domingo, 23 de agosto de 2015

Padre Ignacio de Nicolás, escolapio.- Comentario al Evangelio del domingo, 23 de agosto


Mc día 23  de agosto B: XXI Domingo To (Jn 6,60-67)

La Fe que escandaliza

(Padre Ignacio de Nicolás, escolapio)

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Introducción: Jesús, en la sinagoga de Cafarnaún, exhorta a buscar por el alimento que no perece, el pan nuevo que sustituye al maná del desierto. Era la fe en el Hijo del Hombre, o sea, en la Encarnación de Dios en la raza humana. Pero la fe no es la única manera de estar y vivir con Jesús. Como el profeta Elías, antes de llegar al encuentro del Señor, necesitamos el pan de la vida. Si quien cree tiene la vida eterna, esto dignifica que la escatología ya ha comenzado aquí y ahora, que lo eterno está dentro del tiempo. En esta segunda parte del discurso en la sinagoga, Jesús ofrece un nuevo alimento: su cuerpo y sangre como verdadera comida y verdadera bebida. Fe y comunión que en el Sacramento recibido se mezclan cuando el sacerdote muestra la Hostia consagrada diciendo: El cuerpo de Cristo. Y el fiel responde: Amén: así es, así lo creo. En este domingo tenemos el final de dos reacciones: la de Pedro, columna de la fe, que encuentra en las palabras de Jesús palabras de Vida Eterna y la de los que no aceptan esa palabra y no admiten lo oculto, el misterio dentro de la visión natural de las cosas. Delante de los misterios divinos que Jesús revela, su palabra es la única razón que nos impulsa a creer y creyendo vivir de modo diferente una vida que estaría lejos de nuestros propósitos.

EL COMENTARIO: Muchos, pues, habiendo oído, de entre sus discípulos, dijeron: Brutal es esta palabra. ¿Quién puede escucharlo?(60). Multi ergo audientes ex discipulis eius dixerunt durus est hic sermo quis potest eum audireHemos traducido por brutal el griego  skleros <4642> que el latín traduce por durus, difícil de entender o intolerable como otros traducen con los requisitos de fantásticos y ofensivos. El verbo akuö puede ser traducido por oír, un simple acto físico, o por escuchar, un acto síquico que responde activa y libremente a los sonidos emitidos, admitiéndolos  comprensivamente. Oyeron, según ellos, un despropósito, una locura. Lo que menos podían pensar era que estaba loco, como en Jn7,20 que dicen de Él tener un demonio.

 EL ESCÁNDALO: Habiendo entonces conocido Jesús por sí mismo que refunfuñaban sobre eso sus discípulos, les dijo: ¿Esto os escandaliza? (61). Si pues vieseis al Hijo del Hombre subiendo donde estaba?(62). Sciens autem Iesus apud semet ipsum quia murmurarent de hoc discipuli eius dixit eis hoc vos scandalizat. Si ergo videritis Filium hominis ascendentem ubi erat prius. Las palabras, por sí mismas, indican un conocimiento independiente de las circunstancias o de la observación hecha de las mismas en el momento. El evangelista insinúa un conocimiento sobrenatural. El escándalo, en este caso particular, es causa de un juicio desfavorable sobre las palabras y la persona de Jesús. Y Jesús ahora apela a un hecho que será real: su ascensión a los cielos. Para una tradición judía, fundada en la unicidad de Dios esa igualdad, que ahora Jesús predica entre un hombre y el Dios transcendente, era una blasfemia para todo judío ortodoxo. Así lo entendieron Caifás (Mt 26,65) y los de la Sinagoga de los libertos que apedrearon a Esteban (At 7,57).  El Hijo del Hombre [‘o ‘uios tou anthropou] conjunto de palabras propias del NT pues el AT desde Ezequías hosimplemente hombre.asta Daniel y el Salmo 80 La Setenta griega dice un hijo de hombre. Especialmente en Dn 7,13, que es tomado como modelo para la imputación por Jesús del título ‘o ‘uios tou anthropou [el hijo del hombre]. El texto original, de donde los exegetas dicen proviene este título mesiánico en Dn 7,13 es arameo y dice Bar enash [hijo de mortal] que en hebreo sería Bem Adam [hijo de hombre].En general podemos afirmar que casi la totalidad de los hijos de hombre del AT son vocativos, como en Ezequiel, en que Yahveh se dirige al profeta y lo llama de hijo de hombre nada menos que en 31 ocasiones. La Setenta traduce siempre ‘uios anthropou [hijo de hombre] o simplemente hombre. Ya en el NT siempre es Jesús quien serefiere a sí mismo y usa el título con ambos artículos determinantes, tanto antes de hijo como de hombre: ‘o ‘uios to anthropou [el hijo de el hombre] indicando un hombre especial, diferente del mortal común o ser humano en general. Si en el AT Bem Adam significa un miembro de la especie humana, esto no puede ser dicho en el NT cuando la frase es usada por Jesús y traducida al griego con artículos determinados. El Hijo del Hombre se refiere únicamente a un individuo especial de la raza humana y la expresión es siempre usada por Jesús refiriéndose a sí mismo. Aparece 29 veces en Mateo, 13 en Marcos, 24 en Lucas y 12 en Juan en diversas circunstancias. En todas ellas es la humanidad de Jesús, en sí misma o como paciente en los momentos de su sufrimiento y muerte, o como sujeto del poder divino sobrenatural con autoridad de juzgar al mundo y de representar el juicio divino en la parousia. Pero siempre con el detalle de ser alguien en que la Divinidad posa como escogido para mostrar  su rostro (el de Dios) al mundo. El Hijo del Hombre es Jesús humano que tiene como persona al único Hijo del Dios Padre. La exaltación del hombre como igual a Dios era un concepto imposible y blasfemo para un judío de la época. Constituía el gran escándalo del que Jesús se hace eco en este versículo.  

