sábado, 31 de diciembre de 2016

Entrevista a la profesora de la USC, Ofelia Rey Castelao, sobre la educación

Ofelia Rey Castelao, catedrática de Historia Moderna de la Universidad de Santiago de Compostela

San José de Calasanz merece un lugar especial en la historia de la Europa católica

 En estos momentos en que la educación es un tema de vivo de debate en los planos político, social y familiar, resulta de interés retomar la figura del pedagogo aragonés San José de Calasanz (1557-1648), por cuanto en 1597 abrió en Roma la primera escuela gratuita para los niños pobres, siendo el primer educador en concebir un plan pedagógico integral, específicamente dirigido a la infancia y la juventud de los estratos más humildes de la sociedad. Transcurridos más de cuatro siglos desde entonces, la educación sigue siendo uno de los grandes asuntos pendientes en la sociedad española de hoy. La profesora Ofelia Rey Castelao catedrática de Historia Moderna de la Universidad de Santiago de Compostela, aporta, en su calidad de historiadora, algunas reflexiones respecto a la educación y la enseñanza a lo largo de la historia y hasta nuestros días.

Luis Negro Marco 

Siempre se habla de la necesidad de unos buenos planes de estudio e investigación, pero ¿por qué es importante para un Estado que disponga de un buen sistema educativo?

La Revolución francesa estableció que la educación universal y gratuita es un derecho e hizo que el Estado asumiese esa responsabilidad, a sabiendas de que no se podía esperar que otras instituciones la asumiesen. Esto se hizo sobre la convicción de que la educación era la base del progreso individual como colectivo, y tanto material como cultural, así que no puede haber duda de que es un bien general e irrenunciable que el Estado debe gestionar y eso solo puede hacerlo sobre una estructura educativa de calidad y de acceso general.

Y siendo tan importante la educación, cree que ha sido y es una ciencia bien tratada e investigada en la historiografía española con respecto, por ejemplo, a nuestros países vecinos?

Con respecto a Francia llevamos cierto retraso, pero quizá no respecto a otros países. El
Fernando Negro Marco: Portada de su libro
San José de Calasanz, el santo amigo de los
niños y de los jóvenes
; Miami, 2016.
problema en nuestro caso es la separación académica entre la historia de la educación, que se hace en las facultades de ciencias de la educación, y la historia cultural, que se hace en las de letras, sin apenas conexión y con el empleo de fuentes y métodos diferentes.

Desde una perspectiva historia, ¿la educación ha servido para la integración o para la discriminación social de las personas?

Depende. En general, mientras no nació la enseñanza totalmente gratuita y universal, sirvió más para la discriminación social que para la integración. Las mujeres fueron las más perjudicadas en todo momento, claro está.

¿Cuáles han podido ser las causas por las que en España, desde el siglo XVI, hasta nuestros días, buena parte de la educación haya recaído en las órdenes religiosas?

En España y en todos los países católicos. Pero eso solo es cierto en parte: los centros de enseñanza de todos los niveles y en especial las universidades, debieron más al clero secular; como perceptores mayoritarios de los diezmos, los obispos, canónigos e incluso párrocos fueron fundadores de universidades, cátedras de gramática y escuelas. El caso más claro es el de las escuelas parroquiales francesas. Las órdenes solo dieron enseñanza interna –para sus novicios y juniores- hasta la aparición de la Compañía de Jesús, que se basó en un concepto diferente, ya que era la enseñanza su razón de ser.

Constantemente se reivindica en nuestro país el fortalecimiento de la enseñanza pública respecto a la privada y la concertada ¿Qué diferencias cree que hay entre ambas y cómo piensa que podrían coexistir sin traumas?

Yo estudié en la escuela pública, en un instituto público y en una Universidad pública y creo en ese sistema porque sé que funciona. Esta pregunta no tendría sentido en Francia, donde la enseñanza privada es pagada por los padres y la pública por el Estado y no hay ese mestizaje según el cual lo privado es pagado con los impuestos de todos.

El santo aragonés San José de Calasanz abrió la primera escuela popular gratuita en Roma en 1597, y creó la Orden religiosa de las Escuelas Pías para universalizar su proyecto educativo ¿Podría decirse que constituyó su obra un antes y un después en la acción educativa universal?

