La crucifixión de
Jesús, el más cruel de los suplicios
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/mas-cruel-suplicios_935958.html
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Luis Negro Marco / Santiago de Compostela
Mas la pasión y crucifixión de Cristo fue un
hecho real, constatado incluso por la Arqueología , en el que Jesús, Dios y hombre, dio
su vida por la redención de la Humanidad. Aquellos acontecimientos comenzaron en
Jerusalén, con la triunfal entrada de Jesús en la ciudad, aclamado al grito de
“hosanna”
(danos la bendición). Es posible que aquel día fuese el anterior al
de la Pascua
judía, celebración que duraba siete días (al igual que la Semana Santa cristiana) desde el 14 de marzo –fecha en que
los hebreos salieron de Egipto hacia la Tierra prometida– hasta el 21 del mismo mes, en
que pasaron el Mar Rojo. El cristianismo consagró el domingo a la Resurrección de Cristo
y como día de reposo, del mismo modo que para los judíos lo es el sábado (yom
ejad).
Reproducción fotográfica del cuadro de "Jesús crucificado" de Velázquez.- Foto: Luis Negro |
Llegada la noche del día anterior a la Pascua judía, y una vez
Jesús fue prendido y llevado ante Caifás (era tarea de los dirigentes judíos,
Caifás y su Consejo, mantener el orden en Judea), el tribunal resolvió
entregarlo a los romanos, acusado de rebelión. La pena romana por sedición en
tiempos de Cristo, era la crucifixión, un castigo terrible que Cicerón describe
como “crudelissimum teterrimunque
supplicium”, el tipo de pena de muerte más cruel y abominable. Pero la
crucifixión –a la que siempre precedía la flagelación– no sólo fue practicada
por los romanos, sino también por los cartagineses, griegos, sirios, persas, y
egipcios. Y en todas estas civilizaciones era considerada como la pena capital
más dura e ignominiosa, reservada a los esclavos, ladrones, asesinos y
responsables de sedición.
Sin embargo, los cuatro Evangelios no
concuerdan entre sí respecto al relato de la Pasión , porque fueron escritos entre 40 y 80 años después de ocurridos los
acontecimientos, y recopilados después del 70, cuando la ciudad de Jerusalén
fue destruida por el emperador Tito.
En cuanto a la condena de Jesús, ninguna ley
judía habría podido castigar a alguien sólo por autodenominarse “El Mesías”;
sin embargo es muy posible que Caifás considerara la llegada de Jesús a
Jerusalén como una amenaza para la paz. La ciudad, llena de peregrinos a causa
de la Pascua ,
era un polvorín desde que, pocos días antes, Jesús hubiera causado una gran conmoción en el barrio de los
mercaderes del templo al censurar a los cambistas (“habéis convertido la Casa
de mi Padre en una cueva
de ladrones”, les había espetado Jesús). Podía
volver a hacerlo. De manera que, en interés de toda la nación, y con objeto de
evitar una venganza romana masiva, Caifás habría decidido que debía ocuparse de
él. Sin embargo, se quitó de encima la responsabilidad y lo entregó a los
romanos. Un hecho este, atestiguado por
los cuatro Evangelios y confirmado por Josefo, historiador romano del siglo
I. Del mismo modo, Tácito (53-132 d.C.)
autor también romano, asevera igualmente que Jesús fue crucificado por el
procurador Poncio Pilatos. De manera que teniendo en cuenta todos estos datos,
la responsabilidad de la crucifixión de Jesús recayó sobre Pilatos (bien que se
lavara las manos) y en última instancia, sobre el Imperio Romano, al cual
representaba.
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