Zaragoza merece
un mejor transporte público
Luis Negro Marco / Zaragoza
Desplazarse en Zaragoza por
medio del transporte público resulta cada día más difícil. En una de sus más de 3 averías de media al mes, el 5 de diciembre, el tranvía sufrió una en su parada de La Romareda. Tras
casi diez minutos de espera, finalmente se anunciaba por megafonía que el
convoy había sufrido una avería y que reanudaría su marcha en breve. Pero a los
tres segundos, también por megafonía, se anunciaba que los pasajeros debíamos
apearnos pues ese tranvía no continuaría su marcha. Así lo hacemos. Opto
entonces por ir caminando hacia mi trabajo (al que por supuesto llego tarde),
pero cuál es mi sorpresa cuando a la altura de la plaza de san Francisco
aparece el tranvía. Aún lejos de la parada corro hacia él. Demasiado tarde. Las
puertas se cierren mientras aprieto en vano el pulsador de apertura. Y como yo,
otros viandantes. Así que debo seguir caminando hasta la plaza de Aragón,
porque (eliminadas las líneas de autobús del 30, el 40, el 20, y el 45 que
antes hacían ese recorrido) la única alternativa de transporte público
actualmente existente entre la plaza de Paraíso, Gran Vía, Paseo de Fernando el
Católico y Paseo de Isabel la Católica, es el tranvía si lo que se pretende es
desplazarse hacia el centro de la ciudad. Y si el tranvía tiene una avería,
pues nada, a resignarse, porque ni siquiera se anuncia al viajero la
posibilidad que le asiste de, como mínimo, recobrar el importe de su billete.No se comprende tampoco cómo una ciudad como
Zaragoza, en plena expansión, tiene tan desatendido el transporte público de
sus barrios, y es
que ir a Juslibol, por ejemplo, es una auténtica excursión.
Tampoco se entiende que hasta el pabellón “Príncipe Felipe” tan solo llegue la
línea 51. Así el 4 de diciembre, tras el partido del CAI de
Baloncesto, una riada de personas llegábamos hasta la parada y solo había un
autobús en la parada. Claro, se llenó en seguida. Personalmente opté por ir caminando.
Hasta llegar a la confluencia con la Avenida de san José no vi ningún autobús
que subiera hacia el Pabellón. ¿Cómo es posible que el Ayuntamiento no
contemple refuerzos para eventos deportivos de tal magnitud? Bien, pues en la
Avenida de san José, cogí la línea 40.
Antes, me hubiese llevado hasta muy cerca de casa, pero con el nuevo trazado de
la línea, hube de bajarme en la plaza de Aragón. Allí me aguardaba una
sorpresa: el luminoso indicaba 19 minutos para la llegada del próximo tranvía,
y solo eran las diez y media de la noche. Está claro que el Ayuntamiento de
Zaragoza quiere que los zaragozanos practiquemos el footing. Pero ¿y las
personas de avanzada edad o con problemas de movilidad? Es urgente que los responsables municipales
se pongan a trabajar ya para que los zaragozanos dispongamos de un servicio
público de transporte de calidad, y no el que ahora tenemos, con tranvías
abarrotados, sin posibilidad además de donde agarrarse, siendo el chiste de
moda entre los pasajeros: “al menos, con tanta gente, seguro que no nos
caemos”. Y un último apunte: En el tranvía, al
anunciarse por megafonía las paradas en
las plazas se escucha: “plaza de san Francisco”, “plaza de España”, pero al
llegar la de Aragón se oye –y se lee en el indicador: “próxima parada: plaza
Aragón”, cuando lo correcto es decir, como en las anteriores, “plaza de
Aragón”. Así que a ver si en esto, como en cuanto a la calidad y criterio
racional de la red de transporte en la
ciudad, el Ayuntamiento de Zaragoza se pone a trabajar ya, para que de verdad
podamos sentirnos orgullosos de ser “ziudadanos”. Que para eso pagamos nuestros
impuestos.
Varias personas descienden del tranvía tras una avería sufrida en la parada de La Romareda, el pasado mes de diciembre.- Foto. Luis Negro Marco |
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