jueves, 13 de octubre de 2016

12 de octubre: Fiesta Nacional de España, de la Virgen del Pilar y de la Hispanidad, que une a millones de personas de los cinco continentes


Luis Negro Marco / Historiador y periodista

 Acabo de leer algo de lo escrito por los europeos no españoles acerca del descubrimiento de América. Si del lado de los españoles sólo se oyeron voces dignas de respeto, del lado de los extranjeros no suenan sino codicia, tiranía, perfidia y otras cosas no menos espantosas... Pero los pueblos que tanto vocean la crueldad de los españoles en América, son precisamente los mismos que van a las costas de África, compran esclavos negros de ambos sexos, los embarcan en navíos negreros y los llevan a América para venderlos, y enriquecidos con el negocio de la Trata de esclavos, vuelven a sus humanísimos países, para –con el producto de esta piadosa venta– imprimir libros llenos de elegantes inventivas, retóricos insultos y elocuentes injurias contra España por su acción en el Descubrimiento de América.

 Podrían las anteriores expresiones perfectamente haber sido pronunciadas ayer pero, fueron escritas hace más de dos siglos en su libro «Cartas marruecas», por el ilustrado español José Cadalso (1741-1782), militar y poeta español, admirador de Voltaire y Montesquieu.

 Uno de los más conocidos homenajes pictóricos realizados en España a la figura de Colón fue obra del artista José Garnelo Alda (1866-1945) quien con motivo de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento, en 1892, pintó un gran lienzo (que ahora puede contemplarse en el Museo Naval de Madrid) en el que representó el primer encuentro de Colón y sus navegantes españoles, con los indígenas americanos. Episodio que se produjo el 12 de octubre de 1492, en la isla de Guanahaní, en el archipiélago de las Antillas. La escena de este cuadro se desarrolla bajo el símbolo de la cruz y de la bandera de Castilla en referencia a los Reyes Católicos, promotores de la empresa descubridora, quienes aparecen representados a través de una bandera blanca sobre la que figura una cruz verde y las iniciales de los monarcas: F e Y.

José Garnelo Alda (1866-1945). Primer contacto de Colón y los navegantes españoles que le acompañaron en el Descubrimiento de América, con los indios, en la isla de Guanahani (en el archipiélago de Las Lucayas), el cual, según el Diario de Navegación del Almirante, tuvo lugar el día 12 de octubre de 1492. La obra fue un encargo del Gobierno español, dentro de las actividades culturales programadas para conmemorar, en 1892, el IV Centenario del Descubrimiento. El cuadro puede contemplarse en el MUSEO NAVAL DE MADRID.
Pero el descubrimiento de América no fue el final sino el principio de la expansión marítima hispana, con la finalidad de abrir nuevas rutas comerciales entre América, la India y China. Una idea ya acariciada por Fernando «el católico» como rey de Aragón y regente de Castilla, hasta que en 1565 Miguel López de Legazpi, incorporó a la Corona española el  archipiélago de las Filipinas, fundando cuatro años después la ciudad de Manila.

 A través de la implantación de la ruta marítima del «Galeón de Manila» (también conocida como de «la Nao de China», o «el Galeón de Acapulco», activa durante dos siglos y medio –desde 1565 hasta 1815–), la Monarquía hispana fue la impulsora de la primera globalización económica mundial, uniendo comercialmente a los continentes de Asia, América y Europa, a través de las ciudades (todas fundadas por los españoles) de Manila, Acapulco, Veracruz y La Habana, con las peninsulares de Cádiz y Sevilla.

 Fruto de aquella importante ruta comercial fue la popularización en España (a partir del siglo XVII, y hasta bien entrado el siglo XX), de los mantones de Manila –aunque en realidad eran de origen chino–, confeccionados en seda y bordados elegantemente con todo tipo de motivos orientales y gamas de colores, los cuales se adaptaron tan bien al carácter español que pronto se extendió su uso a los distintos trajes regionales, incluido el aragonés, y  se convirtió en la prenda más castiza de la mujer española.

  Una palabra, por cierto (“mantón”) que también llegó a España procedente del Nuevo Mundo, ya que fue en la Cuba hispana del XVIII donde se empezó a usar, con el significado de “mantilla de mujer”, y que acabó también por incorporarse al léxico peninsular. Mantos tan populares e hispanos como los que hace más de tres siglos cubren la columna de la Virgen del Pilar en la Basílica de Zaragoza, algunos de los cuales fueron regalados, precisamente –mediado el siglo XIX–, por aragoneses residentes en Filipinas.

 Asimismo, Cataluña, gracias al desarrollo de su industria textil (que contó con la protección del
Estado español frente a la competencia extranjera) fue la región española más beneficiada con la ruta comercial del «Galeón de Manila», ya que la gran demanda interior y la criolla de la América hispana, propició que en torno al año 1780, Barcelona contase con más de 2.000 telares, en los que trabajaban 16.000 obreros, por encima de Ámsterdam, Bremen, Hamburgo o Basilea. Por ello los fabricantes catalanes tuvieron mucho que celebrar cuando en 1772 crearon la “Real Compañía de Hilados de Algodón de América”.

 De modo que, aun en estos tiempos de nacionalismos espontáneos y de nacionalismos fomentados y aún inventados, la Hispanidad sigue siendo la gran fiesta que une a millones de personas de los cinco continentes (desde Mindanao a Malabo), las cuales se sienten partícipes del universal sentimiento hispano. Día del Hispanismo o de la Hispanidad que se conmemora el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar. Un sentimiento de Hispanidad que cose y no disgrega, a pesar de discursos miopes y partidistas que pretenden actuar sobre los corazones y las mentes a la manera de martillazos, sin otorgar espacio alguno al análisis fundamentadamente histórico y reflexivo.

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