domingo, 31 de mayo de 2015

Día de la Trinidad. Domingo, 31 de mayo. Comentario al Evangelio, por el sacerdote escolapio Ignacio de Nicolás

                               Firmas invitadas
 P. Ignacio de Nicolásescolapio     
    Exégesis del Evangelio del 31de mayo: Trinidad.- Última Aparición de Jesús
                     
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P. Ignacio de Nicolás, escolapio                                                                                                                                                                                                                                                   El Dogma: Dios como uno en Naturaleza y tres en Personas entre sí diferentes y distintamente relacionadas. Así lo definimos y aún buscamos una semi-explicación sobre el misterio, afirmando que las personas aparecen [para usar una palabra menos impropia] por dos operaciones siempre presentes y que son intrínsecas al ser espiritual puro, que eternamente opera, o vive. Por visión intelectual es engendrado el Hijo o Verbo, e inspirado por el amor, surge el Espíritu entre Padre e Hijo. ¿Qué tenemos nosotros a ver con esa mayestática Trinidad? Preguntará más de uno. Pues bien: fuimos criados a su imagen (Gn 1,26) y destinados a formar parte de esa familia divina (Mt 25,21 y 34). Así como el Hijo tomó sobre sí nuestra humanidad en su Encarnación, nosotros somos convidados a encarnarnos, o mejor insertarnos en Dios del modo como Él vive (Jn15,5):por la fe lo conocemos, aunque imperfectamente y ese conocimiento será transformado en visión plena. Y por el amor, lo único que permanecerá según Pablo, lo poseemos. Es precisamente este amor que nos es comunicado como Espíritu de nuestro espíritu. El Monte: Los once discípulos, pues, salieron para Galilea para el monte donde Jesús les mandó (16). Undecim autem discipuli abierunt in Galilaeam in montem ubi constituerat illis Iesus. Dejando pensamientos teológicos de lado, veamos la interpretación hermenéutica del evangelio de hoy. En primer lugar, tenemos que la aparición de Jesús resucitado se dio en el monte. Es también Mateo que en el monte inicia la Nueva Ley  (5,1+) con las bienaventuranzas en contraste con los mandamientos de la Torah de Moisés. Y es precisamente en el monte donde Mateo describe la nueva Ley de la Iglesia, traducida en anunciar el Evangelio y bautizar, después que esta Iglesia reciba de los once la misma autoridad de Jesús, como vamos intentar explicar. La Aparición: Y viendo, lo adoraron; ellos, sin embargo, dudaron (17). Et videntes eum adoraverunt quidam autem dubitaverunt. La primera cosa que vemos es una traducción libre del latín del ´oi griego [ellos] por algunos, el quídam de la Vulgata, que es adoptado por las traducciones vernáculas. La traducción literal inglesa del King James es but they doubted [pero ellos dudaron] que coincide con la nuestra en el inicio de este párrafo. Evidentemente que Mateo siempre opta por el plural en general, tal vez debido a que, como lengua semítica, los indefinidos y los artículos no son el fuerte de la sintaxis lingüística. Otra explicación es dada por la traducción española: Ellos habían dudado (hasta entonces).  El verbo estaría en pasado perfecto y no en aoristo puntual. Esta me parece la mejor solución. Mateo apunta a las dudas anteriores de los discípulos, que sabemos existían por las narraciones de los otros evangelistas. Pensar que en el momento de la última visión de Jesús en Galilea, ellos aún permanecían en duda es estar fuera de la realidad. Por eso obliga al latín a traducir impropiamente el artículo. El Poder: Y aproximándose Jesús, les habló diciendo: Me fue dada toda autoridad en cielo y sobre tierra (18). Et accedens Iesus locutus est eis dicens data est mihi omnis potestas in caelo et in terra. Hemos traducido sin artículo cielo y tierra, tal como está en el griego original, aunque en castellano sea un poco rara esa sintaxis y mejor diríamos en el cielo  y en la tierra. Jesús ahora tiene en sus manos el Universo, pues la frase cielo y tierra responde a todo lo criado, como dice el Génesis 1,1: En el principio Dios crio el cielo y la tierra. ¿Qué autoridad es ésa? La ezousia <1849> es el poder fundado sobre la legitimidad para declarar lo que es lícito o ilícito; esto es, promulgar o derogar una ley y decretar una sentencia de absolución o condenación