viernes, 8 de junio de 2018

Una universidad más transparente y cercana a la sociedad

En Rectores y privilegiados, el profesor José Carlos Bermejo realiza una crítica en profundidad de la institución académica tras diez años del “Plan Bolonia

Portada del libro "Rectores y privile-
giados
", del profesor de la USC
José Carlos Bermejo Barerra
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José Carlos Bermejo Barrera
Rectores y privilegiados: cónica de una universidad
Ediciones Akal, 394 pp.
Madrid, 2017
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  El autor de este libro, José Carlos Bermejo, catedrático de Historia Antigua en la universidad de Santiago de Compostela y colaborador habitual en prensa escrita de Galicia, hace un análisis tan poco complaciente como necesario sobre el funcionamiento y gestión de las universidades españolas desde que en 2008 se instaurara en ellas el “Plan Bolonia”.

 De este modo, lo que en principio fue sólo una declaración a nivel europeo, que recomendaba implantar el sistema de créditos y de tres niveles (grado, máster y doctorado) en España dicha recomendación se transformó en una directriz de obligado cumplimiento, bajo el pretexto de que Europa obligaba a cambiar el sistema de enseñanza
Luis Negro Marco
universitaria.

 A partir de ahí, y a juicio del profesor Bermejo, la enseñanza se degradó, toda vez que las evaluaciones pasaron a realizarlas agencias, de acuerdo a 69 variables comunes a todos los planes de estudio universitario, pero renunciando a hacer un catálogo razonado de grados y másteres oficiales. Así, se crearon unos grados y unos másteres que escondían, muchas veces, los gustos personales de los docentes y sus ansias de poder académico.

  Este libro también aborda el marco jurídico por el que se regulan las universidades españolas, en el que según el autor se está produciendo un “asombroso crecimiento del poder personal”, primero de los rectores, los únicos cargos administrativos que resuelven los recursos contras su propios equipos de gobierno, ya que en ellos se agota la vía administrativa en cada universidad.

 Y tampoco son halagüeñas las referencias que el profesor Bermejo hace sobre la investigación y las condiciones laborales de los investigadores universitarios. Para determinar los parámetros evaluadores de su calidad y excelencia, el Estado subvenciona industrias editoriales que ponen gratis al servicio de las empresas los conocimientos creados con dinero público. Y sin embargo, los investigadores no reciben nada a cambio por su trabajo y contribución al desarrollo de la sociedad.

 Y a todo ello hay que unir la existencia de un alumnado universitario mayoritariamente desmovilizado, sin apenas participación en las elecciones a rector. Un indicador más del galimatías –según el autor– actualmente existente en la universidad española.

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