Página de El Periódico del Estudiante, suple-
mento semanal de El Periódico de Aragón, en
el que fue publicada esta entrevista, el día 7
de 
diciembre de 2016
Nunca en la Historia nadie marca un antes y un después, salvo que se sea un genio, ya que siempre detrás de un acto individual hay una tendencia y ese es el caso de José de Calasanz, que no pretendió tampoco una enseñanza universal, sino cubrir un vacío educativo; por otra parte, no es un proyecto que tuviera en consideración el mundo rural ni en las Escuelas Pías se tuvo en cuenta a las niñas. Pero sin duda es una creación de enorme importancia que colaboró a la mejora de la situación general de los niños de sectores humildes y ya me parece que con eso se merece un lugar especial en la historia de la Europa católica.

Como historiadora ¿qué argumentos esgrimiría para  convencer a quienes sostienen que en la era digital la ciencia histórica no sirve para nada?

No suelo molestarme contestando a los que sostienen semejante cosa. Demuestran que ignoran que el hecho mismo de lo digital es una técnica al servicio de la ciencia, y la Historia es una ciencia cuyo fundamento teórico y metodológico solo se obtiene tras un largo proceso de formación.

Y para finalizar: A su juicio: ¿Cuáles son los principales retos que debería afrontar el sistema educativo español para proporcionar una enseñanza por la que dejemos de ser los últimos de la fila en Europa?

Primero: no somos los últimos de la fila. Los indicadores que se emplean para establecer las escalas no reflejan la realidad educativa de los países, sino que miden sobre todo su dotación material; por otra parte, meten en el mismo saco países con cien millones de habitantes y otros con cuatro o cinco, y es imposible que puedan compararse. Segundo: no tengo un criterio claro de qué es necesario hacer, salvo en una cosa: es imprescindible que cualquier reforma tenga en cuenta el ciclo educativo completo, desde la escuela infantil a la Universidad para que se eliminen los evidentes desajustes que explican que cada nivel se queje de la formación que se da en el anterior. 

lunes, 26 de diciembre de 2016

Feliz Navidad 2016 y Próspero año nuevo 2017


Navidad, Natividad, Nöel, Christmas


Jésus-Christ est né en Judée sous Auguste (l´an 749 après la fondation de Rome) pendant le recensement général que cet empereur ordonna dans tout l´empire. À 30 ans, Jésus prêche la doctrine nouvelle: a) Un Dieu unique "jaloux" (le Dieu d´Israël), parfait et infinitement bon, dont Jésus est le fils; b) Égalité essentielle de tous les  hommes aux yeux de Dieu; c) «Aimez-vous les uns les autres comme Dieu Vous a aimés»; d) Bonheur éternel dans l´autre monde pour les  hommes de bonne volonté qui auront pratiqué la vertu.
(G. HacquardJ. Dautry, et O. Maisani«Guide romain antique»; Librairie Hachette; Paris, 1952)

 

lunes, 19 de diciembre de 2016

Magnífica novela de Carmen Posadas que nos acerca a la olvidada memoria negra de España

La hija negra de la Duquesa de Alba

La escritora Carmen Posadas recrea en su novela, la desconocida sociedad esclavista española de comienzos del siglo XIX

Luis Negro Marco / Santiago de Compostela

Si en todos los tiempos ha habido una sociedad de arriba y otra de abajo, no siempre la historia ha sabido poner luz en estas dos realidades, inseparables sin embargo para comprender la siempre compleja verdad histórica. La Música nocturna de las calles de Madrid, del compositor italiano Luigi Boccherini (1743-1805), puede ilustrarnos sobre un estereotipo del pueblo español de la época, al igual que los grabados de Goya sobre La Tauromaquia, pero no  del verdadero ser hispano ni de la sociedad de entonces en su conjunto. Por debajo de las intrigas de la Corte de Carlos IV y de su esposa María Luisa de Parma, manejados a su antojo por Godoy, el Príncipe de la Paz, andaban además de la nobleza de abolengo (representada por las duquesas de Alba y de Osuna), la oficialidad militar (con acreditada limpieza de sangre), la hidalguía (a partes iguales adornada de miseria y orgullo), y la casta popular de chisperos, modistillas, majas y toreros (con sus cabellos enfardados en redecillas), bailando coplillas y tiranas al compás de la guitarra.
Este libro muestra la prácticamente desconocida  historia  del casi un millón de esclavos negros que hubo en España durante tres siglos, hasta mediados del siglo XIX, y refleja y muy bien el Madrid y la Corte española de Carlos IV
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Carmen Posadas
La hija de Cayetana
Editorial Espasa, 516 páginas
Barcelona, 2016
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 Desde comienzos del siglo XVII, la trata de esclavos procedentes de África se había convertido en un negocio de escala mundial, de manera que –solo en el XVIII– fueron más de siete millones de esclavos los que se transportaron en barcos negreros desde las costas de África hasta el Nuevo Mundo. Y en el caso concreto de España, se estima que pudieron haber sido más de ochocientos mil los esclavos negros traídos a nuestro país entre 1450 y 1750. Esta masiva presencia, explicaría el hecho de que hasta bien entrado el siglo XIX, muchas de las cartillas escolares enseñaran el abecedario componiendo las letras con dibujos de personas negras. Y que, al mismo tiempo, el arte incorporara la exótica belleza de las mujeres y hombres esclavos negros en sus diferentes manifestaciones plásticas, siempre lastradas, eso sí, por el sesgo de la superioridad de los civilizados blancos europeos sobre los salvajes esclavos negros.

