"Malagasy", Góspel por los Derechos de la Infancia
Luis Negro Marco / Madrid
La “Malagasy Góspel”, dirigido por la compositora malgache Madio Hélène
Volanjary, es un coro de música góspel
formado por veintiuna niñas de la isla africana de Madagascar, con edades comprendidas
entre los 14 y los 16 años, y dos muchachos invidentes. Este coro acaba de realizar durante estas Navidades una gira por numerosas ciudades de España reivindicando
los derechos de la Infancia, especialmente el del acceso a la educación y la
erradicación de la explotación laboral infantil. El 29
de diciembre ofrecieron su concierto solidario en el teatro Apolo de Madrid,
abarrotado de un público que vibró ante la gran actuación de las simpáticas niñas
del Coro con sus tiernas voces del corazón y el espíritu, acompañadas de los
jóvenes invidentes Mamy, y Harris dos portentos de la música, especialmente
éste último, que en el concierto de Madrid se metió al público en el bolsillo
con su interpretación “a capella” de la canción “Soy minero”, como si del
propio Antonio Molina se tratase. Las
niñas, por su parte, realizaron toda una exhibición de buen hacer, encandilando
al público con sus dulces voces y bailes, ataviadas con los vestidos tradicionales
del país, y maquilladas con éxóticos tatuajes de la cultura malgache a base de
“Tabac” (pasta de madera amarilla mezclada con agua, muy utilizada por las
mujeres en todo el país para hidratar la piel durante su jornada laboral en los
campos). Muchas de las canciones de la Malagasy Góspel, cantadas en la lengua
nacional del país, malgache, hablan de la problemática de la Infancia en
Madagascar, con especial incidencia en las niñas: la
desescolarización, la
desnutrición (la mayoría solo comen una vez al día, y casi siempre arroz), la
esclavitud laboral y también los embarazos no deseados, así como la
prostitución infantil generada por la pobreza extrema en que viven las familias
y el difícil contexto social por el que atraviesa Madagascar. Asimismo,
resultó impactante ver la maravillosa interpretación de “We are the world” de
Michael Jackson, por quienes son sus
protagonistas: niños y niñas que claman porque se cumplan los Derechos de la
Infancia; pero la actuación también tuvo guiños para el recuerdo de quienes
fueron niños…hace 40 años. Y fueron muchos quienes no pudieron contener la
emoción cuando las niñas del Malagasy Góspel Coro entonaron un potpurrí de
villancicos navideños retro-publicitarios en un armonioso castellano: “En estas
navidades, turrón de chocolate”, “Las muñecas de Famosa se dirigen al portal”,
o “Yo soy aquel negrito del África Tropical”. El Malagasy
Góspel está integrado por un total de 120 niñas procedentes del empobrecido
barrio de Ankalika, en Tulear (Madagascar) donde trabajaban en la extracción de
sal, recibiendo el equivalente a treinta céntimos de euro al día por cada 30
kilos de sal extraídos. Gracias a la ONG española “Agua de Coco / Bel Avenir
Madagascar”, fundada en 1994 por el español José Luis Guirao Piñeyro , todas las
niñas del coro están ahora escolarizadas y han salido de la explotación laboral
infantil en la que se encontraban. La ONG considera que el motor Educación, por lo que uno de sus ejes
fundamentales de actuación es el de reforzar la escolarización y el sistema
educativo proporcionando una educación de calidad, útil y sostenible. Los datos que aporta esta ONG, son estremecedores: Por ejemplo, el 48% de las niñas y niños malgaches están crónicamente desnutridos. La tasa de alfabetización de mujeres jóvenes es tan solo del 64%. Y el 68% de la población vive por debajo del umbral de pobreza (1,25 dólares al día). Para paliar esta situación, la ONG "Agua de Coco" trabajo en torno a tres ejes: El Educativo, el Social y el Medioambiental. Además de la puesta en marcha de centros escolares homologados, esta Fundación también promociona la música como medio de integración (prueba de ello es el "Malagasy Góspel Coro") y la Artesanía. Los productos se elaboran a partir de elementos de reciclaje (bolsas de plástico, telas y vestidos viejos, maderas sobrantes, etc.). Uno de los productos más originales, es el "balón Pasillo", ya casi un juego nacional de la juventud malgache, fabricado a base de bolsas de plástico centradas de manera ingeniosa con cuerda pita. El juego tiene su propio reglamento impreso. El dinero obtenido de la venta de artesanía repercute directamente a los programas de desarrollo de la Fundación. La escolarización de un menor en Madagascar cuesta una media de 12 euros, incluido el comedor escolar; y el apoyo nutricional a un o una menor durante un mes, es de 15 euros. Actualmente, 30.000 personas (la mayoría mujeres y niñas) son beneficiarias
directas de los programas educativos y sociales de la ONG “Agua de Coco” en
Madagascar y Camboya. Efectivamente, otro mundo es posible.
Marie Hélène, una de las solistas del Coro, sonriente y alegre tras su actuación en el teatro Apolo de Madrid, el pasado 29 de Diciembre. Foto: Luis Negro Marco |
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