The Paper´s Boys
Luis Negro Marco / Punta Mbonda
En
plena Guerra Civil española, el cineasta mejicano Ramón Peón estrenaba una
película que llevaba por título “Los chicos de la prensa”; cabecera que a su
vez utilizó en 1996 el escritor Juan Carlos Laviana para un libro, editado por
Nickel Odeón, en el que exponía las intensas conexiones existentes entre el
periodismo y el cine. Ciertamente
intensas, de tal manera que “Ciudadado
Kane” –dirigida, interpretada y estrenada por Orson Wells en 1941–, considerada como una de las diez mejores
películas de todos los tiempos, habría estado inspirada en Randolph Hearst,
magnate de la prensa de los Estados Unidos, fundador de 28 influyentes
periódicos en su país.Se cuenta que
antes de estallar el conflicto, y ante los persistentes telegramas de uno de
sus corresponsales en La Habana sobre la normalidad absoluta en la capital de
Cuba, Hearst le habría contestado: “usted envíeme las noticias y yo le enviaré
la guerra”. Pero en las sociedades modernas y democráticas, la prensa solo
tiene sentido desde la veracidad de las noticias, verdadera medular de los
medios de comunicación, que ante todo deben generar confianza y credibilidad.
Y hoy es el día de San Francisco de Sales, el
patrón de los periodistas. Nacido en el
actual departamento francés de Saboya, en 1567, murió en Lyon, en el año 1622. En
París, se graduó en retórica, filosofía, y teología, y con 24 años, alcanzó también
el doctorado en Derecho. Sus escritos
pronto empezaron a destacar por ser a la vez que muy bien documentados,
cargados de concreción y sencillez, de manera que se entendían con facilidad entre
todos los estamentos sociales, incluso en los más legos en las materias que abordaba. Una vez que en 1593
eligió la carrera eclesiástica, fue nombrado misionero de Chablais, provincia
del Ducado de Saboya, de mayoría calvinista. Y fue allí donde San Francisco de
Sales, con su sensible y respetuoso modo de predicar, sentó las bases de una
premisa que todas las naciones se esfuerzan aun hoy en día por alcanzar: “conquistar
los corazones y las mentes de las personas”, es decir, generar confianza y amor
a través de la verdad.
A él se debe la idea de elaborar manuales
sencillos, cortos y prácticos, así como la impresión de hojas en tamaño
tabloide, para la propagación de las enseñanzas cristianas. Un “periodístico”
modo de evangelizar, por el que en 1602 fue nombrado obispo de Ginebra.
Tras su muerte, esas hojas fueron
reunidas en un solo libro: "Controversias",
cuyos originales se conservan todavía en el convento de la Visitación de la ciudad francesa de Annecy. Francisco de Sales fue canonizado en 1665 por
Alejandro VII, y teniendo en cuenta la calidad de sus publicaciones, Pío IX lo nombró en 1877 doctor de la Iglesia. Finalmente,
fue Pío XI, en su Encíclica del 26 de enero de 1923, quien lo declaró
Patrono de los periodistas y escritores. Entre otros motivos justificativos de
su designación, el sumo pontífice exponía que al igual que hizo San Francisco
de Sales con sus obras a lo largo de toda su vida, los medios de comunicación “esclarecen,
difunden y vindican la sabiduría”. Del mismo modo, el papa exhortaba en su carta
a la moderación, y que –siguiendo el ejemplo de San Francisco de Sales– “no se
corrompa la verdad ni se debilite o disuelva so pretexto de no ofender al
adversario; que [los periodistas] cuiden también de la belleza y elegancia del
lenguaje y distingan y adornen los conceptos con palabras tan luminosas, que
los lectores encuentren deleite en la verdad”.
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