  Porque ni mucho menos fue la modernidad de la razón cartesiana la que acabó con las diferencias sociales. Más bien al contrario, se asentaron éstas ya no en la etérea nebulosa de la incultura medieval, sino en los sólidos fundamentos de las nuevas ciencias. De este modo el pedagogo francés La Chalotais (1701-1785) se lamentaba de que en las iglesias católicas se enseñase a leer y a escribir a gentes que no deberían haber aprendido sino a dibujar y a manejar el cepillo y la lima. Y no estaba el educador galo  hablando de esclavos, sino de la gente humilde del pueblo.
La escritora Carmen Posadas
Sin embargo, la historia de España ha dejado que la oscuridad engullera un último pero importante estrato social de la época de 1800: el grupo social de los cientos de miles de esclavos negros que en las primeras décadas del Ochocientos, llegaron a ser imprescindibles –como criados sin ningún tipo de derechos– en las casas de miles de familias españolas acomodadas, con pretensiones de adelantar un peldaño en la escala social.

 Y fue en aquellos difusos parámetros de aquella aún más difusa sociedad en los que María del Pilar Cayetana Álvarez de Toledo (1776-1802), la decimotercera Duquesa de Alba, adoptó a aquel bebé, seguramente hija de una esclava negra procedente de Cuba, a la que puso por nombre María de la Luz. Una hija adoptiva a la que – no tuvo descendencia biológica–  la Duquesa de Alba amó y protegió como propia. Goya la vio y la inmortalizó –al menos– en dos ocasiones. Una de ellas, en un grabado (que puede contemplarse en el Museo del Prado) en el que la negrita María de la Luz, aparece en manos de su madre, la Duquesa de Alba.

 Cayetana, amante de Godoy, rival de la reina, modelo y capricho de Goya, grande de España con alma de mantón de Lavapiés, falleció en extrañas circunstancias cuando todavía era joven, a los cuarenta años de edad, un cálido día de verano: el 23 de julio de 1802. Ni siquiera pudo darle un beso de despedida a su querida hija, la negrita de su vida, pero su amor a ella quedó bien patente en su testamento. La hija negra de la Duquesa de Alba, no podría heredar sus títulos por razones de su piel morena, pero sí una gran fortuna y una renta vitalicia de por vida. Aun así, aquella hermosa niña, una vez muerta su madre y protectora, ya no encontró motivo para seguir viviendo en un Madrid que, por razones de su color de piel, la relegaba de cualquier plano social. Seguramente María de la Luz volvió a la Cuba española, donde los africanos eran mayoría, y donde se le perdió definitivamente la pista;  aunque es muy posible que antes de su muerte la hija negra de la Duquesa de Alba preguntara a los  religiosos abacuás de los Orishas el porqué de un destino tan trágico y cruel para ella y los de su nación africana. 


sábado, 3 de diciembre de 2016

Azafrán, el oro rojo de las especias españolas

La rosa del azafrán
En Aragón, el cultivo de esta planta fue vital en tierras del Jiloca, y generó una interesante cultura en torno a su elaboración
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ESBRINADORAS. Escena de la zarzuela La rosa del azafrán, del maestro Jacinto Guerrero, estrenada en Madrid en 1930

 Quizás en reconocimiento a la dureza del  cultivo, recolección y delicado proceso de elaboración del azafrán, el libreto de una de las zarzuelas (genero musical español por excelencia) lleva por título La rosa del azafrán. Con música del maestro Jacinto Guerrero, esta zarzuela fue estrenada en Madrid el 14 de marzo de 1930, dos días antes de la muerte del dictador Primo de Rivera en su exilio de París, y un mes después de que La Venus de ébano, la artista afroestadounidense Josephine Baker, bailase y cantase en el teatro metropolitano de la capital de España.

