viernes, 17 de enero de 2014

17 de Enero, San Antón, día de hogueras y bendición de animales

San Antón, el patrón de los animales

"Hasta san Antón, Pascuas son"
 Luis Negro Marco / Zaragoza

 
Bendición de animales en la "Parroquia de la Iglesia de san
Pablo" de Zaragoza, a las 12 horas del 17 de Enero de 2014

Foto: Luis Negro Marco
Antonio Abad (san Antón) también llamado san Antonio el Magno, fue un eremita que nació en la aldea de Conma, en Egipto, en el año 251 y murió en el 356, a la edad de 105 años. Con 34 años, decidió repartir todos sus bienes y retirarse al desierto, fundando después dos monasterios. Pasó la mayor parte de sus días dedicado a la más austera penitencia, hasta su muerte. Las numerosas tentaciones que según la tradición tuvo san Antón, han quedado plasmadas en numerosos escritos y pinturas. De este modo, el santo encarna la lucha del bien y del mal, un anticipo del Carnaval, en el que se ponen en liza la carne y la Cuaresma. La Iglesia recuerda su memoria el día 17 de enero. Las reliquias de este santo tienen la reputación de curar las enfermedades, y principalmente, las del fuego sagrado” o “fuego de san Antonio”. La importancia de san Antonio Abad es destacada en toda Europa y todos los pueblos de España. Asimismo, san Antón es también el patrón de los animales, cuya festividad se aprovecha para la bendición de los mismos, rito que supone la cristianización de antiguas ceremonias de apareamiento de animales domésticos (para implorar su reproducción) que, en la Antigüedad, tenían lugar en torno a estas mismas fechas. Y respecto a la tradición de representar a san Antón junto a un cerdo (que representa las tentaciones a las que hubo de hacer frente el santo durante su vida de eremita) parece que tuvo su origen en el año 1095, en de la Orden Hospitalaria de los
Una devota de san Antón lleva en brazos a su
perra para que reciba la bendición, en la Parro-
quia de San Pablo de Zaragoza, el 17 de Enero

de 2014.- Foto: Luis Negro Marco
Antoninos
, en el Estado del Delfinado (antigua región de Francia, con capital en Grenoble) donde se hallaban unas reliquias de san Antón. En ese año, la región había padecido el misterioso “mal de los ardientes”, proveniente del consumo de un centeno en malas condiciones. Durante la epidemia, los Hospitalarios desempeñaron un papel importante como sanadores. Vestían con un manto negro y una “Tazul cosida a él, y los frailes anunciaban su llegaba a las casas con una campanilla colgada al cuello. Así que, por derivación, cuando comenzó la costumbre de regalar cerdos para sus hospitales, se decidió que fuesen marcados con unaT” y que se les colgase una campanilla al cuello, pudiendo los animales seleccionados, deambular libremente y comer todo lo que les apeteciese, a fin de estar bien rollizos para cuando les llegase el día de la matacía y se convirtiesen en longanizas para alimentar a los enfermos. Muchos pueblos de España celebraron hasta hace unas décadas la “Fiesta del cerdo de san Antonio”, según la cual se dejaba circular libremente por el pueblo a un lechón para que la gente lo alimentase. Una vez engordado, el puerco era rifado o donado a un hospital.   Las hogueras que en el día de san Antón tradicionalmente se encendían en plazas y aldeas de casi toda España, tenían un claro significado de purificación ritual agrícola. Así, con el fuego se eliminaban los males del Invierno y se hacía propicia la vida que antes de estallar en Primavera, ya late para
Y también este simpático gato, encaramado a los hombros de
su dueño no se ha querido perder su bendición en el día de su
patrón; él también ha ido, hoy 17 de Enero de 2014 a la Parro-
quia de San Pablo, en Zaragoza, para recibir la bendición.-

Foto: Luis Negro Marco 
estas fechas en las entrañas de la tierra. 
Por otro lado, en muchos lugares de España, durante la noche de san Antón era costumbre muy generalizada la representación teatral de la “Sanantonada”, un Auto Sacramental, con la presencia de ángeles, diablos, y personajes con antorchas de fuego. Representado hasta no hace muchas décadas, el espectáculo revivía la vida del santo, con las tentaciones que tuvo a lo largo de su vida. El demonio aparecía, en primer lugar, representado como un niño negro. Posteriormente, como una dama que trataba de seducir a san Antón para casarse con él. Y finalmente, como un monje que aparecía en escena, y que resulta ser otra vez el propio Luzbel. Pero  todas estas tentaciones las vencía el santo mostrando la cruz de Cristo. En las “Sanantonadas” llegaban a actuar más  de 60  personas, quienes escenificaban también la corte del Emperador romano Maximiano, quien, según la tradición,  buscó el auxilio de san Antón para que sanase a su hija enfermaY tras la representación cada barrio arrimaba sus parrillas a las brasas de su hoguera para asar chorizos, orejas y panceta de cerdo, bien regadas con recios tintos, moscateles y cazallas, finalizando la fiesta con un alegre y animado baile popular. Y es que, aunque para san Antón el frío aún aprieta, ya se escuchan a lo lejos, por llanos, valles y montañas, las "trangas" de los Carnavales que ya se aproximan.

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