Firmas invitadas
Exégesis del Evangelio del 17 de mayo, Ascensión del Señor (Mc, 18; 15-20)
"Jesús continúa en sus discípulos"
P. Ignacio de Nicolás, escolapio Desde el versículo 9, el capítulo 16 de
Marcos es llamado de Deuterocanónico. Aunque sea el final más aceptado por
todas las denominaciones cristianas, no es el único en los manuscritos antiguos
y más parece una recopilación posterior, como una especie de resumen, hecho
para no dejar el primitivo Marcos en el aire con la últimas palabras del
versículo: Ellas salieron y huyeron lejos y no dijeron nada, pues tenían miedo. Con este final la resurrección
de Jesús quedaba como un hecho no
comprobado por falta de apariciones. De ahí que el evangelio de Marcos tiene 4
diferentes versiones. La más aceptada es la que hoy usamos para el hecho de la
Ascensión del Señor: narra como hecho, la resurrección de Jesús, su aparición a
María la Magdalena, a los dos discípulos en el campo, a los 11 y los últimos
mandatos, terminado con la Ascensión, como si ésta fuese un hecho inmediato
después de esos preceptos, dentro de la aparición a los once. Termina con un
compendio de lo que Lucas ampliará como Hechos de los Apóstoles. Constituye,
pues, un verdadero resumen, tomado probablemente del Evangelio de Lucas y por
tanto muy probablemente constituye el compendio hecho por la primitiva Iglesia
y es un testimonio vivo de la tradición,
comunitariamente admitida. Y por tanto, dirigida por el Espíritu Santo. Es
pues, parte inspirada de los evangelios de Jesús. En el versículo 14, anterior
al inicio de este evangelio, Jesús se manifiesta a los Once, cuando estaban a
la mesa, censurándoles su falta de fe por no acreditar en la palabra de los que
o habían visto resucitado. Es entonces que les dijo: Yendo al mundo
todo proclamad el Evangelio a toda criatura / Et dixit eis euntes in mundum
universum praedicate evangelium omni creaturae.
Cristo, Jesús resucitado, toma cuenta del Reino y ordena un primer artículo de
la nueva Constitución Apostólica: El anuncio del evangelio que debía ser
proclamado a todo el mundo y a todos los que en él eran capaces de escucharlo.
La casa de Israel, el antiguo pueblo de Dios, es sustituido por la
universalidad del género humano. Era el primer triunfo de la cruz. Sus brazos
abrazan todos los hombres. Y ¿qué significaba la palabra Evangelio? Evangelio: Esta palabra aparece 16
veces en los libros que hoy llamamos de evangelios: 5 en Mateo, 7 en Marcos y 4
en Lucas. Es término no usado por Juan, ni aun en sus epístolas y que una sola
vez aparece en el Apocalipsis (14,6).
Etimológicamente significa Buena Nueva o Mensaje. La palabra fue usada por Jesús como anuncio de una novedad de
relaciones entre Dios, que ofrece el mensaje como dádiva y los hombres que lo
reciben con agradecimiento: de ahí el Evangelio del Reino (Mt 4,23), del Reino
de Dios (Lc 8,1) o de Dios (Mc 1,14). Después de la Ascensión, el evangelio es
un anuncio sobre la persona de Jesús como Salvador y Señor; y en los Hechos
(11,20) vemos por la primera vez el anuncio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios (Mc
1,1). Paulo adiciona un nuevo título, muy significativo, al anuncio por él
hecho: mi evangelio, que intitula de
la incircuncisión, debido al hecho de que fue escogido como evangelio de los
gentiles (Gl 2,7). La Fe: Aquél que haya creído y haya sido
bautizado, será salvo; aquél que no haya creído será condenado (16). Qui crediderit et baptizatus fuerit
salvus erit qui vero non crediderit condemnabitur. El versículo
consta de dos hemistiquios contrarios e complementares. El primero es positivo:
la fe, seguida del Bautismo, salva. Son dos acciones: una interior que
corresponde a la Fe, o sea, aceptar como Señor a Jesús, el resucitado, pasando
de Maestro a Señor. La segunda es externa, un acto que implica una confesión y
un compromiso: el Bautismo. Éste sustituyó a la antigua circuncisión y obliga
tanto a hombres como a mujeres: Toda criatura. La Ley de Moisés fue sustituida por
una Ley igualitaria entre hombres y mujeres, entre judíos y gentiles: la Fe y el
Bautismo. Por la Fe creemos en el corazón que Dios resucitó a Jesús entre los
muertos. Por la boca [en el Bautismo] confesamos que Jesús es el Señor, como
dice Pablo (Rm 10,9-10) y así es como seremos salvos. Y ¿qué acontece con
aquellos que después de haber escuchado la proclamación del Evangelio no
acreditan en el Kerigma? Pues serán
condenados. Es bueno leer el capítulo 2 de Pablo a los Efesios para ver cómo
los gentiles en la carne entraron a
formar parte de los hijos creados en Cristo Jesús por su sangre [lo que da la
vida] a fin de crear un mundo nuevo. Hombre espiritual que será el verdadero,
por tener el Espíritu de Cristo en oposición al viejo hombre carnal,
descendiente de Abrahán. "Por eso,
nosotros, judíos y gentiles, en un solo Espíritu, tenemos acceso al Padre" (Ef 2,18).