 En un símil  con las pasiones humanas, el telón de fondo sobre el que gira la trama de la ópera chica La rosa del azafrán se resume en  que la conquista de la persona amada, tarea ardua y de exigente entrega,  puede llegar a ser tan efímera como la fugacidad temporal de los azulados pétalos de la flor, o rosa, del azafrán.
                                                                                              por Luis Negro Marco
  Aunque originaria de Oriente (Irán y Afganistán), el azafrán se cultivó ya en la Grecia clásica y en la Roma imperial, de cuyas lenguas –helena y latina– deriva su nombre científico  (crocus sativus). Por esta razón, en España también se le conoció con el nombre de croco. Sin embargo la palabra azafrán, con toda probabilidad deriva del árabe hispano al-zafarán, con el posible significado (tanto por su color como por su doble riqueza: culinaria y económica) de oro rojo, pues el precio de un kilo de azafrán tostado (que requiere la recolección de unas 120. 000 flores), puede superar los 6.000 euros.

 En Aragón, el del azafrán ha sido un cultivo milenario en las tierras altas y frías del valle del Jiloca (donde –en la localidad turolense de Monreal del Campo– se encuentra precisamente el Museo del Azafrán–), así como en todos los pueblos de la redolada de la laguna de Gallocanta.

 Tiene la flor del azafrán tres estambres de color amarillo (que en Aragón se llaman lengüetas, y que son su órgano sexual masculino) que junto con los pétalos azules y tallo de la flor forman la bambolla (en Aragón farfolla), es decir, el desperdicio o parte no aprovechable. De manera que lo que verdaderamente importa de ella son sus tres estigmas de color rojo –su órgano sexual femenino– que  componen las hebras (o brines, palabra ésta típicamente aragonesa para designarlas) del azafrán. Esta planta no da frutos, y tiene su origen en un bulbo, popularmente conocido como cebolla, resistente a las heladas.  

 Los ratones de campo constituían una amenaza para las cebollas, por lo que una las tareas del cultivo del azafrán era localizar las tolvas de entrada a las galerías subterráneas en las que los roedores se cobijaban para, con la ayuda de un puchero y un fuelle, llenarlas de humo y atufarrar (asfixiar con humo) a los ratones para que no arruinaran la cosecha.

 La recogida de las flores tenía lugar durante los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, y debía hacerse con el frío y la rosada de la mañana, pues si más tarde, las flores estarían abiertas, y marchitas, y por tanto inservibles. Las rosas se ponían en cestos de mimbre y se llevaban hasta las casas para proceder al desbrizne (en Aragón esbrine), labor consistente en separar los estambres de azafrán de la rosa. Y para ayudar en tan ingentes y delicadas tareas, era frecuente que los pueblos aragoneses lindantes con Guadalajara (los de la redolada de Gallocanta) contrataran a esbrinadoras (mujeres jóvenes de aquellas tierras, a las que por ello se llamaba castellanas), quienes como un miembro más, vivían con las familias durante las aproximadamente cuatro semanas que duraba la campaña de los zafranes.

 Una vez finalizado el esbrinado era menester secar el azafrán al fuego. Para ello se extendía cuidadosamente en cedazos, que se colocaban unos encima de otros sobre una estufa, con la precaución de que el fuego no estuviera muy vivo, pues podría echarlo todo a perder. Y una vez seco el azafrán, hasta el punto de quebrarse entre los dedos, se guardaba en cajas por completo exentas de humedad, forradas de papel, y cerradas herméticamente, hasta la llegada de los compradores, los azafraneros.

