecimiento.Dos años después: el 14 de abril de 1974 llegaba a la plaza de toros de “Las Ventas” (la catedral española del toreo), en Madrid, siendo confirmado como uno de los mejores toreros del momento. Los periódicos españoles le dedicaron páginas enteras de elogio apodando cariñosamente a Ricardo Chibanga como “El Africano”.

Plazas de toros en África
 Curiosamente, también en África existen algunas plazas de toros, que fueron construidas por españoles y portugueses en sus respectivas colonias y zonas de influencia. Así,  los españoles construyeron en Marruecos (en la ciudad de Tánger), una plaza de toros en 1950; y también construyeron otra en Argelia (en la ciudad de Orán), en 1950. Asimismo, en la ciudad española norteafricana de Melilla también los españoles construyeron en 1947 una plaza de toros, bautizada como “La mezquita del toreo”. Por su parte, los portugueses construyeron en su antigua colonia de Mozambique la plaza de toros de Lourenço Marques (que data de 1956) y en Angola, otra plaza de toros en su capital, Luanda, la cual fue edificada en 1964.


Ricardo Chibanga, armado de capote rojo y espada, realizando una magistral actuación en una plaza de toros de Portugal, rebosante de público.

Picasso, admirador de Chibanga
 El  famoso pintor español Pablo Picasso (1881-1973) gran amante de las corridas de toros, fue un incondicional admirador de Ricardo Chibanga.  En una ocasión, cuando Picasso contaba ya 90 años de edad, se desplazó hasta Arlés (Francia) solamente por ver torear al torero africano. El famoso pintor declaró entonces a los periodistas que el mozambiqueño era de los pocos toreros que todavía eran capaces de llevarle a ver una corrida. Y mientras Chibanga toreaba, Picasso, sentado en las gradas de la plaza, no paraba de gritar: “Olé, Chibanga” (Olé es la exclamación de ánimo que, en España, los aficionados a los corriidas de toros dan a los toreros cuando su trabajo entusiasma al público). En correspondencia Chibanga dedicó a Picasso su segundo toro de la tarde.

De aquella efemérides del encuentro de Ricardo Chibanga con el pintor Pablo Picasso, la revista

estadounidense “Ebony” 

El famoso pintor español Pablo Picasso (a la izquierda, con sombrero, cuando contaba ya con 90 años de edad), saluda a Ricardo Chibanga, en el transcurso de una corrida de toros celebrada en el anfiteatro de Arlés (Francia) en el año 1971. 

(que se publicaba en Washington y  Nueva York) dedicó a Ricardo Chibanga un amplio reportaje a todo color –de cuatro páginas– en su edición del mes de marzo de 1971.

Y También Christian Barnard (1922-2001) el cirujano sudafricano, que en 1968 realizó el primer trasplante de corazón, quiso conocer a Chibanga (el primer y único torero africano de la historia) y al igual que antes Picasso, ambos se conocieron en una de las corridas de toros que protagonizó el torero mozambiqueño.  El doctor Barnard declararía después que lo que más le llamó la atención de Ricardo Chibanga fue que su extraordinaria calidad como torero y excelente persona, residían en su gran humildad.
Portada de la revista estadounidense EBONY, 
(marzo de 1971), con una fotografía de un
combate de boxeo entre los púgiles negros 
Muhammad Ali y Joe Frazier, en cuyo 
interior se dedicaba un reportaje de cuatro
 páginas, a todo color, al torero
 mozambiqueño Ricardo Chibanga.
Torero de fama mundial
 Tras su paso por las más importantes plazas de toros de Portugal y España, Ricargo Chibanga desarrolló su arte del toreo en Francia (toreando en la célebre plaza de Arlés, un antiguo anfiteatro romano reconvertido en plaza de toros) y Latinoamérica, lidiando en la “La Monumental” de Méjico –la mayor plaza de toros del mundo–, Colombia y Venezuela. Pero le quedaba un último sueño: presentarse en la plaza de toros de su Lourenço Marques (actual Maputo) natal. Sueño que hizo realidad en julio de 1973, protagonizando una corrida de toros que fue todo un acontecimiento en Mozambique. En África Ricardo Chibanga también toreó en la plaza de toros de Luanda (Angola), cuando todavía era colonia portuguesa, y en Asia, en la plaza de toros de la isla china de Macau, que también había sido colonia portuguesa.

