'' Olé '', Chibanga
Ricargo Chibanga, primer y único
torero africano de la historia
Ricardo
Chibanga nació un 8 de noviembre de 1942 en Mozambique, en el barrio de
Mafalala de la ciudad de Lourenço Marques (actual Maputo), capital de la por
aquel entonces colonia portuguesa, y en donde el gobierno luso había construido,
en 1956, una plaza de toros, que es una de las cinco que actualmente siguen
existiendo en el continente africano. Miembro de una familia humilde, el padre
de Chibanga regentaba una pastelería y su madre cuidaba de sus siete hijos.
En Portugal, para convertirse en torero
Al joven Ricardo le gustaba ir a ver las
corridas de toros, que en la plaza de Lourenço Marques se celebraban en
diciembre, abril y durante las fiestas de junio. De manera que, entusiasmado
por aprender el arte del toreo en Portugal, en 1962, cuando tenía 18 años, se dirigió al torero portugués
Manuel dos Santos y al empresario Alfredo Ovelha, para que intercedieran por él
ante el gobernador de Portugal en Mozambique, entonces el almirante Sarmento
Rodrigues, para hacer realidad su sueño de trasladarse a la metrópoli para aprender
el noble arte de la tauromaquia.
Poco se
podía imaginar entonces el joven Ricargo Chibanga que, con el tiempo, iba a
convertirse en uno de los más célebres embajadores de Portugal en el mundo; junto
a Amalia Rodrigues (célebre cantante de fados y actriz nacida en Lisboa
[1920-1999]); y junto a Eusebio da Silva, jugador de fútbol [1942-2014], que
ganó con Portugal la Copa Mundial de Fútbol en el año 1966, y que como Ricardo
Chibanga también era mozambiqueño, y también nacido en la ciudad de Lourenço
Marques (actual Maputo).
Al
poco tiempo de llegar a Portugal, Chibanga realizó el servicio militar
obligatorio en Lisboa, y una vez terminado, se fue a la ciudad de Golegã, aproximadamente a 100 kilómetros al norte de Lisboa,
porque tradicionalmente, Golegã había sido una tierra
de toros y caballos, y creyó (con acierto) que era el lugar ideal en el que
podría aprender para llegar a convertirse en el extraordinario torero que fue.
El
primer toro que lidió fue en la plaza de toros de la localidad portuguesa de Campo
Pequeño, en el año 1968, al término de cuya faena salió a hombros del público,
por la extraordinaria actuación que llevó a cabo.
Chibanga, “El
Africano”
El 15
de agosto de 1971 Rafael Chibanga tomaba
la alternativa (ceremonia por la cual el
novillero recibe la categoría de torero) en la plaza de toros de la “Real Maestranza” de Sevilla (España), de
manos de los toreros españoles Antonio Bienvenida y Rafael Torres, cortando la
única oreja de la tarde (las orejas y el rabo, son trofeos que se ofrecen a los
toreros, solamente si su actuación ha sido brillante y ha divertido al público).
La consagración de Chibanga como torero fue de tal trascendencia para
Portugal que la Televisión Pública del país (la RTP) desplazó un equipo de
técnicos y periodistas para transmitir en directo el importante acontecimiento.Dos
años después: el 14 de abril de 1974 llegaba a la plaza de toros de “Las Ventas” (la catedral española del
toreo), en Madrid, siendo confirmado como uno de los mejores toreros del
momento. Los periódicos españoles le dedicaron páginas enteras de elogio apodando
cariñosamente a Ricardo Chibanga como “El
Africano”.
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Ricargo
Chibanga en 1971, en una de sus
magnificas faenas con el capote, burla la embestida del toro con inigualable
elegancia, muy acorde con la más alta distinción del arte de la tauromaquia.-
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Plazas
de toros en África
Curiosamente, también en África existen
algunas plazas de toros, que fueron construidas por españoles y portugueses en
sus respectivas colonias y zonas de influencia. Así, los españoles construyeron en Marruecos (en
la ciudad de Tánger), una plaza de toros en 1950; y también construyeron otra
en Argelia (en la ciudad de Orán), en 1950. Asimismo, en la ciudad española
norteafricana de Melilla también los españoles construyeron en 1947 una plaza
de toros, bautizada como “La mezquita del
toreo”. Por su parte, los portugueses construyeron en su antigua colonia de
Mozambique la plaza de toros de Lourenço Marques (que data de 1956) y en
Angola, otra plaza de toros en su capital, Luanda, la cual fue edificada en 1964.
Picasso, admirador de Chibanga
Ricardo
Chibanga, armado de capote rojo y espada, realizando una magistral actuación en
una plaza de toros de Portugal, rebosante de público.