Y la frase del Papa Instaurare omnia
in Christo nada más es que un resumen de la frase paulina: "Así no griego ni judío, circunciso o
incircunciso, bárbaro, escita, esclavo, libre sino Cristo en todo y en todos".- (Cl 3,11).
Guinea Ecuatorial. Representación teatral "Jesucristo Superstar; a cargo del grupo juvenil de teatro de Bata. Salón de actos del Centro Cultural español de Bata. Foto: Luis Negro Marco / julio 2012 |
Ejemplo del milagro de Lourdes
Era el Dr.
Alexis Carrel, premio Nobel de medicina en 1912, el mejor cirujano del mundo.
Durante muchos años ateo y racionalista. Sabio, científico meticuloso, se
interesó por los llamados milagros solo por incentivo científico. Quien es verdadero
científico nunca afirma ni niega nada,
sin primero estudiar a fondo el tema.
En Lourdes, según Boissarie [director del
Escritorio de Constataciones Médicas de Lourdes] existían hechos dignos de un
estudio detallado. Y Alexis partió en un viaje con un grupo de peregrinos. En
Lourdes presenció el milagro de la cura de Marie Baylly. Así describe el doctor
los hechos de los que fue testigo privilegiado como médico y como científico.
En el compartimiento del vagón estaba una joven muy enferma había más de ocho
meses. Algunos días antes, el cirujano del hospital, porque su estado era
demasiado grave, me la recomendó. El sacerdote que estaba al frente de la
peregrinación habló a Alexis de la enferma:
Está tan débil que temo una desgracia. Alexis, después de reconocerla,
preguntó: Cuando un enfermo muere en el
viaje, ¿qué podemos hacer? La enferma tuvo un colapso. Al recuperarse un poco gemía diciendo: Nunca podré llegar a Lourdes. En su
diario Alexis anotó: Me ha llamado unas
diez veces y está en peligro de vida. Tiene una peritonitis tuberculosa en
último estado. Todos sus parientes, padres y hermanos murieron de tuberculosis.
La joven tiene llagas tuberculosas en la piel y cavernas pulmonares y hace
algunos meses peritonitis, diagnosticada por su médico y por el Dr. Bromilloux,
conocidísimo cirujano de Bordeux. Temo
que muera en mis manos –escribe en su diario Alexis. En el hospital de
Lourdes, extendida en la cama, sin poder hablar. El pulso 150 por minuto con
intermitencias. El corazón estaba para ceder. Antes de llevarla a la piscina,
Alexis comenta con un médico amigo: Han tentando el imposible prodigio de resurrección de una muerta. Si ella sanara hasta yo acreditaría en los milagros. La joven estaba tan acabada que las monjas enfermeras no
permitieron que ella entrase en la piscina. Solo pasaron un poco de agua en el
vientre. Media hora más tarde Marie Baylly fue conducida al lugar reservado en
frente de la gruta. Alexis estaba allí. De repente parece que los aspectos
lívidos de la paciente habían desaparecido. Parecía una alucinación. Otro
médico pensó que la cosa era por estar muriendo. Alexis vio cómo las cubiertas
del vientre poco a poco se bajaban. Su amigo médico dijo: Bien, parece que está habiendo una disminución de la tumefacción del
vientre; ciertamente serán las cubiertas. Quince minutos más tarde Alexis
pregunta a Marie: ¿Cómo se siente? –Muy bien. No tengo muchas fuerzas, pero
siento que estoy curada. La enfermera pasó un tazón de leche y Marie lo
bebió de un golpe. Después de algunos minutos la enferma levantó la cabeza,
miró a su alrededor, se agitó un poco y se encogió sobre un lado sin dar la
mínima muestra de dolor. Alexis prefirió marcharse. ¡Semejante mejoría había
sucedido bajo sus ojos y con qué simplicidad! Al comentar lo sucedido con el Dr. Boissarie, éste pareció no darle
importancia: No es el único caso. El P.
Salvador se curó en cinco minutos. Y llegó muriendo con tuberculosis pulmonar y
peritonitis. El año pasado la Señora D. se curó en pocos minutos de una
peritonitis muy grave. Alexis fue a ver su paciente en el hospital. La
joven estaba sentad en la cama, los ojos vivos, las manzanas del rostro
levemente rosadas. –Doctor, estoy
plenamente curada. Y Alexis examinó a la paciente: el vientre estaba blando
y tratable. Procuró con los dedos la masa dura y no encontró nada. La
tumefacción y la dureza habían desaparecido como en un sueño. Alexis llamó a
los doctores que examinaron a la joven: Estaba curada. Y Alexis afirmó: si no hubiese escrito las observaciones
sobre ella en varias oportunidades, dudaría de la exactitud de mi memoria. Marie Baylly en 6 de diciembre de ese mismo año 1903 entró en la congregación
de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Murió co 51 años en 1937. El
Dr. Carrel se convirtió y fue un excelente católico. Murió en1944. "No hay maestro que no pueda ser alumno" (Baltasar Gracián)
Virgen de Lourdes llevada en procesión por las calles de Santiago de Compostela.- Foto: Luis Negro Marco / 2009 |
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