Retiro definitivo de los ruedos
 Ricardo Chibanga ejerció su arte como torero hasta 1974, después de que en una corrida, el toro al que lidiaba le embistiera, y una banderilla que colgaba de su lomo, le afectara gravemente a su ojo izquierdo.

 Sin embargo,  el gran torero mozambiqueño siguió muy ligado al mundo de los toros, y mandó construir una plaza portátil, llevando el espectáculo a muchas ciudades del interior de Portugal.

 Hoy en día, a sus 76 años, Chibanga vive en la ciudad portuguesa de Golegã, cuyo ayuntamiento lo
Ricargo Chibanga, durante su época dorada
 en el mundo de los toros, ataviado con el espectacular
 traje de luces, que visten los mejores toreros, 
minutos antes de saltar al ruedo el día de su
 alternativa  (15 de agosto de 1971) en Sevilla
ha declarado su hijo adoptivo más ilustre y le ha dedicado una de sus calles: “Rúa Ricardo Chibanga”, en la que se ha colocado una placa con la siguiente inscripción: “Ricardo Chibanga, torero. Alumno de la Escuela de Tauromaquia de Golegã, que tomó la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla, el 15 de agosto de 1971”.

 A día de hoy, Ricardo Chibanga vive reconfortado con el cariño de sus vecinos, y el amor de su familia, especialmente el de su hija Anete Chibanga de 39 años, y con la satisfacción de no haber sido jamás una mera anécdota: la de ser el primer (y hasta ahora único) torero africano de la historia, sino de contar con el reconocimiento de sus compañeros de profesión, así como con el afecto de las personas que tuvieron la fortuna de disfrutar de su arte, y de quienes aún no habiéndole visto torear admiran su coraje, dignidad, y bonhomía propias de una gran persona.







martes, 23 de abril de 2019

El universal patronazgo del caballero San Jorge

Dibujo de VAN HAMME, ilustrando el
presente artículo, publicado en EL
PERIÓDICO DE ARAGÓN, el 23 de
abril de 2019.

San Jorge, símbolo del renacer de la vida

Luis Negro Marco / Historiador y periodista

Inscrito en la lista de mártires de la Iglesia desde el siglo V, San Jorge vendría a representar la personificación del caballero cristiano que combate el mal en defensa de la fe y de los oprimidos, secularmente invocado como uno de los protectores de la religión cristiana, de la verdad y de la justicia.

Conocido como el santo que –montado en un caballo blanco, enarbolando el estandarte de la cruz y embrazando una lanza– acaba con la vida del dragón (símbolo del mal), sin embargo este relato (con orígenes en Oriente) no constó en la biografía de San Jorge hasta finales del siglo XI, coincidiendo con la época de la Primera Cruzada.

De este modo, el honor de haber obtenido el triunfo tras singular combate contra el dragón habría recaído, primeramente, en el también militar San Teodoro de Amasya (santo de Asia Menor, que vivió en el siglo IV) y de tal guisa, triunfante sobre él, aparece representado sobre una columna, erigida en el siglo XII, en la plaza de San Marcos de Venecia. E igualmente, San Teodoro y San Jorge figuran juntos en un fresco del siglo XII, perteneciente a una de las iglesias (la Yilani Kilise, “Iglesia de la Serpiente”) rupestres del valle de Göreme, en Turquía. El nombre de esta iglesia se debe, precisamente, al fresco en que ambos soldados son representados a caballo alanceando a un dragón, en forma de gran serpiente. Y casualmente fue otro santo del mismo nombre, Teodoro de Siceone (583-613) nacido –al igual que los otros dos– en tierras de la actual Turquía, quien profesó una gran devoción por San Jorge, y a quien en buena medida se debe la posterior difusión de su culto a lo largo de toda la cristiandad. Hecho que tambien se refleja en el santoral, pues su celebración antecede en un día (es el 22 de abril) a la del Patrón de Aragón.