Como especia, el azafrán se emplea para condimentar los mejores y más diversos manjares, así como aromático y colorante natural. Antiguamente se empleó en medicina como estimulante y emenagogo (como remedio para los dolores menstruales). Y hasta los pintores lo usaron para sus pinceles, diluido en agua, dando lugar al amarillo luminoso o color azafranado. Pero sobretodo, el azafrán constituyó un modo de vida, generador a su vez de una rica cultura popular, hoy ya prácticamente perdida y olvidada.

martes, 22 de noviembre de 2016

Burkina Faso en "La Gaceta de Guinea Ecuatorial"

Burkina Faso, «tierra de los hombres de bien»

Anteriormente llamado Alto Volta, en 1984 el presidente Thomas Sankara cambió el nombre del país por el actual de Burkina Faso, que en lengua diulá significa «La tierra de los  hombres de bien»

Burkina Faso, forma (junto con Mali, Níger –con los que mantiene fronteras–) y Chad, el grupo de 4 países continentales –sin salida al mar– que integran el África sahelina.  El resto de naciones fronterizas con Burkina Faso son: Benín, Togo, Ghana y Costa de Marfil, las cuatro situadas al sur del país. Las principales cuencas fluviales que riegan el suelo burkinabés (cuya superficie es de 274.200 kilómetros cuadrados, casi 10 veces superior a la extensión territorial de Guinea Ecuatorial), son los ríos Volta Blanco, Volta Rojo y Volta Negro.  Burkina Faso cuenta con una población de en torno a los 17 millones de habitantes, siendo su capital Uagadugú, con una población que supera el
millón y medio de almas. Burkina Faso proclamó su independencia de Francia el 5 de agosto de 1960. El idioma oficial de la nación es el francés, aunque también son de uso común numerosos idiomas autóctonos, siendo los más hablados los siguientes: Moré, Diulá, Gurmanché y Fulfuldé. La moneda de Burkina Faso, al igual que en Guinea Ecuatorial, es el franco CFA. El actual Presidente de la nación es Roch Marc Christian Kaboré.

El relieve físico y el clima
Como en la mayoría de los países africanos, los contrastes de climas y paisajes son una constante en el relieve físico de Burkina Faso. Así, al norte, en el área del Sahel, el paisaje es árido y seco, muy diferente a los frondosos bosques de mangos que adornan las riberas del río Volta Blanco en las que proliferan los campos de arroz.

 En cuanto a clima, Burkina Faso tiene un clima tropical con dos estaciones bien marcadas: una larga temporada seca (de octubre a abril) y una temporada de lluvias (de mayo a septiembre). Las temperaturas promedio varían entre los 12 ° y los 42º que se llegan a alcanzar en las zonas más áridas del país. Las lluvias no son muy abundantes, especialmente en el norte, caracterizado por la irregularidad y escasez  de las precipitaciones.

El baobab, que puede vivir cientos de años, es sagrado para los 
burkinabeses, que lo veneran como árbol de la vida. Foto: O.N.T.B.F
 En cuanto a bosques, al igual que en Guinea Ecuatorial la ceiba, en Burkina Faso el árbol más importante es el baobab. La belleza de estos árboles –que pueden llegar a vivir cientos de años– ha llevado a los burkinabeses  a considerarlos como el principal símbolo de la vida, y por ello son venerados y considerados como sagrados.

Etnias y tradiciones
 Tradicionalmente, dos han sido las ramas étnicas más importantes del país. En el norte, la rama Mande y en el sur la  rama Moagha. Y de ellas han derivado hasta un total de 67 etnias, que conviven armoniosamente en Burkina Faso. De ellas, la Mossi  es la más numerosa, siendo su centro sagrado el lago de los cocodrilos de Bazoule, en el que según la creencia de los Mossi, cada cocodrilo representa a un anciano de cada una de sus aldeas.

 
Mujeres de la etnia Mossi, ejecutando una danza.- Foto: O.N.T.B.F
La etnia de los Senoufo cuenta con una dinastía de 29 reyes, cuyas tumbas aún se pueden visitar en el santuario de los reyes de Ghan, en la ciudad de Obiré. Asimismo, los Senoufo tienen (como los Mossi) sus propios animales sagrados, que son los hipopótamos que viven en torno al Lago de Tengrela. Y otro de los animales representativo de África que también se halla en Burkina Faso es el elefante, cuyo reducto principal en el país se encuentra en la Reserva Natural de Nazinga.

Los hipopótamos, numerosos en torno
al Lago Tengrela, son el animal sagrado
de la etnia Senoufo
Foto: O.N.T.B.F 
Asimismo, hay que destacar la etnia de los Lobi (Hijos de la selva) y los Guruntsi, que se caracterizan por ser los constructores de hermosas de adobe decoradas con dibujos geométricos y relieves que representan animales y símbolos religiosos, las cuales están presentes en todas sus aldeas.

