FIRMAS INVITADAS
No soy pesimista
No soy pesimista
Sería el año 1978 –o
1979–. Entonces, oí de un buen hombre de pueblo: «Ahora ya sé que España no tiene solución». Y, yo, joven, pensaba: «qué pesimista; claro, es ya viejo». Pero ahora pienso: «Cuánta razón llevaba». También
recuerdo muy bien esto: Corría el año 1981, y dijo otro hombre de pueblo: «Lo que nos pasa ahora a los españoles es
que nos hemos olvidado de Dios y por eso nos pasa lo que nos pasa». Pero en esta ocasión le di toda la razón.
Ahora veo que
nuestros políticos no saben ni por dónde les da el aire, por haber perdido la fe
católica como punto de referencia para conocer si gobiernan bien o mal;
simplemente, gobiernan, como sea, pero gobiernan. Veo que hay mucho
desbarajuste entre ellos.
Por donde vivo ahora,
los pueblos están semivacíos, con vecinos viejos y solos. A veces se caen en
sus casas y llaman a alguien que los levante, si lo encuentran. Cada vez hay
menos vocaciones para sacerdotes y monjas, de manera que los fieles se sienten
desamparados espiritualmente. Oigo cada vez, con más frecuencia: «O parimos, o, desaparecemos».
Sin embargo, por ser
yo cristiano, que se esfuerza por tener viva la fe católica, no soy pesimista.
No
puedo. Me está terminantemente prohibido. Y ello, por varias razones. Porque
Dios es autor y protagonista de la vida de cada español y de la Historia de
España; porque sé bien que el mal hace mucho ruido y aturde; en cambio el bien
no hace ruido; y sé muy bien que hay más bien que mal, porque Dios existe y es «lo Bueno». Y el mal
no existe, pues es sólo carencia de bien.
"Por ser yo cristiano, que se esfuerza por tener viva la fe católica, no soy pesimista" Dibujo: Fernando Negro Marco |
Y también sé que los
que quieren hacer lo malo, si no se arrepienten, están condenados a desparecer;
y que sólo triunfan los buenos, porque sólo a ellos los sostiene y favorece
Dios, y, deja sueltos a su aire, a los que quieren ser malos.
Y para remate, yo
alimento mi optimismo a diario, rezando lo que Dios nos enseña por el Profeta
Habacuc: «Aunque la higuera no echa yemas / y las viñas no tienen
fruto / aunque el olivo olvida su aceituna / y los campos no dan cosechas
/, aunque se acaban las vacas en el redil / yo exultaré con el Señor / me
gloriaré en Dios mi salvador».
Por todo eso, no soy
pesimista, sino completamente optimista; mejor dicho: «yo espero
contra toda esperanza», según nos
lo enseña Abraham, nuestro padre en la fe, y también Nuestro Señor Jesucristo,
que dice que Dios puede hacer hijos de Abraham, hasta de una piedra.
¡Ah!, pero para mantener viva esa esperanza, ni te
imaginas la cantidad de rosarios que rezo al día, porque gracias a Dios y a la
Virgen María, tengo fe y querencia para rezarlos. Y a propósito: también
tú puedes rezar un rosario al día. Pero si se te hace largo, no dejes de rezar
cada día las tres «Ave María», y, así la
Virgen te llevará al cielo. No te rías que es verdad esto, pues es devoción aprobada
por la Iglesia. ¿Puede haber algo más barato para ir al Cielo?
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