San Jorge (a la izquierda) montado sobre un caballo blanco, junto a San teodoro, montado sobre un caballo rojo, en el momento de alancear a una gran serpiente, símbolo del dragón, que a su vez encarna en la mitología al mal. Fresco del siglo XII que se halla en una de las iglesias (la Yilani Kilise: Iglesia de la serpiente) rupestres del valle de Göreme, en Turquía.
San Jorge, que fue tribuno militar en tiempos de Diocleciano, murió mártir –fue decapitado en el año 303– durante las persecuciones contra los cristianos llevadas a cabo por el emperador, no sin antes haber conseguido –según la Leyenda de Oro– la conversión de la propia esposa de Diocleciano, la emperatriz Alejandra, decisión por la cual fue decapitada; considerada mártir, goza todavía de gran culto en la Iglesia ortodoxa.

Por lo demás, no solo muchos países del mundo cristiano tienen a San Jorge como patrón, sino que además su figura aparece asimilada a personajes semejantes de otras culturas y religiones. Así, en Turquía (tierra natal de San Jorge) podría estar asociada al santo musulmán Hizir, transcripción del árabe Al-Kidr (el verde), a quien también se celebra el 23 de abril, y con parecidos cometidos a los que, en la religión hebrea, se atribuyen al profeta Elías, siendo los tres (San Jorge, Hizir y Elías) figuras regeneradoras de la naturaleza y del espíritu.   

En cuanto a su simbología, la figura de San Jorge es ecléctica, basculante entre lo divino y lo humano, entre la paz y la guerra, entre la muerte y la vida, entre el bien y el mal. Un guerrero cósmico al que el ya desaparecido escritor cubano José Lezama Lima imaginó poéticamente “tripulando al caballo alado Pegaso, derrumbando la Constelación del Dragón, rompiendo sus eslabones de estrellas, su cabeza de carbunclo y su engordado buche de luna palúdica…”. Santo labrador (la palabra Jorge proviene de la griega “georgos”, agricultor) cuya llegada, después de Pascua, coincide con la del nacimiento de los primeros brotes verdes en la tierra arada y oxigenada, propiciando con su cíclica victoria el eterno retorno de la vida.  

sábado, 20 de abril de 2019

Semana Santa Cristiana y Pascua Judía


Esencia y costumbres de la Semana Santa

Luis Negro Marco / Historiador y periodista

La Pascua (conmemoración cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo) tuvo lugar –según los Evangelios– durante la celebración de la Pascua Judía. De ahí que las fechas de su celebración estén estrechamente relacionadas con la “Pessah” –paso– fiesta en que los hebreos celebran la salida de Egipto del pueblo de Israel y el paso del Mar Rojo en su éxodo hacia la tierra prometida por Dios.

Sin embargo no fue sino hasta el año 325 cuando, en el concilio ecuménico de Nicea convocado por el emperador romano Constantino, se decidió que la fiesta cristiana de Pascua (la Resurrección de Jesús) habría de celebrarse siempre en domingo (nombre derivado del latín “Dominus” –señor–). Un domingo, por lo demás, concreto y variable: el primero a contar desde la primera luna llena que tiene lugar tras el comienzo de la primavera (en torno al 21 de marzo), oscilando sus posibles fechas de celebración entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