Otro grupo étnico importante del país es el de los Peul compuesto por tribus de pastores nómadas que continúan con la cultura de la guía del ganado, heredada de sus ancestros.

Ciudades
 La ciudad de Banfora (al suroeste de Burkina Faso, y muy próxima a la frontera con Costa de Marfil) es la capital de la etnia Senoufo y en torno a ella  se aglutina la principal zona agrícola del país. Un lugar destacado también para los estudiosos de la geología, por cuanto en esta región se encuentra el mágico paraje denominado Les Dômes de Fabédougou  (Las colinas de Fabédougou), testimonio de un antiguo mar que inundó hace millones de años estas tierras y que han dejado como recuerdo millares de rocas caprichosamente modeladas por las ahora inexistentes aguas de aquel extinto mar, cuyas semejanzas con objetos, animales y personas, pueden ser tantas como la imaginación de las personas que las contemplan.

Uagadugú
 El significado de la palabra Uagadugú, nombre de la capital de Burkina Faso, es el siguiente: “Allí donde se es recibido con honores y respeto”. Ciudad milenaria, Uagadugú fue fundada en el siglo XI por los Nyoyonsé, y tres siglos más tarde, en 1441, bajo el reinado de Naba Niandéfo, se convirtió en la capital de la etnia Mossi. Ya en 1919 fue la capital del entonces llamado país del Alto Volta,
Rocas de Les Dômes de Fabédougou en la región de Banfora,
 resultado de la erosión de un antiguo mar interior, ya desaparecido
que las modeló hace millones de años. Foto: 
O.N.T.B.F
cuyo nombre oficial es, desde 1984, Burkina Faso.

 Por su gran dinamismo (fue en 2009 la sede del Festival Panafricano de Cine y Televisión  –FESPACO–, y cada año tiene lugar en ella la celebración de la Semana Nacional de la Cultura)), Uagadugú podría estar destinada a convertirse en uno de los grandes centros culturales de todo el continente africano.

Culturalmente también importante (al suroeste de Uagadugú) es la ciudad de Bobo-Dioulasso, la segunda más grande de la nación, famosa por su música, así como por su mezquita, gran ejemplo de la arquitectura sudanesa. 

El mercado de Gorom Gorom

Puesto de frutas y verduras en el gran mercado de Gorom Gorom.
   Se celebra todos los jueves del año.  
Foto: O.N.T.B.F                              
 El jueves es el día del mercado en Gorom Gorom, el cual se realiza desde hace siglos con una doble función: económica (pues en él se venden toda clase de productos agrícolas y artículos artesanales)  y social, pues es la gran ocasión de encuentro entre mercaderes, agricultores, pastores y pequeños empresarios, que tienen en Gorom Gorom la ocasión óptima para intercambiar ideas de proyección empresarial y apertura de nuevos negocios.

 También importante es el mercado que se celebra los sábados en Bani, ciudad famosa por sus siete mezquitas, diseminadas (al igual que las siete colinas capitolinas de la antigua Roma) por las siete colinas que rodean la ciudad

Sankara, “el Che africano” amante del Jazz
 El 4 de agosto de 1984, el capitán Thomas Sankara (1949-1987) se hacía con la presidencia de su país al que cambiaba el nombre: Alto Volta, por el de República Popular de Burkina Faso. La
Thomas Sankara tocando la guitarra eléctrica en
1984, con la banda de música por él creada: “Missile Band"
primera palabra significa “hombre íntegro”, y la segunda, “tierra natal”, lo que en la lengua diulá  significa “El país de los hombres íntegros”. Un cambio de nombre oficial y simbólico, por cuanto se trataba de romper con el pasado colonial del país africano, y concretar los objetivos de su revolución, inspirada en las ideas del argentino, y líder de la revolución cubana Che Guevara. Por ello, hasta el día de su asesinato, el 15 de octubre de 1987, tras el golpe de estado protagonizado en Burkina Faso por su antiguo colaborador, Blaise Compaoré, a Thomas Sankara se le conoció con el sobrenombre de “El Che africano”. Menos conocido sin embrago es que quien dio a Burkina Faso su actual nombre, era un gran músico de jazz,  y que incluso creó un grupo de música llamado “Los Missile Band”. Asimismo Thomas Sankara fue un gran virtuoso de la guitarra eléctrica, instrumento que aprendió a tocar en la década de 1970 de la mano del compositor burkinabés
Pascal Ouédraogo Kayouré. Sankara siempre creyó que la música era la principal herramienta que tenía la revolución para propagar sus ideas y fomentar la justicia social.