en un juicio. Corresponde al latín Potestas. Pilato pregunta a Jesús: ¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para te crucificar? (Jn19,10). En ambos casos tenemos exousia y potestas como palabras representativas de esse poder que no es físico sino moral, o sea, autoridad, legitimidad, legalidad. La exousia de Jesús le permite hacer milagros, o sea, interrumpir las leyes de la Naturaleza, expulsar demonios, y curar ciertas enfermedades que en la época se creía fuesen causadas por espíritus malignos. Exousia es una palabra usada en términos de autoridad por los 4 evangelistas. Tenemos el caso de Jn 5, 27 la encontramos en Mateo en que el Hijo del Hombre recibe la autoridad [potestatem] y decretar sentencia [iudidicum facere]. Otro poder dynamis <1411> [virtus] es la palabra que significa poder sobrenatural, que en Juan no aparece, pues usa el término semeion [señal], porque para él, los portentos estaban unidos a Jesús como señal de su unión al Padre. En Lucas tenemos la distinción: en 20,20 los judíos insidiaban para entregar Jesús al principado y autoridad [exousia, potestas] del prefecto Pilato. También en 6,19 porque de Él salía un poder [dynamis, virtus] que curaba a todos. Esta distinción también la encontramos en Mateo [ver Mt 9,6 y Mt 11,20). La Autoridad: Explicaremos primero la autoridad concedida a Jesús: A) Es una autoridad absoluta: Toda autoridad me fue dada en el cielo y sobre la tierra (18), que traduciríamos modernamente: Dios me dio toda autoridad  sobre todo el Universo a Él sometido. B) ¿Cuál es la materia de esa autoridad?.- 1o) Es una autoridad de enseñanza sobre la verdad divina y la relación con los hombres, de explicar la palabra de Dios como última apelación y recurso: Jesús es el que puede decir el alcance y el sentido último de la Palabra (Mt 7, 29). Él únicamente tenía palabras de vida eterna porque era la Verdad (Jn 6,68).- 2o) Es una autoridad sobre materias éticas y morales, sobre las que Jesús juzgará las conductas humanas (Jn 5,27).- 3o) Autoridad de perdonar el pecado y por tanto de salvar a los que por ese pecado estaban perdidos (Mt 9,6 y Jn 17,2),-4o) Finalmente, autoridad sobre los espíritus inmundos y toda clase de enfermedades, consideradas en la época como consecuencias personificadas del pecado (malos espíritus)y no accidentes o circunstancias (Mt 10, 1y Lc 4,39). A) Autoridad de los Cielos: Ningún soberano tendría atribuido poder sobre el cielo, dominio particular y exclusivo de los dioses, o en el caso de los israelitas, de Yahveh, el Dios de Israel. Es Pablo que explicará este dominio, diciendo cuales son las potestades sometidas: Principados [arche], Autoridades [exousias], Poderes [dynamis] y Soberanías [kyriotes] (Ef 1,21). Son los nombres de los poderes cósmicos atestados en la literatura apócrifa judaica de la época, que correspondían a las jerarquías angélicas. En Cl 1,16 encontramos otra lista de las jerarquías celestes : Tronos, soberanías, principados y autoridades. Y en Rm 8,38 aparecen los ángeles y en 1 Ts 4,26 se nombran los arcángeles. Evidentemente son autoridades o poderes superiores al hombre que están en comunión con Dios. También poderes infernales, como hemos visto, le están sometidos. Por encima de todos ellos está la autoridad d e Jesús resucitado pues a su nombre toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos (Fp 2,9). B) Autoridad de la Tierra: Ésta tiene dos significados diferentes: lo que vulgarmente llamamos mundo o Tierra, planeta del Sol. En tiempos de Jesús reducida al eukomene  [bajo el dominio romano] (Mt 12, 42), y un segundo significado que será el Eretz Israel (Mt2,20). Pero en nuestro caso, al unir tierra y cielo, estamos contemplando todo el Universo criado, como vemos en Mt 11,25, donde el Padre es llamado Señor del cielo y de la tierra. Este señorío es asumido por Jesús, sentado a la diestra de Dios (Mc 14,16) como su primer ministro. Es con ese poder y autoridad que Jesús habla en este evangelio. Falta en esa numeración de las partes del Universo el primer piso: El abismo o infierno. Este mundo Dios lo dejó para las potencias del mal, un misterio que no pretendemos aclarar, y Él no quiso ser señor de un mundo que tiene su príncipe, aquel que quiso ser como Dios, Satanás.

Frase: "Los que más ostentan tener son los que menos tienen" (Baltasar Gracián)

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