Firmas invitadas
(P. Ignacio de Nicolás, escolapio)
XII Domingo del tiempo ordinario: Tempestad en el lago
(Mc 4, 35-41) /Lugares paralelos: Mt 8,23-27; Lc 8,22-25
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P. Ignacio de Nicolás, escolapio
Las circunstancias: Y dice a ellos, en
aquel día, llegada la tarde: Pasemos al otro lado (35). Et ait illis illa
die cum sero esset factum transeamus contra. Otro lado: La palabra peran <4008>es un adverbio que indica o más allá, más
adelante, que el latín traduce por contra
o sea al contrario. Lógicamente, en un lago es la margen opuesta, como
traducen las lenguas vernáculas modernas. El tiempo era el fin del día, el
atardecer, o sea desde Las seis de la tarde.El embarque: Y despidiendo a la multitud, lo toman tal como estaba,
en la barca, y otras barquitas estaban también con él (36). Et dimittentes
turbam adsumunt eum ita ut erat in navi et aliae naves erant cum illo). Aquí tenemos el uso del Kai [y] con dos sentidos:
conjuntivo el primero y disyuntivo el
segundo. Por eso la mejor traducción
sería: Y despidiendo a la multitud, lo
embarcaron sin más, aunque estuviesen otras barquitas cerca de él. La
traducción CEI italiana concuerda con nuestra traducción, pues de otra manera
no se entendería el contexto. Solamente debemos hacer una distinción: Marcos
habla de Ploion [barco], aquél en
que Jesús es depositado, y Ploiarion [barquito]
como eran los que estaban junto a la barca de Jesús. La diferencia no es
grande; Marcos usa el ploiarion
también en 3,9 cuando Jesús se sentó en un pequeño barco para evitar la
multitud en la playa. Solamente Juan usa también el ploiarion en dos ocasiones, aparentemente sin distinguir entre ploion y ploiarion. Estos últimos son los barcos de pesca del lago. La tempestad : Y se
forma un torbellino de viento grande; y por tanto las ondas se lanzaban sobre
la barca de modo que ella ya se llena (37). Et
facta est procella magna venti et fluctus mittebat in navem ita ut impleretur
navis. La traducción es un
tanto hosca como es el griego de Marcos, pero hemos querido que refleje
fielmente el griego, comparándolo con el latín para que sepamos cómo fue
entendida la Palabra
en los primeros siglos. En general las traducciones prefieren el tiempo
pretérito de todos los verbos, contrariamente al texto original que opta por el
presente histórico, mezclado con el pretérito como en este versículo. Los otros
dos evangelistas hablan no de tempestad
con lluvia, sino de un seísmo [motus latino]
(Mt) o de un torbellino de aire [procella
ventis] (Lc). Todos los tres
evangelistas narran el hecho como repentino y no como una tempestad, sino como
un fenómeno especial. Precisamente esa noción de lo acontecido nos lleva más
aún a suponer que el fenómeno era sobrenatural teniendo origen en las fuerzas
malignas del abismo o del profundo del mar. Debemos pues recordar el caso de
Jonás en el mar.Jesús duerme: Y estaba Él sobre la popa, durmiendo sobre la almohada
y lo despiertan y dicen a Él: Maestro ¿no te importa porque perecemos? (38). Et erat
ipse in puppi supra cervical dormiens et excitant eum et dicunt ei magister non
ad te pertinet quia perimus. Parece
improbable que delante de tamaña turbulencia Jesús durmiese plácidamente como
quien no está consciente del peligro
o no tuviese la mínima consideración con los que estaban en ese momento
amedrentados por la amenaza del mar alborotado.Jesús actúa: Y habiéndose levantado, conminó al viento y dijo al
mar: calla, mantén cerrada la boca. Y
amainó el viento y se hizo una grab calma (39). Et
exsurgens comminatus est vento et dixit mari tace obmutesce et cessavit ventus
et facta est tranquillitas magna. Jesús conmina al viento y manda en el mar como como si éstos fuesen
seres vivos que debían ser reprimidos y dominados. Ya hemos dicho antes que los
contemporáneos de Jesús veían en las tormentas una acción de los espíritus
malignos que habitaban en su abismo. La acción de Jesús fue dirigida
principalmente al mar a quien reprende de modo autoritario. Parece como si el
mar hablase por el viento y una vez el mar en calma, el viento callase y la
calma se instauró repentinamente. Fue
como un exorcismo en que el viento era la
boca del mar donde el príncipe de las tinieblas ordenaba la tormenta, dispuesta
a destruir la pequeña Iglesia naciente. Advertencia a los discípulos: Y les dijo a ellos: ¿Qué estáis temiendo, de
modo tal como si no tuvieseis fe? (40).