lunes, 14 de noviembre de 2016

El catedrático de periodismo Carlos Elías reflexiona en EL MUNDO sobre los medios de comunicación y la sociedad actual

 Artículo Recomendado 

Resultado de imagen de El Mundo cabecera imagen                                                      14 de noviembre de 2016

Trump y el peso de los medios       

Portada de El Mundo (España)CARLOS ELÍAS (*)

Trump ha conmocionado a politólogos y sociólogos pero, sobre todo, a los periodistas: ¿cómo explicamos en las facultades que ha ganado el candidato que tenía a todos los medios influyentes en contra -desde el New York Times al Washington Post, el Huffington Post, CNN, NBC, ABC, MSNBCUsa TodayAtlantic Magazine...-? Pocas veces medios de derecha, izquierda y centro se han unido en una campaña anti-alguien como en este caso; y, sin embargo, ese enemigo ha ganado. ¿Ya no influyen los medios influyentes?
A toro pasado resulta fácil argumentar por qué ganó, aunque algunos lo temíamos. Advertimos que el declive de la prensa tradicional y el auge de redes sociales, buscadores como Google o de fenómenos como Wikipedia -verdadero campo de batalla ideológico-, lleva aparejado un fraccionamiento de los estados de opinión mayoritarios, que ahora llamamos tribus mediáticas.
Éstas se alimentan de lo que Damian Thompson, en su libro Los nuevos charlatanes, denomina contraconocimiento y que desemboca en una pandemia de credulidad. "Ideas que en su forma original y bruta florecieron únicamente en los arrabales de la sociedad hoy las consideran en serio incluso personas cultas en el mundo occidental", señala Thompson. ésta es la estrategia de los partidos populistas desde Trump, que deslizó que Clinton era seguidora de Satán; hasta el chavismo venezolano cuyas redes sociales y medios del estado -VIVE, el canal del poder popular- extendieron la idea de que EEUU provocó el terremoto de Haití de 2010.
Estos bulos sin contrastar se reenvían por Facebook, Twitter o WhatsApp. Pero también aparecen en Google si buscamos "terremoto de Haiti + Chávez" o "Clinton + Satanás". Unas entradas los confirman y otras desmienten y el lector pinchará aquella que refuerce su creencia previa, pero ya no estará solo en su extravagante conjetura.







