Constitución, ley y democracia
A lo largo de su historia, España
ha tenido 7 Actas fundamentales, incluida la Constitución de 1978
La primera de las
constituciones que han existido en nuestro país, fue la de Bayona, nombre con
el que se conoce a la otorgada en dicha ciudad francesa por el rey intruso José
Bonaparte el 6 de julio de 1808. Sin embargo, el verdadero origen del
constitucionalismo español lo marcó la Constitución de 1812, sancionada el 19 de marzo
de dicho año (festividad de San José –de ahí su apodo de «La Pepa »
–), por las Cortes Constituyentes de Cádiz. Fueron
Luis Negro Marco
redactadas aquellas durante el cautiverio del rey Fernando VII, quien no la quiso aceptar una vez repuesto en el trono de España. De modo que el texto fue abolido el 4 de marzo de 1814. Sin embargo, muy de acuerdo al devenir histórico de España, fue restablecida de nuevo tras el golpe de estado del general Riego, en Cabezas de San Juan, el 1 de enero de 1820.La Constitución de 1812
volvió así a estar vigente hasta el 29
de septiembre de 1823, y fue “resucitada” de nuevo en 1836 –durante la Primera Guerra Carlista–. Poco
duró no obstante aquella restauración, pues el 18 de julio de 1837 fue
sancionada una nueva Carta por las Cortes convocadas a tal efecto, y aceptada
después por la regente María Cristina, en nombre de su hija –entonces menor de
edad– la reina Isabel II. Esta
Constitución, reformada en 1845, robustecía el poder real y centralizaba la
administración, convirtiéndose en la bandera del «Partido Moderado».
Luis Negro Marco
redactadas aquellas durante el cautiverio del rey Fernando VII, quien no la quiso aceptar una vez repuesto en el trono de España. De modo que el texto fue abolido el 4 de marzo de 1814. Sin embargo, muy de acuerdo al devenir histórico de España, fue restablecida de nuevo tras el golpe de estado del general Riego, en Cabezas de San Juan, el 1 de enero de 1820.
Con pequeñas modificaciones
e intervalos, se prolongó la vigencia del texto anterior hasta
1868. En aquel año, el acuerdo alcanzado entre diversos partidos, propicio que el 6 de junio de 1869 se promulgase una nueva Constitución para España. Un Acta en la que dominaban los principios democráticos, y se identificaba a la monarquía hereditaria como la forma de gobierno, apoyada por un Senado de carácter electivo. Sin embargo esta Constitución quedó derogada en estos dos puntos, con motivo del advenimiento dela I República
(proclamada el 11 de febrero de 1873), en virtud de la cual, España se
convertía en una República democrática federal. Forma de gobierno que
duró menos de un año, a causa del golpe de estado protagonizado por el general
Pavía el 3 de enero de 1874.
1868. En aquel año, el acuerdo alcanzado entre diversos partidos, propicio que el 6 de junio de 1869 se promulgase una nueva Constitución para España. Un Acta en la que dominaban los principios democráticos, y se identificaba a la monarquía hereditaria como la forma de gobierno, apoyada por un Senado de carácter electivo. Sin embargo esta Constitución quedó derogada en estos dos puntos, con motivo del advenimiento de
Dos años, después –conclusa la tercera
guerra carlista y proclamado Alfonso XII como nuevo rey de España–, el político Cánovas del Castillo asumió la
responsabilidad de elaborar una nueva Constitución para España, cuyo texto fue
producto del acuerdo entre el Partido Conservador y las fracciones afines, redactado por una «Junta
de Notables», y aprobado finalmente por las Cortes –con ligeras modificaciones–
el 30 de junio de 1876. La nueva Carta establecía la monarquía legítima de
Alfonso XII, la tolerancia religiosa, y la creación de un Senado mixto. Este
Acta fundamental se mantuvo en vigor durante 47 años, siendo la Constitución más
longeva que hasta ahora ha tenido nuestro país.
Su vigencia finalizó en septiembre de 1923, bajo el reinado de Alfonso
XIII, a causa del golpe de Estado del general
Primo de Rivera, que estableció una Dictadura militar en virtud de la cual dejaba en suspenso
(pero no cancelaba) la
Constitución de 1876. Pero
dado que la Dictadura
no conseguía, aunar las voluntades y aspiraciones ciudadanas de las distintas
regiones de España, Primo de Rivera ordenó a la Asamblea Nacional (en realidad una imitación del «Gran Consejo fascista» de Mussolini)
la redacción de una Constitución, que en realidad fue una “Carta Otorgada”, es
decir, no emanada de la soberanía popular. Eso aceleró la caída de la Dictadura , que culminó
con la dimisión de Primo de Rivera el 29 de enero de 1930.
Un fin de la dictadura que anunciaba asimismo
el de la monarquía, cuyo desencadenante fue el arrollador triunfo obtenido por
las candidaturas republicanas en las elecciones municipales del 12
de abril de 1931; dos días después, Alcalá
Zamora anunciaba el advenimiento
de la II República, y con ella
una nueva Constitución para
España, que se promulgó el 9 de
diciembre de 1931. Un texto que acometía grandes reformas en terrenos tan
importantes como el de la agricultura, la iglesia, la educación, el ejército, la justicia, y el
desarrollo de los Estatutos de Autonomía para Cataluña, País Vasco y Galicia.
El 22 de
noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, Juan Carlos I era coronado rey de España, iniciándose la Transición, que abría las puertas a nuestro
actual Estado democrático. En diciembre
de 1976 quedaba aprobada mediante referéndum
la Ley para la Reforma Política
de España, y el 6 de diciembre de
1978 los españoles aprobaron
–nuevamente por referéndum– la actual Constitución
española.
Nuestra actual Carta Magna contempla a España
como una Monarquía constitucional, de la que es rey Felipe VI, y un Estado
autonómico, cristalizado en un régimen democrático estable y plural, que debe seguir avanzando por la senda de la legalidad constitucional,
es decir, de la democracia.
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