EXPLICACIÓN: El espíritu es el que da la vida; la carne de nada sirve. Las palabras que yo os hablo son espíritu y vida (63). Spiritus est qui vivificat caro non prodest qun parénteis uicquam verba quae ego locutus sum vobis spiritus et vita sunt. Parece que esta parte del discurso, sin duda un tanto artificial, como un capítulo de un todo, al modo de los diálogos platónicos, está unida a los versículos 35-50, siendo que los 51-58 son un paréntesis referente a la Eucaristía. Esta parte, pues, es sapiencial, en que la palabra es fuente de vida. No se refieren estas palabras al pan eucarístico, sino las palabras de Jesús, como palabras que deben ser interpretadas por el espíritu pues Él había afirmado que era el pan bajado del cielo (50). Es una explicación del versículo 62. La primera parte de este versículo es un proverbio admitido probablemente como verdadero por los oyentes. Como si dijese: Todos admiten que quien da la vida es el espíritu y que la carne de nada sirve. Es probable que este aforismo tenga su razón de ser en Gn 2,7: Entonces Yahveh Dios modeló al hombre con la arcilla del suelosopló en sus narices un hálito de vida y el hombre se hizo un ser viviente. La arcilla representaba la carne [basar <01320>] que el griego traduce por sarx<4561> y la Vulgata por caro. Explicada la primera parte, debemos ahora encontrar una interpretación, la más racional posible para la segunda parte: ¿Por qué las palabras de Jesús son espíritu y vida? Lógicamente es una frase simbólica o si queremos matizar mejor, una comparación. Así como el espíritu es la vida del cuerpo, así las palabras de Jesús son la vida delos que las oyen y en conformidad dirigen sus vidas. Jesús pide una fe que tiene, como origen, la razón de ser Él el único que conoce bien al Padre, pues con éste moraba y del cielo –donde se suponía que el Padre/Dios moraba-había bajado para revelarlo (Jn 6,46).En el capítulo 8 Juan explicará que sus palabras están avaladas por dos testigos: el Padre, del que proceden las obras que Jesús realiza y su palabra que las acompaña (8,18). La verdadera vida pues, consiste en conocer la Verdad, de la que Jesús se proclama testigo, como dijo a Pilato (Jn 18,37). Por eso, Él pedirá al Padre que consagre sus apóstoles en la Verdad de modo que la Verdad del Padre sea la Verdad delos  discípulos (Jn 17,17), pudiendo así afirmar que la palabra del Padre – Jesús en persona- era la Verdad y por eso serán enviados al mundo como Él, Jesús, fue enviado al mundo, como consagrados e identificados con la verdad (Jn 17,18-19). Si las palabras de Jesús se parecen con el espíritu que da vida a la carne, rechazarlas – para los judíos que las estaba escuchando- era quedar solo con el maná que los padre comieron y murieron.