La intoxicación con contraconocimiento es una estrategia sin ética, pero efectiva: un ejército de trolls envía bulos a tribus mediáticas, éstas los reenvían a sus afines y a portales de noticias de internet -blogs, webs, etc.- sin ningún control deontológico pero bien enlazados a buscadores. Sabemos las técnicas para que un bulo funcione en la red: narrativas contrahegemónicas, pequeñas distorsiones de hechos reales, desprecio al método científico, aunque usemos su terminología para avalar el relato y, en general, un pánico a la verdad sustentado en la idea de que es imposible mentir cuando no se conoce la verdad.
El periodismo es un invento burgués para luchar contra los bulos. Su objetivo -el mismo que el de la ciencia moderna- es buscar la verdad y hacerla pública. La verdad conlleva un mejor conocimiento de la realidad; lo cual, en un sistema de libertades, es decir, de toma de decisiones -políticas, empresariales, laborales, médicas- nos da una gran ventaja competitiva.
Junto al método científico, el periodismo define la cultura occidental contemporánea. Hasta su aparición, la opinión pública se moldeaba en las iglesias. El ser humano es, sobre todo, social y no soporta el aislamiento. Por tanto, excepto un pequeño grupo de recalcitrantes, la mayoría aceptará el pensamiento dominante para ser tolerado socialmente. Es lo que Noelle Neumann denominó la "espiral del silencio". Ella afirmó que los medios ayudan a consolidar climas de opinión. En estos entornos, las encuestas funcionan; pero si existe un mínimo resquicio que nos confirme nuestras ideas, aunque sean absurdas, y no sentir soledad, éstas se van asentando y creamos nuestra propia tribu ideológica, ahora con soporte mediático.
La teoría de la espiral del silencio también establece que la élite -académicos universitarios, artistas, periodistas, políticos, escritores- sí se atreve a alzar la voz con pensamientos no dominantes y que, finalmente, calan en la sociedad. Es lo que ha sucedido desde la aceptación de la ciencia frente a la religión hasta la defensa de los derechos civiles. Los medios han tenido un papel relevante en el avance social: es cierto que no son anticapitalistas, como a algunos les gustaría, pero tampoco son racistas ni defienden las dictaduras o las pseudociencias. Ellos -y el establishment de políticos y, en lugar destacado, la universidad- establecían lo que era políticamente correcto: la globalización es positiva, la inmigración es valiosa, la xenofobia es repugnante... Y, los que no estaban de acuerdo, según la espiral del silencio, callaban. Clinton ha tenido el apoyo de los creadores de pensamiento: profesores de universidad, artistas y medios de comunicación. Por eso, en la teoría clásica, era impensable que ganara Trump.
Pero eso ha cambiado. Ahora estrellas televisivas polémicas como Trump, y los políticamente incorrectos, también son medios de comunicación de masas. Cuando Trump ganó las elecciones contaba con 13,5 millones de seguidores en Twitter, superando a The Wall Street Journal, considerado el diario más influyente del mundo. Por tanto, qué es Trump ¿una fuente o un medio de comunicación de masas en sí mismo? Ambas cosas y ello desmonta la teoría de la comunicación vigente. Trump, además, tenía una ventaja: él manejaba el Twitter (aunque su equipo se lo prohibió durante los últimos días) y Hillary usaba a community managers.
En las europeas de mayo de 2014 muchos se sorprendieron de que Podemos, un desconocido en la prensa, obtuviera cinco diputados y el 8% de los votos. Pero es que en aquel momento, Podemos tenía 252.270 seguidores en Facebook frente a 64.000 del PP y 61.000 del PSOEIglesias -que sí era conocido por ser tertuliano polémico incluso en televisiones de la derecha- tenía más de 245.000 seguidores en Twitter, frente a Arias Cañete (PP) con 19.913 o Elena Valenciano (PSOE) con 19.033. El pensamiento anticapitalista de Podemos antes era marginal, pero en 2014, sin que la prensa hubiese reparado en ellos, tenía más seguidores en Twitter que la ideología políticamente correcta del PP o PSOE. Las tribus son inofensivas para el sistema excepto si aparece un caudillo que, para consolidarse, sí necesita, sobre todo, de la televisión y sus programas polémicos.
En internet florecen muchas tribus: unas creen que las vacunas son peligrosas o que Clinton adora a Satanás. La información ya no es de masas. Y esas tribus, que se informan por algoritmos que eligen noticias que les hacen felices, viven en mundos paralelos donde no escuchan al otro pero donde sus ideas xenófobas, anticientíficas o antisistema son las dominantes en su microtribu. Por eso, los resultados -desde el Brexit hasta Trump- parecen increíbles para muchos (los que no pertenecen a esa tribu). No se atreven a confesar sus ideas en encuestas, pero sí en el secreto del voto.
Alternativo significa que no es masivo, pero no tendencia ideológica o verdad. Trump ganó gracias a la Alt-Right (Derecha Alternativa). Un medio mainstream aspira a tener la máxima audiencia: por tanto, ni será anticapitalista ni xenófobo. Con la tribalización de medios y audiencias, ya no funciona la espiral del silencio: existen audiencias para todos los gustos que se retroalimentan y eso aumenta la incertidumbre. Tenemos estudios que indican que internet ha favorecido incluso la información anticientífica: depende de cómo preguntes a Google sobre las vacunas, te saldrán más o menos páginas antivacunas. Si eso sucede con lo científicamente demostrado, qué no pasará con lo ideológicamente discutible.
Si buscamos a Trump en Google, la primera entrada será Wikipedia. Para términos neutros -como protón- puede que la definición sea válida, pero para los controvertidos como transgénico u homeopatía, y no digamos biografías como Hugo Chávez o Donald Trump, un ejército de defensores y detractores está continuamente editando y reeditando. Los periodistas sabemos desde siempre que la neutralidad desinforma -no procede dar dos versiones antagónicas de algo; sino la que sea cierta- y, mientras que la entrada de radiactividad en la Enciclopedia Británica la redactó Madame Curie, la de Wikipedia no sabemos de quién es ni qué interés le movió a escribirla.
   
(*) Carlos Elías es catedrático de Periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid (en comisión de servicios en la UNED). Su último libro es El selfie de Galileo (Península, 2015).
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