miércoles, 25 de diciembre de 2013

La Navidad, un tiempo para la Verdad y la Reconciliación de toda la Humanidad


La Navidad, celebración de esperanza

Luis Negro Marco / Zaragoza

 
Sello conmemorativo de la Navidad
 de Guinea Ecuatorial del año 1974.
El ciclo de la Navidad (natividad, o nacimiento de Cristo) comienza el 24 de diciembre con la celebración de la Nochebuena. Jesús nació en la ciudad de Belén (en la región palestina de Judea) en un año que los historiadores sitúan en el 749 (uno antes de la muerte de Herodes) desde la fundación de Roma, coincidiendo con el censo general del imperio ordenado por el primer emperador, César Augusto, fundador asimismo de la ciudad de Zaragoza. El día del nacimiento de Jesús, 25 de diciembre, fue  propuesto, por Dionisio el Menor (muerto en Roma en el 540) quien además, de acuerdo a sus investigaciones, fijó en el 1 de enero del año 754 de Roma el comienzo de la Era cristiana. De lo cual resulta que el año 1 de nuestra era cristiana, no es el del nacimiento de Cristo, sino cinco años posterior al mismo.
  La celebración cristiana de la Navidad tuvo, en sus inicios, el objetivo de contrarrestar la importancia de las celebraciones que, en honor al “Sol invictus” (el dios Mitra identificado con el sol) había instituido el emperador Aureliano (270 / 275 d.C.). Esta celebración era semejante a la de las “Saturnalias”, fiestas que se celebraron en Roma durante todo el período de la República (509-27 a.C.) en torno al 27 de diciembre, para celebrar el solsticio de invierno. Durante las “Saturnalias”, las familias se invitaban entre sí, y en una inversión de status sociales, los esclavos recibían el mismo trato que sus amos e incluso se hacían servir en la mesa por ellos, disfrutando de placeres y cenas pantagruélicas que incluían las más exquisitas y variadas recetas culinarias de la época. En contraposición a esta fiesta, y para distinguirse de los paganos, la Iglesia de los primeros tiempos declaró de vigilia (abstención de comer carne) el día de NochebuenaLa "Misa del gallo" de Nochebuena tiene su origen en el simbolismo de esta ave como anunciadora, con su canto, de la presencia del nuevo
Belén instalado en los soportales
de la Plaza del Obradoiro, de San-
tiago de Compostela, en la Navidad
del Año 2009.     
Foto: Luis Negro Marco

 día, y con él la llegada de la luz que da la vida, que simboliza a Cristo. De hecho el nombre de Jesús (“Joshua”) significa “Dios Salvador”, al igual que su otro nombre, “Emmanuel”, significa en griego “Dios con nosotros”. El nacimiento de Jesús en Belén fue circunstancial, adonde san José y la Virgen María hubieron de trasladarse para someterse al censo ordenado por Herodes como gobernador de Roma. Pero la revelación sobrenatural de la Navidad se hizo tan solo a dos estamentos: por un lado, a los pastores, personas sencillas por las que el Evangelio presenta una especial predilección; pero es que, a la vez, Belén fue también la ciudad del rey David quien comenzó su carrera como un simple pastor. Y en definitiva, al propio Jesús también se le identifica como “Agnus Dei” (Cordero de Dios) y pastor que cuida de todas y cada una de sus almas.
 El otro grupo de escogidos para la revelación fueron  los “Reyes Magos de Oriente”.  La primera representación plástica que se tiene de ellos, data de finales del siglo II. Seguramente fueron magos o astrólogos de Arabia o Persia, ya que el término "magos" con que se les denomina, hacía referencia a los que practicaban la ciencia de los “Magé”, tribu meda seguidora de Zaratustra. Siguiendo una estrella (se cree que pudo ser un fenómeno astronómico real debido a una especial conjunción entre Júpiter  y Saturno) llegaron a Belén para adorar al recién nacido. La primera representación de la Adoración de los Reyes con las características físicas ahora tradicionales de estos tres personajes, fue realizada en el siglo VII y representa a Melchor, como un viejo de barba blanca, que ofrece oro (símbolo de realeza) al niño recién nacido; a Gaspar, rubio e imberbeofreciéndole incienso (utilizado en rituales sagrados, símbolo del sacerdocio de
Belén instalado en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela,
en la Navidad del año 2009. Escena de la Adoración de los Pastores.

