miércoles, 23 de abril de 2014

23 de abril, festividad de san Jorge, un héroe cristiano asimilable al de otras civilizaciones, como Apolo (Grecia), Ra (Egipto) o Rama (India), entre otros

     San Jorge,,el héroe que venció al dragón    
                               
                                   El Periódico de Aragón. Noticias de Zaragoza, Huesca y Teruel

Luis Negro Marco / Santiago de Composteloa

 San Jorge habría sido un soldado capadocio (en la actual Turquía) que según la leyenda peleó contra un dragón cerca de Silena (ciudad de la Libia, nombre con que griegos y romanos se referían a la región del norte de África, situada entre Egipto y la antigua Cartago –actual Túnez–). Siguiendo con las legendarias hazañas del caballero san Jorge, éste habría derrotado a un dragón con su lanza, y liberado a una princesa que tenía secuestrada en su cueva.

  Posteriormente, el santo habría muerto martirizado en las persecuciones que el emperador Diocleciano llevó a cabo contra los cristianos, entre los años 303 y 305 de nuestra era. Entre la realidad y la leyenda, aunque hubo un tiempo en que se llegó a poner en duda su existencia, san Jorge fue canonizado por el Papa Gelasio I en el año 496, fijando su festividad en el 23 de abril.

  Durante la Edad Media, el santo llegó a convertirse en el más popular de la Cristiandad, pasando a ser el icono y símbolo de la ayuda prestada por Dios a los cruzados en su lucha por la conquista de los santos
Cuadro que representa a san Jorge alanceando al
dragón. A la derecha, la princesa cautiva a quien
libera de las garras del monstruo
lugares. Así, el otrora soldado capadocio, empezó a ser venerado en la Galia normanda y en la Inglaterra anglosajona. Fue también patrón de los genoveses en tiempos de las Cruzadas, así como ahora lo es de Inglaterra y Rusia, en donde sigue gozando de gran popularidad, al igual que en la práctica totalidad de países del Este de Europa.

  En cuanto a la iconografía, en sus inicios, fue representado hiriendo al dragón (símbolo del Mal absoluto) en clara semejanza con san Miguel, triunfante sobre el demonio que yace a sus pies. Para entonces san Jorge aparecía con una espada corta, para diferenciarlo de Longinos, el centurión romano que dio la lanzada a Jesús en la cruz. Convertido al Cristianismo, Longinos murió también mártir en Capadocia, siendo conmemorado por la Iglesia el 15 de marzo.

  Siguiendo con la leyenda, san Jorge habría ayudado al rey aragonés Pedro I en el año 1096, en la batalla de Alcoraz. Un enfrentamiento que el monarca dirimió a su favor luchando contra los musulmanes y sus aliados castellanos. La de Alcoraz está considerada como la primera gran batalla campal de la Reconquista, y en ella participaron no menos de 40.000 soldados; la victoria supuso, para el monarca aragonés, la conquista de Huesca. De este modo, con san Jorge claramente de su lado, en 1461 las Cortes de Aragón declararon oficial su festividad, al tiempo que ponían bajo sus auspicios la protección del Reino. Y ya en nuestros días, la Diputación General de Aragón, constituida en 1978, estableció en el Estatuto de Autonomía de 1982, que la celebración del Día de Aragón sería el  23 de abril, festividad de san Jorge.

  Profundizando en la imagen del caballero santo y su  victoria sobre el dragón, hay que tener en cuenta
Al igual que san Jorge, san José de Calasanz (1557-1648)
fundador de la pedagogía moderna y la Orden de las Es-
cuelas Pías, sintió el deseo de matar al denomio encaramado
a lo alto de un olivo en su localidad oscense de nacimiento:
Peralta de la Sal.- Foto: Luis Negro Marco
que en las civilizaciones antiguas (india, sumeria, acadia, griega y egipcia, entre otras)  la figura de la tarasca –también asociada a la serpiente– siempre ha representado a las fuerzas del inframundo, y en la tradición cristiana, al demonio que sale de la tierra o el agua, es guardián de importantes secretos y tesoros, aterroriza a las gentes de su dominio, rapta, escupe fuego, y vuela por los aires. Sin embargo, el mito del héroe que lucha contra los poderes del inframundo, es muy anterior a la propia leyenda de san Jorge. Así, la figura del dragón ya se encuentra presente en la mitología griega, cuando el dios Apolo mata al monstruo Pitón, representado por una serpiente, en la ciudad griega de Delfos. Y lo mismo ocurre en la mitología egipcia cuando el dios Horus mata a lanzazos a un cocodrilo que había raptado a Set; o en la representación del dios Ra, luchando cada noche con Apofis, dragón del caos. Del mismo modo la figura de san Jorge es asimilable a la de la diosa india Durga, quien armada, y montada sobre un león vence a un demonio tras otro, por lo cual se la consideraba diosa de los “príncipes guerreros”, curiosamente, al igual que san Jorge durante las Cruzadas.  E incluso, en el libro sagrado de la religión india, el “Ramayana”, encontramos cómo el héroe de esta narración, Rama, consigue liberar a su esposa, cautiva de un dragón de doce cabezas. Una narración, como vemos, muy similar a la de la leyenda de san Jorge, liberando a la princesa cautiva.

