sábado, 20 de junio de 2015

El sacerdote escolapio Ignacio de Nicolás, comenta el Evangelio del domingo, 21 de junio: Jesús calma la tempestad sobre las aguas del lago

Firmas invitadas
 (P. Ignacio de Nicolás, escolapio)

XII Domingo del tiempo ordinario: Tempestad en el lago 
(Mc 4, 35-41) /Lugares paralelos: Mt 8,23-27; Lc 8,22-25

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Acabar con la tempestad sobre el lago, es el primer milagro de Jesús sobre unas fuerzas de la Naturaleza, consideradas en la época como siendo parte del dominio de los poderes del mal o del abismo. Calmar una tempestad en el mar era dominar las fuerzas del abismo [el profundo del mar donde reinaba el mal absoluto]. La admiración de los discípulos, que estaban en la barca, fue inmediata. ¿Quién es este hombre que hasta el viento y el mar le obedecen? Vamos traducir versículo a versículo, comentándolos y comparando la traducción con el latín de la Vulgata
P. Ignacio de Nicolás, escolapio

Las circunstancias: Y dice a ellos, en  aquel día, llegada la tarde: Pasemos al otro lado (35). Et ait illis illa die cum sero esset factum transeamus contra. Otro lado: La palabra peran <4008>es un adverbio que indica o más allá, más adelante, que el latín traduce por contra o sea al contrario. Lógicamente, en un lago es la margen opuesta, como traducen las lenguas vernáculas modernas. El tiempo era el fin del día, el atardecer, o sea desde Las seis de la tarde.El embarque: Y despidiendo a la multitud, lo toman tal como estaba, en la barca, y otras barquitas estaban también con él (36). Et dimittentes turbam adsumunt eum ita ut erat in navi et aliae naves erant cum illo). Aquí tenemos el uso del Kai [y] con dos sentidos: conjuntivo el primero y disyuntivo el
Un pescador se hace a la mar en su cayuco, en la isla
guineoecuatoriana de Annobón
.- Foto: Luis Negro
segundo. Por eso la mejor traducción sería:
Y despidiendo a la multitud, lo embarcaron sin más, aunque estuviesen otras barquitas cerca de él. La traducción CEI italiana concuerda con nuestra traducción, pues de otra manera no se entendería el contexto. Solamente debemos hacer una distinción: Marcos habla de Ploion [barco], aquél en que Jesús es depositado, y Ploiarion [barquito] como eran los que estaban junto a la barca de Jesús. La diferencia no es grande; Marcos usa el ploiarion también en 3,9 cuando Jesús se sentó en un pequeño barco para evitar la multitud en la playa. Solamente Juan usa también el ploiarion en dos ocasiones, aparentemente sin distinguir entre ploion y ploiarion. Estos últimos son los barcos de pesca del lago. 
La tempestad: Y se forma un torbellino de viento grande; y por tanto las ondas se lanzaban sobre la barca de modo que ella ya se llena (37). Et facta est procella magna venti et fluctus mittebat in navem ita ut impleretur navis. La traducción es un tanto hosca como es el griego de Marcos, pero hemos querido que refleje fielmente el griego, comparándolo con el latín para que sepamos cómo fue entendida la Palabra en los primeros siglos. En general las traducciones prefieren el tiempo pretérito de todos los verbos, contrariamente al texto original que opta por el presente histórico, mezclado con el pretérito como en este versículo. Los otros dos evangelistas  hablan no de tempestad con lluvia, sino de un seísmo [motus latino] (Mt) o de un torbellino de aire [procella ventis] (Lc). Todos los tres evangelistas narran el hecho como repentino y no como una tempestad, sino como un fenómeno especial. Precisamente esa noción de lo acontecido nos lleva más aún a suponer que el fenómeno era sobrenatural teniendo origen en las fuerzas malignas del abismo o del profundo del mar. Debemos pues recordar el caso de Jonás en el mar.Jesús duerme: Y estaba Él sobre la popa, durmiendo sobre la almohada y lo despiertan y dicen a Él: Maestro ¿no te importa porque perecemos? (38). Et erat ipse in puppi supra cervical dormiens et excitant eum et dicunt ei magister non ad te pertinet quia perimus. Parece improbable que delante de tamaña turbulencia Jesús durmiese plácidamente como quien no está consciente del peligro o no tuviese la mínima consideración con los que estaban en ese momento amedrentados por la amenaza del mar alborotado.Jesús actúa: Y habiéndose levantado, conminó al viento y dijo al mar: calla, mantén cerrada la boca. Y amainó el viento y se hizo una grab calma (39). Et exsurgens comminatus est vento et dixit mari tace obmutesce et cessavit ventus et facta est tranquillitas magna. Jesús conmina al viento y manda en el mar como como si éstos fuesen seres vivos que debían ser reprimidos y dominados. Ya hemos dicho antes que los contemporáneos de Jesús veían en las tormentas una acción de los espíritus malignos que habitaban en su abismo. La acción de Jesús fue dirigida principalmente al mar a quien reprende de modo autoritario. Parece como si el mar hablase por el viento y una vez el mar en calma, el viento callase y la calma se instauró repentinamente. Fue
