Firmas invitadas
P. Ignacio de Nicolás, escolapio
Exégesis del Evangelio del 31de mayo: Trinidad.- Última Aparición de Jesús
P. Ignacio de Nicolás, escolapio El Dogma: Dios como uno en Naturaleza y tres en Personas entre sí diferentes y distintamente relacionadas. Así lo definimos y aún buscamos una semi-explicación sobre el misterio, afirmando que las personas aparecen [para usar una palabra menos impropia] por dos operaciones siempre presentes y que son intrínsecas al ser espiritual puro, que eternamente opera, o vive. Por visión intelectual es engendrado el Hijo o Verbo, e inspirado por el amor, surge el Espíritu entre Padre e Hijo. ¿Qué tenemos nosotros a ver con esa mayestática Trinidad? Preguntará más de uno. Pues bien: fuimos criados a su imagen (Gn 1,26) y destinados a formar parte de esa familia divina (Mt 25,21 y 34). Así como el Hijo tomó sobre sí nuestra humanidad en su Encarnación, nosotros somos convidados a encarnarnos, o mejor insertarnos en Dios del modo como Él vive (Jn15,5):por la fe lo conocemos, aunque imperfectamente y ese conocimiento será transformado en visión plena. Y por el amor, lo único que permanecerá según Pablo, lo poseemos. Es precisamente este amor que nos es comunicado como Espíritu de nuestro espíritu. El Monte: Los once discípulos, pues, salieron para Galilea para el monte donde Jesús les mandó (16). Undecim autem discipuli abierunt in Galilaeam in montem ubi constituerat illis Iesus. Dejando pensamientos teológicos de lado, veamos la interpretación hermenéutica del evangelio de hoy. En primer lugar, tenemos que la aparición de Jesús resucitado se dio en el monte. Es también Mateo que en el monte inicia
Frase: "Los que más ostentan tener son los que menos tienen" (Baltasar Gracián)
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