  Asimismo, san Jorge es representado en algunas leyendas como un héroe solar que, matando a la tarasca, convierte en positiva su fuerza maléfica; otras tradiciones sitúan al santo como protector de los vivos contra los muertos, a quienes recogía en la noche del 23 de abril. La antiguas “enramadas”, en muchos lugares de Aragón, tenían relación con este mito. La tradición consistía en la colocación de ramos de flores y coronas de ramas en las puertas y balcones de las mozas casaderas, como símbolo de protección. Un rito que se llevaba a cabo en la madrugada del 23 de abril por parte de los quintos –los
La figura del dragón ha sido un
tema tradicional de representación en la
artesanía española. Es el caso de esta
hermosa aldaba en forja de hierro de la localidad
turolense de Albarracín
.-
Foto: Luis Negro
mozos que ese año entraban en el sorteo para el servicio militar–.

  San Jorge, matando al dragón simboliza asimismo, por las fecha de su celebración, el inicio de un nuevo ciclo vital. En este sentido, la sangre derramada por la tarasca sería el símbolo de la fecundación de los animales y siembra de la tierra, augurio de una buena recolección, y grandes rebaños en el marco de una sociedad agrícola y pastoril.

  Así aún son muchas las localidades de la geografía española en las que cada 23 de abril, labradores y ganaderos acuden a la iglesia con simientes de trigo y esquilas de ganado para con su ruido “despertar” la tierra “dormida” durante el invierno; y en otros lugares se acostumbra, también en este día, el “pasar  la lanza del santo” por el lomo de los animales y así protegerlos de enfermedades.

San Jorge, en definitiva, es el arquetipo del héroe protagonista del “mito del eterno retorno” y ejemplifica la cíclica y anual victoria, llegada la primavera, de la vida sobre la muerte.  

domingo, 20 de abril de 2014

Domingo de Resurrección, un motivo para la alegría y la esperanza, no sólo de los Cristianos, sino para toda la Humanidad.

La crucifixión de Jesús, el más cruel de los suplicios

El Periódico de Aragón. Noticias de Zaragoza, Huesca y Teruel
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/mas-cruel-suplicios_935958.html


Luis Negro Marco / Santiago de Compostela

La Semana Santa, última de la Cuaresma –desde el Domingo  de Ramos hasta el de Resurrección– conmemora la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Una celebración que guarda paralelismos (incluso en el mismo ciclo estacional de su celebración) con otras de civilizaciones más antiguas que el cristianismo. De este modo en distintos relatos mitológicos, diosas como la sumeria Inanna, la griega Afrodita, la egipcia Isis o la escandinava Freyja, también pierden  a sus hijos (Dumuzi, Adonis, Osiris y Baldur, respectivamente) de manera violenta. Tras su muerte, también tiene lugar un período de duelo que se caracteriza por la devastación de la Tierra (el suelo también tembló tras el último suspiro de Jesús en el Calvario) hasta que, coincidiendo con el ciclo primaveral llega la resurrección del hijo, presidida por su madre (también fue una mujer, María Magdalena, quien tuvo la primera noticia de la resurrección de Cristo). Pero quizás la relación más directa se encuentre en el panteón de la antigua Roma, con la diosa Cibeles, la “Madre de todos los dioses”, y su hijo Atis. El primer emperador romano, Augusto (63 a.C.-14 d.C.) concedió a Cibeles el privilegio de ser la deidad suprema del Imperio, y a su esposa, Livia, el de la encarnación terrenal de la divinidad, mientras él mismo se otorgaba el título de “divino”, u “hombre-Dios”. La importancia de la diosa Cibeles en el Imperio de Roma llegó a ser tal, que a finales del siglo II, Montano (un autodenominado profeta enviado por Dios para perfeccionar la religión cristiana) creó una secta basada en la identificación de Jesús con Atis, el hijo de Cibeles. No obstante, en el siglo IV los “montanistas” fueron considerados herejes en el Concilio  de obispos que tuvo lugar en la ciudad siria de Hierápolis.