Et ait illis quid timidi estis necdum habetis fidem. Lógicamente es preferible respetar los tiempos
griegos qe ellatín respeta, pero acomoda la última parte para mejor
entendimiento y traduce ¿aún no tenéis
fe? ¿Por qué Jesús recrimina la poca fe de los discípulos? Porque ellos no
pensaron que con Jesús al lado era imposible perecer. La confianza en el
Maestro no llegaba al límite de confiar sus vidas en el poder de Jesús. Las
modernas traducciones dividen la frase en dos: ¿Por qué sois así miedosos? ¿ No
tenéis aún fe? (CEI) Y ¿por qué sois tan medrosos? ¿Por qué no tenéis fe? (ES).
La idea central es la misma; pero nuestro deber era traducir del modo más
exacto el griego bíblico porque muchas veces encontramos verdaderas y gratas
sorpresas.La reacción de los discípulos : Y temieron con gran temor y decían entre ellos ¿quién
por tanto es éste, ya que tanto el viento como el mar le obedecen? (41). Et
timuerunt magno timore et dicebant ad alterutrum quis putas est iste quia et
ventus et mare oboediunt ei. Era en el inicio de la vida pública de Jesús y
no estaban acostumbrados a los grandes milagros. Y de ahí que su estupor fuese el mayor posible. Con
este milagro Jesús se equipara a Moisés, a Josué y a Elíseo, con la diferencia
de que el viento nunca fue objeto de sumisión a la palabra de un hombre.Pista1 Estamos en el inicio de la
vida pública. Los discípulos aún no conocen bien el poder del Maestro, que era
para ellos una esperanza de futuro. Los motivos del seguimiento de Jesús
comienzan con el testimonio del Bautista, según leemos en el cuarto evangelio.
Los motivos de nuestro seguimiento están precisamente en el testimonio de nuestros padres y de la Iglesia ; pero a diferencia
de los apóstoles no hemos visto el hecho especial que despierte nuestra poca
fe. Pista2 Cristo está durmiendo en nuestro barco como
dormía en la popa del navío entre los discípulos. Fue la borrasca que los
obligó a despertarlo. Serán las
borrascas de la vida que nos llevan a despertar a Jesús
dormido dentro de nosotros.
El grito de los apóstoles, no te importa
que perezcamos, será también el clamor que aviva nuestra fe lo único que en
esas circunstancias podrá salvarnos. Pista3 Aparentemente Jesús duerme en la Historia de la Iglesia , cuando las
dificultades de la misma son mayores en momentos difíciles. Cuando Lutero
dividió a la Iglesia ,
Dios suscitó el mayor número de santos que la purificaron y quiso que países
católicos fuesen los que, descubierta América, llevasen la fe de Roma a los
nuevos territorios. Hoy la
Iglesia está en un momento crucial de la encrucijada de la Historia. La familia
está siendo combatida y destruida. Es hora de ella despertar y de despertarnos
para un nuevo periodo de calma y victoria. De lo contrario, seremos hombres de
poca fe que solo esperamos el triunfo de las fuerzas humanas. Pista 4 Nuestra
falta de fe y nuestra poca esperanza son debidas a que no conocemos al
verdadero Jesús de la
Historia y solo vemos el pequeño mundo de día a día. Como en
la gran crisis del siglo XVI hoy la
Iglesia necesita una renovación. Muchas veces para renovar un
edificio es necesario derribarlo, y solo entonces podremos reedificarlo. Es
posible que ésta sea la nueva situación
en que nos encontramos. Tengamos fe. Podemos
escuchar las palabras de Gamaliel en el Sanedrín: Si la obra proviene de los hombres, se destruirá por sí misma; si viene
de Dios, nada podrá destruirla (At 5,38-39). Ejemplo:
En una pequeña iglesia de una
villa marinera está colgada del techo de la misma una pequeña barca de pesca
de las llamadas traineras en que en la base de la fuerza de los remos se
adentraban en la mar para la pesca del atún o de la sardina en tiempos no muy
distantes. Pegada a la trainera está esta leyenda: Si quieres aprendes a rezar, métete en el mar marinero. Métete en el
mar. Es posible que ese mar no sea hoy en día de agua y ondas, sino
de tristezas y dificultades y que en esas tribulaciones la única solución sea
nuestra oración y la ayuda del Señor.
Un pescador se hace a la mar en su cayuco, en la isla guineoecuatoriana de Annobón.- Foto: Luis Negro |
Desembocadura del río Ntem en el Atlántico, marcando la frontera entre Camerún y Guinea Ecuatorial.- Foto: Luis Negro Marco |
Cayuco de pescador varado junto a las playas de Río Campo (Guinea Ecuatorial).- Foto: Luis Negro Marco |
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No tenemos más derecho a
consumir felicidad sin producirla, que a consumir riqueza sin producirla
(George Bernard Shaw).
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