Picasso, admirador de Chibanga
El
famoso pintor español Pablo
Picasso (1881-1973) gran amante de las corridas de toros, fue un incondicional
admirador de Ricardo Chibanga. En una
ocasión, cuando Picasso contaba ya 90 años de edad, se desplazó hasta Arlés
(Francia) solamente por ver torear al torero africano. El famoso pintor declaró entonces a los periodistas que el
mozambiqueño era de los pocos toreros que todavía eran capaces de llevarle a
ver una corrida. Y mientras Chibanga toreaba, Picasso, sentado en las gradas de
la plaza, no paraba de gritar: “Olé, Chibanga”
(Olé
es la exclamación de ánimo que, en España, los aficionados a los corriidas de
toros dan a los toreros cuando su trabajo entusiasma al público). En
correspondencia Chibanga dedicó a Picasso su segundo toro de la tarde.
De
aquella efemérides del encuentro de Ricardo Chibanga con el pintor Pablo
Picasso, la revista
estadounidense “Ebony”
El famoso pintor español Pablo Picasso (a la izquierda, con sombrero, cuando contaba ya con 90 años de edad), saluda a Ricardo Chibanga, en el transcurso de una corrida de toros celebrada en el anfiteatro de Arlés (Francia) en el año 1971.
(que se publicaba en Washington y Nueva York) dedicó a Ricardo Chibanga un amplio reportaje a todo color –de cuatro páginas– en su edición del mes de marzo de 1971.
El famoso pintor español Pablo Picasso (a la izquierda, con sombrero, cuando contaba ya con 90 años de edad), saluda a Ricardo Chibanga, en el transcurso de una corrida de toros celebrada en el anfiteatro de Arlés (Francia) en el año 1971.
(que se publicaba en Washington y Nueva York) dedicó a Ricardo Chibanga un amplio reportaje a todo color –de cuatro páginas– en su edición del mes de marzo de 1971.
Y También Christian Barnard (1922-2001) el
cirujano sudafricano, que en 1968 realizó el primer trasplante de corazón, quiso
conocer a Chibanga (el primer y único torero africano de la historia) y al
igual que antes Picasso, ambos se conocieron en una de las corridas de toros
que protagonizó el torero mozambiqueño. El
doctor Barnard declararía después que lo que más le llamó la atención de
Ricardo Chibanga fue que su extraordinaria calidad como torero y excelente
persona, residían en su gran humildad.
Torero de fama mundial
Tras
su paso por las más importantes plazas de toros de Portugal y España, Ricargo
Chibanga desarrolló su arte del toreo en Francia (toreando en la célebre plaza
de Arlés, un antiguo anfiteatro romano reconvertido en plaza de toros) y Latinoamérica,
lidiando en la “La Monumental” de
Méjico –la mayor plaza de toros del mundo–, Colombia y Venezuela. Pero le
quedaba un último sueño: presentarse en la plaza de toros de su Lourenço Marques (actual Maputo) natal. Sueño
que hizo realidad en julio de 1973, protagonizando una corrida de toros que fue
todo un acontecimiento en Mozambique. En África Ricardo Chibanga también toreó
en la plaza de toros de Luanda (Angola), cuando todavía era colonia portuguesa,
y en Asia, en la plaza de toros de la isla china de Macau, que también había
sido colonia portuguesa.
Retiro
definitivo de los ruedos
Ricardo Chibanga ejerció su arte como torero
hasta 1974, después de que en una corrida, el toro al que lidiaba le embistiera,
y una banderilla que colgaba de su lomo, le afectara gravemente a su ojo
izquierdo.
Sin embargo, el gran torero mozambiqueño siguió muy ligado
al mundo de los toros, y mandó construir una plaza portátil, llevando el
espectáculo a muchas ciudades del interior de Portugal.
Hoy en día, a sus 76 años, Chibanga vive en la
ciudad portuguesa de Golegã, cuyo ayuntamiento lo
ha declarado su hijo
adoptivo más ilustre y le ha dedicado una de sus calles: “Rúa Ricardo Chibanga”, en la que se ha colocado una placa con la
siguiente inscripción: “Ricardo Chibanga,
torero. Alumno de la Escuela de Tauromaquia de Golegã, que tomó la alternativa en la
Real Maestranza de Sevilla, el 15 de agosto de 1971”.
A día de hoy, Ricardo Chibanga vive
reconfortado con el cariño de sus vecinos, y el amor de su familia,
especialmente el de su hija Anete Chibanga de 39 años, y con la satisfacción de
no haber sido jamás una mera anécdota: la de ser el primer (y hasta ahora
único) torero africano de la historia, sino de contar con el reconocimiento de sus
compañeros de profesión, así como con el afecto de las personas que tuvieron la
fortuna de disfrutar de su arte, y de quienes aún no habiéndole visto torear
admiran su coraje, dignidad, y bonhomía propias de una gran persona.
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