      UN PARÉNTESIS: Sin embargo hay entre vosotros algunos que no creen. Pues Jesús había conocido desde el principio cuáles eran los no creyentes y quién era el que lo entregará (64). Sed sunt quidam ex vobis qui non credunt sciebat enim ab initio Iesus qui essent credentes et quis traditurus esset eum. El primer hemistiquio corresponde a las palabras de Jesús. El segundo hemistiquio es un paréntesis del evangelista e indica en Jesús, como maestro de la Verdad, un conocimiento muy superior –infuso- al que correspondería  a las personas comunes , y lo confirma al afirmar cómo, desde el primer momento, sabía quién era el que lo entregaría como traidor. Sin duda, la falta de fe de la mayoría de los judíos fue un desengaño entre los primeros discípulos y sería bueno apologéticamente argüir con razones consistentes, esa laguna que podía constituir un escándalo insuperable para los mismos.

      EXPLICACIÓN: Porque hablaba: por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si no le esté dado de parte de mi Padre (65). Et dicebat propterea dixi vobis quia nemo potest venire ad me nisi fuerit ei datum a Patre meo. Hemos explicado esta donación del Padre en la explicación del versículo 44 en la exegesis del Domingo XIX de este mismo año. Según la mentalidad de la época, Dios es la causa principal de los eventos humanos y a Él se refiere Jesús.

     LA DISPERSIÓN: De ese hecho en delante muchos de sus discípulos se apartaron y no andaban con Él (66). Ex hoc multi discipulorum eius abierunt retro et iam non cum illo ambulabant. La traducción es un tanto libre, dada por el griego apelthon eis ta opiso, siendo opiso un adverbio que significa detrás, para atrás, y que podemos traducir que se fueron para atrás. Puede ser traducido que se dieron media vuelta o se retiraron para no más andar con Jesús. La traducción española dice: Se volvieron atrás. De facto, no todos, pero la mayoría abandonó Jesús.

      JESÚS COMENTA: Dijo en consecuencia Jesús a los doce: ¿Acaso también vosotros queréis partir? (67). Dixit ergo Iesus ad duodecim numquid et vos vultis abire. La desbandada, a lo que parece, fue general. Las filas de bancos de la sinagoga quedaron prácticamente vacías.Era el momento de Jesús animar a los que Él había escogido a dedo: los 12 apóstoles. La pregunta no deja de ocultar implícitamente una recriminación, caso la respuesta fuese negativa. Jesús prácticamente les dice: ¿Vosotros también sois del tipo pusilánime y cobarde que en la dificultad desanima y huye? (recuerda la simiente que cae en las piedras).
      PEDRO: Respondió le entonces Simón Pedro: Señor, ¿detrás de quién iremos? Palabras de Vida Eterna tienes (68).Respondit ergo ei Simon Petrus Domine ad quem ibimus verba vitae aeternae habes. La respuesta de Pedro tiene como sujeto a quien interpelar la palabra, Señor [Kyrie en griego]. Evidentemente, no es el mismo Señor del resucitado, que recibió el poder, según Ef 1,20 +. Pero indica en el caso una sumisión a quien tiene autoridad. Pedro no encuentra otro líder porque las palabras de Jesús, según el mismo Maestro había afirmado, eran palabras que contenían una Verdad  Eterna, la única que propiamente puede ser declarada como Verdad. 

     LA CONFESIÓN: Por eso nosotros hemos creído, ya que hemos conocido que tú eres el Unigénito, el Hijo del Dios (el viviente) (69). Et nos credidimus et cognovimus quia tu es Christus Filius Dei. Son dos afirmaciones, según la traducción que hemos hecho, pensando que el Kai griego es una ilación tanto copulativa como causativa. Las traducciones en uso, en lugar del ya que emplean el simple y. La frase sería, pues, hemos acreditado y estamos seguros que tú eres ese Ungido, el Hijo del Dios viviente, que es la traducción del King James. Como vemos, La Vulgata deja el adjetivo viviente, que el griego casi siempre une a la palabra Theós [Dios] para distinguir el mismo delos dioses que eran estatuas muertas. Al traduje hemos conocido, como el griego da a entender, vemos que la versión estamos ciertos o seguros es una interpretación completamente correcta. El Ungido, con artículo determinado, es una traducción literal de Mesías, el Ungido del Señor. Afirmar que es el Hijo del Dios viviente, es un acto de fe inusitado entre los discípulos de Jesús, no por aclamarlo Mesías, sino por declararlo Hijo de Dios, aceptando que su padre era Dios. La frase tiene sentido, porque la ausencia de los otros discípulos era debida a la afirmación de Jesús, que decía ser Dios su Padre  (versículo 64).Por cierto una conclusión del versículo 69 en que la unión de Jesús y el Padre era modelo dela que debe existir entre discípulo y Jesús. Esta fue la causa principal de quien afirmaba: Estas palabras son inadmisibles (60). Pedro oyó e interpretó correctamente la palabras de su Maestro. Ciertamente, si Él afirmaba que su Padre era Dios, el Dios vivo de Israel, Pedro estaba dispuesto a admitir y creer en esas palabras que eran palabras de Vida.

