Luis Negro Marco
La primera de las constituciones que han existido en nuestro país,
fue la de Bayona, nombre con el que se conoce a la otorgada en dicha ciudad
francesa por el rey intruso José Bonaparte el 6 de julio de 1808. Sin embargo,
el verdadero origen del constitucionalismo español lo marcó la Constitución de 1812,
sancionada el 19 de marzo de dicho año (festividad de San José –de ahí su apodo
de «La Pepa » –), por las Cortes Constituyentes de Cádiz. Fueron
redactadas aquellas durante el cautiverio del rey Fernando VII, quien no la quiso aceptar una vez
repuesto en el trono de España.
Baraja de la Constitución de Cádiz, impresa en 1822, durante el trienio liberal (1820-1823), tras el golpe del general Riego |
Dos años, después –conclusa la tercera guerra carlista y proclamado
Alfonso XII como nuevo rey de España–, Cánovas
del Castillo asumió la responsabilidad de elaborar una nueva constitución para
España, la cual fue aprobada por las Cortes el 30 de junio de 1876. La nueva carta
magna establecía la monarquía legítima de Alfonso XII, la tolerancia religiosa,
y la creación de un senado mixto. Esta constitución se mantuvo en vigor durante
47 años, siendo la más longeva que hasta ahora ha tenido nuestro país.
Su vigencia finalizó en septiembre de
1923, bajo el reinado de Alfonso XIII, a causa del golpe de estado del general Primo de Rivera, que estableció una dictadura militar en virtud de la cual dejaba en suspenso
(pero no cancelaba) la constitución de 1876. Primo de Rivera ordenó a la Asamblea Nacional la redacción de una constitución, que
en realidad era una “carta otorgada”, es decir, no
emanada de la
soberanía popular. Eso aceleró la caída
de la dictadura, que culminó con la dimisión de Primo de Rivera el 29 de enero
de 1930. Un fin de la dictadura que anunciaba asimismo el de la monarquía, cuyo
desencadenante fue el triunfo obtenido por las candidaturas republicanas en las
elecciones municipales del 12 de abril de 1931; dos días después, Alcalá Zamora anunciaba el advenimiento de la II República, y con ella una nueva constitución para España, que se
promulgó el 9 de diciembre de
1931. Un texto que acometía grandes reformas en terrenos tan importantes como
el de la agricultura, la iglesia, la educación,
el ejército, la justicia, y el desarrollo de los Estatutos de Autonomía para
Cataluña, País Vasco y Galicia.
Viñeta satírica alusiva a la Constitución de 1869, publicada en el periódico "La Flaca" |
La constitución republicana de 1931 permaneció vigente
hasta el 1 de abril de 1939,
fecha en que terminó la guerra civil (1936-1939) y fue abolida por Franco. Durante el franquismo el Estado se rigió de acuerdo al «Fuero
de los Españoles», formulado en 1945 como
una Carta de Derechos para dar apariencia democrática ante
los aliados victoriosos de la II Guerra Mundial.
Transcurridos treinta años, el 22 de
noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, Juan Carlos I era coronado rey de España, iniciándose la Transición hacia la democracia. De
este modo, en diciembre de 1976 quedaba aprobada mediante referéndum la Ley para la Reforma Política
de España, y el 6 de diciembre de
1978 los españoles aprobaron
–nuevamente por referéndum– la actual Constitución
española.
Nuestra actual Carta Magna contempla a España
como una Monarquía constitucional, de la que es rey Felipe VI, y un Estado
autonómico, cristalizado en un régimen democrático estable y plural, sustentado
en la seguridad jurídica que emana de la legalidad
constitucional.
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