Foto: Luis Negro Marco
Jesús); 
y a Baltasar con piel morena y con barba, portando un cofre de mirra (resina aromática utilizada en la unción de cadáveres, en referencia a la muerte redentora deCristo). La costumbre de instalar el belén en las casas durante las fiestas de Navidad, muy arraigada en nuestros días, pudo tener su origen en el año 1223, cuando san Francisco de Asís, representó la Natividad de Jesús en la ciudad italiana de Greccio. La costumbre arraigó en Italia, extendiéndose más tarde por Europa e Iberoamérica. En España, la tradición belenística adquirió un gran impulso con Carlos III, que la importó de Nápoles, de donde también era rey. Otro de los especiales días de Navidad es el del 28 de diciembre, fecha en que se conmemora la festividad de los Santos Inocentes, en la que se rememora la matanza de niños ordenada por Herodes. Enterado del nacimiento de Jesús y temeroso de que pudiera llegar a ser el rey de los judíos, el gobernador romano mandó matar a todos los niños de dos años para abajo en toda la comarca de Belén. Tradicionalmente, viene siendo el día de las bromas o “inocentadas”. En otros tiempos, los niños tomaban el mando de los pueblos, hacían de obispos, mandaban en casa y tenían que ser obedecidos por los mayores. En cuanto a la
Belén instalado en la Plaza del Obradoiro de Santiago de
Compostela, en la Navidad de 2009; escena de la Adoración
de los Reyes Magos
; Foto: Luis Negro Marco
festividad de
Nochevieja, ya era celebrada por los romanos con cantos específicos, pago de aguinaldos, espectáculos y el reparto entre la población de cientos de ánforas con los mejores vinos que proporcionaban los viñedos del Imperio. La Iglesia, a pesar de los esfuerzos que hizo a lo largo de los siglos, no fue capaz de borrar ni menguar su importancia, triunfando con el paso de los tiempos la idea pagana. Los intercambios de regalos recibían el nombre de “estrenna”, de donde proviene nuestro coloquial: “estar de estreno”.  Asimismo, el 31 de diciembre,  es la festividad de  San Silvestre I, papa romano que en el 325 convocó el Concilio de Nicea contra los arrianos que presidió el obispo de Córdoba, Osio. En esta fecha, es cuando, según la tradición, se producían las reuniones de brujas, y además de ser una noche misteriosa, lo es también alegre. Cuenta la leyenda que en esta noche,  las brujas montaban en sus escobas y pasaban los montes y los ríos, y como si fuesen centellas, llegaban hasta los arenales de la ciudad de Sevilla, y allí decidían lo que iban a hacer a lo largo del año nuevo. A fecha de hoy este día es popular por las multitudinarias y nocturnas "carreras de San Silvestre" o "del pavo", por ser éste el trofeo que solía llevarse el vencedor. 


El 6 de enero, día de la Epifanía, es el día en que tradicionalmente reciben los niños y niñas sus juguetes. Si bien, desde hace ya algunas décadas, a los Reyes Magos les acompañan otros personajes provenientes del norte de Europa, y en particular, de los países anglosajones, como Papá Noel y Santa Claus. La de Reyes es la gran noche mágica de los niños. Unos dejan los zapatos fuera, en la ventana o en el balcón, otros se quedan sin dormir aguardando su llegada, pero todos con la infinita esperanza de que al amanecer, todas sus ilusiones se habrán convertido en realidad.

         

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