       PISTAS: 
1) Los comentaristas modernos dicen que los versículos propios de la Eucaristía (51-59) no fueron pronunciados en la sinagoga de Cafarnaún, sino en la institución del sacramento en la última cena, correspondiente al capítulo 13. Interrumpido el discurso sobre las exigencias de la fe como pan de vida, ahora Jesús retoma el tema y nos encontramos con la respuesta variada de los oyentes. Jesús pide una respuesta clara a sus apóstoles y Pedro, en nombre de todos, da la única posible paea un seguidor de Jesús: éste es el Ungido del Señor [Dios] y como Hijo sabe perfectamente la voluntad del Padre, cuyo seguimiento es la verdadera vida.

2) Las palabras de Jesús constituyen un fracaso. Los hombres las escuchan no con el espíritu de obediencia a quien habla  de la experiencia como viva, sino como criterio de una razón humana que se juzga independiente y absoluta. Es el criterio de Tomás: Si no veo no creo. Jesús es el vidente que nos declara existen matices en los colores y nosotros somos los ciegos que no podemos captarlos. Negarlos porque no los podemos experimentar, es cerrarse  al misterio que siempre existe en la gran verdad divina.

3) Vemos que Jesús se titula Hijo del Hombre como un caso particular de miembro de la familia humana. Esto significa que Él puede ser visto y oído como un hombre; pero con la particularidad de ser representante de la divinidad, o sea, el rostro humano de Dios. Lógicamente Él sabe cómo conducir la humanidad y su ejemplo es paradigma de todos los que desean vivir sus vidas en conformidad con los planos y designios de Dios. Hasta diráaprended de mí que soy pacífico y humilde en mis ambiciones y propósitos (Mt11,29).

4) En el texto de hoy se describen dos reacciones opuestas al discurso – y podríamos decir a la Historia- de Jesús: Su palabra tiene una respuesta negativa: A) la incredulidad, porque es palabra difícil y exige una sumisión práctica de la vida no solo en el modo de pensar sino también en el modo de actuar. B) O puede  tener una respuesta positiva como la dada por Pedro: es la fe. Pero una fe no en el hombre sabio, brillante, sino en el testigo que cuenta lo que vivió en el seno de Dios. Su palabra está corroborada por obras admirables. Si en estas no creemos, desaparece el Hijo de Dios y solo queda el hombre Jesús, admirable en palabras y conducta, pero puramente humano de quien podemos tomar las palabras que nos convienen y descartar las palabras difíciles que impiden nuestro ideal o nuestra manera de vida. Jamás serán vida para nosotros.

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                                                   Ejemplo
 Estamos comentando la multiplicación de los panes. Vamos contar una historieta que titulamos: 

EL PANECITO. Hubo  una gran hambre en Alemania. Un hombre rico, compadecido de la pobreza de los conciudadanos, llamó 20 niños pobres. Niños,-dijo él- hasta que cese el hambre, cada uno de vosotros recibirá un pan por día. Ahora tomen su pan y vayan para casa. Los niños acuciados por el hambre se precipitaron para escoger el mayor pan que encontraban. Solo uno de ellos, una niña de nombre Susana, esperó a que todos se sirviesen, escogiendo los panes mayores  quedó con el pan más pequeño de todos. El hecho se repitió al día siguiente. El pan de Susana era evidentemente el menor de todos. Ella agradeció al señor y fue para casa. Cuando su madre partió el pan para comerlo, la sorpresa fue grande: dentro de él había muchas mondas de plata que daban parabién vivir durante un mes. La madre exclamó: este dinero no nos pertenece, Debe existir algún engaño. Devuélvalo a su dueño. Éste dijo: No fue engaño. Yo te observe. La única agradecida, la única que se conformaba con el pan que los otros despreciaban. Los que con corazón agradecido valorizan hasta el menor pedazo en vez de reñir por el mayor, van  a encontrar muchas bendiciones bien mayores que las que gozan los demás. La cuestión es: ¿luchamos por un pedazo mayor o sabemos agradecer los pequeños de entre los muchos bienes que la vida nos ofrece, sin murmurar por nuestra suerte, ni envidiar la de los otros?


      FRASE: Un hombre solo tiene el derecho de mirar a otro de arriba para abajo, cuando le ayuda para levantarlo (García Marquez).

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