Pero, en realidad, la Semana Santa tiene más de siete días; comenzando por el Domingo de Ramos en que se celebra la entrada de Jesús en Jerusalén, recibido con ramos de palmeras, y aclamado con gritos de “Hosanna” –sálvanos–  y “Rey de Israel”. De ahí la bendición de ramos, que evocan el cobijo que, en el desierto de Elim, ofrecieron las palmeras al pueblo de Israel, en su éxodo hacia la tierra prometida.
Ecce Homo.- Dibujo: FERNANDO NEGRO MARCO ' 19

Ya integrados en la Semana Santa, el día de Jueves Santo era costumbre poner delante de los altares de las iglesias un candelero triangular con velas encendidas, las cuales se iban apagando sucesivamente tras la lectura de cada salmo, significando que al igual que las llamas extintas, al acercarse la muerte de Jesús, sus discípulos le abandonaron. Así mismo, permanecía una vela encendida, debajo del altar, representando a Cristo.

Viernes Santo es el día de manifestación de luto en la Iglesia por la muerte en la cruz del Salvador; jornada de dolor que precede al Sábado Santo, símbolo de la fe y esperanza de su Resurrección. De ahí que muy antiguamente el sacramento del bautismo (la resurrección con Cristo a una vida nueva)  no se  imponía sino en este día y en el del Sábado de Pentecostés. Los bautismales portaban una vela encendida y vestían ropas blancas (albas) en señal de inocencia, que habían de llevar durante ocho días (“semana in albis”) hasta el Domingo de Quasimodo (siguiente al de Pascua) así llamado porque  en ese día, era esta la  primera palabra con que comenzaba el salmo de la misa.

Procesión de Jueves Santo en Porto do Son
 (La Coruña).- Semana Santa de 2019

 Foto: LUIS NEGRO MARCO
El Domingo de Pascua es la culminación de la Semana Santa, la Resurrección del Redentor, después de que María Magdalena, acompañada de otras dos mujeres, descubriera que el sepulcro donde Jesús habia sido enterrado estaba vacío. Y para hacer creíble al mundo esa verdad, siguieron diversas apariciones de Jesús a sus apóstoles a lo largo de los 40 días  que transcurrieron antes de su definitiva Ascensión a los cielos. Un motivo de alegría que, en la Edad Media, tuvo su prolongación durante toda la semana posterior al domingo pascual (conocida como la “Octava de Pascua”), aunque actualmente solo perdura como festivo (y no en todos los lugares) el lunes inmediato, día en que tienen lugar numerosas romerías, y en el que hacen su aparición las dulces monas de Pascua (del árabe “munna”, provisión de boca). Por influencia anglosajona son habitualmente presentadas en vistosas y artesanales figuras de chocolate (originariamente un conejo: el “Easter  Bunny” de la Pascua inglesa); sin embargo, en España las monas de Pascua son, tradicionalmente, roscas a base de harina, huevos –que tambien pueden aparecer cocidos, e incrustados con su cáscara en la masa– y azúcar; elementos (el huevo) y forma (circular) que a su vez son símbolos del ciclo infinito de la vida: nacimiento, muerte y renacimiento, muy acordes con el significado de la Semana Santa.

Finalmente, destacar que es al emperador francés Napoleón Bonaparte a quien se atribuye el origen de las “tortillas del lunes de Pascua” cuando, estando con su Armada en la localidad francesa de Bessières, ordenó se hiciera una “omelette” (tortilla) gigante para sus tropas. Sin embargo la costumbre de la “tortilla pascual” sería una manifestación mucho más antigua y extendida por toda Francia, especialmente en la región de Occitania. Una tradición que, en España, encuentra su paralelismo más próximo en la ciudad de Teruel, donde el martes posterior al Domingo de Pascua es festivo, y los turolenses lo celebran con alegres comidas campestres.  Una fiesta a la que, ya a finales del siglo XIX, la prensa local bautizó con el sugerente nombre de “El Sermón de las Tortillas”.