Desembocadura del río Ntem en el Atlántico, marcando
la frontera entre Camerún y Guinea Ecuatorial.-
Foto: Luis Negro Marco
como un exorcismo en que el viento era la boca del mar donde el príncipe de las tinieblas ordenaba la tormenta, dispuesta a destruir la pequeña Iglesia naciente. 
Advertencia a los discípulos: Y les dijo a ellos: ¿Qué estáis temiendo, de modo tal como si no tuvieseis fe? (40). Et ait illis quid timidi estis necdum habetis fidem. Lógicamente es preferible respetar los tiempos griegos qe ellatín respeta, pero acomoda la última parte para mejor entendimiento y traduce ¿aún no tenéis fe? ¿Por qué Jesús recrimina la poca fe de los discípulos? Porque ellos no pensaron que con Jesús al lado era imposible perecer. La confianza en el Maestro no llegaba al límite de confiar sus vidas en el poder de Jesús. Las modernas traducciones dividen la frase en dos: ¿Por qué sois así miedosos? ¿ No tenéis aún fe? (CEI) Y ¿por qué sois tan medrosos? ¿Por qué no tenéis fe? (ES). La idea central es la misma; pero nuestro deber era traducir del modo más exacto el griego bíblico porque muchas veces encontramos verdaderas y gratas sorpresas.La reacción de los discípulos: Y temieron con gran temor y decían entre ellos ¿quién por tanto es éste, ya que tanto el viento como el mar le obedecen? (41). Et timuerunt magno timore et dicebant ad alterutrum quis putas est iste quia et ventus et mare oboediunt ei. Era en el inicio de la vida pública de Jesús y no estaban acostumbrados a los grandes milagros. Y de ahí que su estupor fuese el mayor posible. Con este milagro Jesús se equipara a Moisés, a Josué y a Elíseo, con la diferencia de que el viento nunca fue objeto de sumisión a la palabra de un hombre.Pista1 Estamos en el inicio de la vida pública. Los discípulos aún no conocen bien el poder del Maestro, que era para ellos una esperanza de futuro. Los motivos del seguimiento de Jesús comienzan con el testimonio del Bautista, según leemos en el cuarto evangelio. Los motivos de nuestro seguimiento están precisamente  en el testimonio de nuestros padres y de la Iglesia; pero a diferencia de los apóstoles no hemos visto el hecho especial que despierte nuestra poca fe. Pista2 Cristo está durmiendo en nuestro barco como dormía en la popa del navío entre los discípulos. Fue la borrasca que los obligó a despertarlo. Serán  las borrascas de la vida que nos llevan a despertar a Jesús
Cayuco de pescador varado junto a las playas de Río
Campo (Guinea Ecuatorial).-
Foto: Luis Negro Marco
dormido dentro de nosotros. El grito de los apóstoles,
no te importa que perezcamos, será también el clamor que aviva nuestra fe lo único que en esas circunstancias podrá salvarnos. 
Pista3 Aparentemente Jesús  duerme en la Historia de la Iglesia, cuando las dificultades de la misma son mayores en momentos difíciles. Cuando Lutero dividió a la Iglesia, Dios suscitó el mayor número de santos que la purificaron y quiso que países católicos fuesen los que, descubierta América, llevasen la fe de Roma a los nuevos territorios. Hoy la Iglesia está en un momento crucial de la encrucijada de la Historia. La familia está siendo combatida y destruida. Es hora de ella despertar y de despertarnos para un nuevo periodo de calma y victoria. De lo contrario, seremos hombres de poca fe que solo esperamos el triunfo de las fuerzas humanas. Pista 4 Nuestra falta de fe y nuestra poca esperanza son debidas a que no conocemos al verdadero Jesús de la Historia y solo vemos el pequeño mundo de día a día. Como en la gran crisis del siglo XVI hoy la Iglesia necesita una renovación. Muchas veces para renovar un edificio es necesario derribarlo, y solo entonces podremos reedificarlo. Es posible que ésta  sea la nueva situación en que nos encontramos.  Tengamos fe. Podemos escuchar las palabras de Gamaliel en el Sanedrín: Si la obra proviene de los hombres, se destruirá por sí misma; si viene de Dios, nada podrá destruirla (At 5,38-39). Ejemplo: En una pequeña iglesia de una villa marinera está colgada del techo de la misma una pequeña barca de pesca de las llamadas traineras en que en la base de la fuerza de los remos se adentraban en la mar para la pesca del atún o de la sardina en tiempos no muy distantes. Pegada a la trainera está esta leyenda: Si quieres aprendes a rezar, métete en el mar marinero. Métete en el mar. Es posible que ese mar no sea hoy en día de agua y ondas, sino de tristezas y dificultades y que en esas tribulaciones la única solución sea nuestra oración y la ayuda del Señor.

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 No tenemos más derecho a consumir felicidad sin producirla, que a consumir riqueza sin producirla (George Bernard Shaw). 

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