  Mas la pasión y crucifixión de Cristo fue un hecho real, constatado incluso por la Arqueología, en el que Jesús, Dios y hombre, dio su vida por la redención de la Humanidad. Aquellos acontecimientos comenzaron en Jerusalén, con la triunfal entrada de Jesús en la ciudad, aclamado al grito de “hosanna”
Reproducción fotográfica del cuadro de "Jesús
crucificado" de Velázquez.- Foto: Luis Negro
(danos la bendición). Es posible que aquel día fuese el anterior al de la Pascua judía, celebración que duraba siete días (al igual que la Semana Santa  cristiana) desde el 14 de marzo –fecha en que los hebreos salieron de Egipto hacia la Tierra prometida– hasta el 21 del mismo mes, en que pasaron el Mar Rojo. El cristianismo consagró el domingo a la Resurrección de Cristo y como día de reposo, del mismo modo que para los judíos lo es el sábado  (yom ejad).

 Llegada la noche del día anterior a la Pascua judía, y una vez Jesús fue prendido y llevado ante Caifás (era tarea de los dirigentes judíos, Caifás y su Consejo, mantener el orden en Judea), el tribunal resolvió entregarlo a los romanos, acusado de rebelión. La pena romana por sedición en tiempos de Cristo, era la crucifixión, un castigo terrible que Cicerón describe como “crudelissimum teterrimunque supplicium”, el tipo de pena de muerte más cruel y abominable. Pero la crucifixión –a la que siempre precedía la flagelación– no sólo fue practicada por los romanos, sino también por los cartagineses, griegos, sirios, persas, y egipcios. Y en todas estas civilizaciones era considerada como la pena capital más dura e ignominiosa, reservada a los esclavos, ladrones, asesinos y responsables de sedición.

Recreación fotográfica de Jesús en el sepulcro, sobre cuyo cuepor inerte se habría colocado
la sábana santa que se conserva en Turín, y sobre su rostro el Santo Sudario que se conserva
en la catedral del Oviedo.-  Exposición "LA SÁBANA SANTA" que se ha podido
contemplar en el Palacio Arzobispal de Zaragoza hasta hor, 20 de abril, Domingo de
Resurrección, último de la Semana Santa
.- Foto: Luis Negro Marco


La Sábana Santa de Turín  (que pudo envolver el cuerpo de Jesús tras su muerte) y el Santo Sudario de Oviedo, que según la tradición cristiana pudo cubrir su rostro, demuestran que estas telas, envolvieron a un hombre que sufrió  horribles torturas (acordes a las que se narran en los Evangelios sobre Jesús) antes de morir crucificado. Respecto a los reclutas de la guarnición responsables de la tortura y crucifixión de Cristo, fueron con gran probabilidad, legionarios de origen sirio cuyos idiomas eran el arameo y el griego.

 Sin embargo, los cuatro Evangelios no concuerdan entre sí respecto al relato de la Pasión, porque fueron escritos entre 40  y 80 años después de ocurridos los acontecimientos, y recopilados después del 70, cuando la ciudad de Jerusalén fue destruida por el emperador Tito.

  En cuanto a la condena de Jesús, ninguna ley judía habría podido castigar a alguien sólo por autodenominarse “El Mesías”; sin embargo es muy posible que Caifás considerara la llegada de Jesús a Jerusalén como una amenaza para la paz. La ciudad, llena de peregrinos a causa de la Pascua, era un polvorín desde que, pocos días antes, Jesús hubiera causado  una gran conmoción en el barrio de los mercaderes del templo al censurar a los cambistas (“habéis convertido la Casa de mi Padre en una cueva
Recreación escultórica en escayola del esqueleto de Jesús, de acuerdo a
la impresión que ha quedado en la Sábana Santa de Turín. Su estudio ha
permitido desvelar que ese cuerpo sufrió más de 400 lesiones, incluida una
herida de lanza en el corazón (la que dio el legionario Longinos a Jesús una vez
que éste ya había muerto), con una dirección de abajo a a
rriba, tal y
como se observa en la recreación de la imagen. 
 Exposición "LA
SÁBANA
SANTA" que se ha podido contemplar en el Palacio Arzobispal de
Zaragoza hasta el 20 de abril, Domingo de 
Resurrección.-  Foto: Luis Negro Marco
de ladrones”, les había espetado Jesús). Podía volver a hacerlo. De manera que, en interés de toda la nación, y con objeto de evitar una venganza romana masiva, Caifás habría decidido que debía ocuparse de él. Sin embargo, se quitó de encima la responsabilidad y lo entregó a los romanos.  Un hecho este, atestiguado por los cuatro Evangelios y confirmado por Josefo, historiador romano del siglo I.  Del mismo modo, Tácito (53-132 d.C.) autor también romano, asevera igualmente que Jesús fue crucificado por el procurador Poncio Pilatos. De manera que teniendo en cuenta todos estos datos, la responsabilidad de la crucifixión de Jesús recayó sobre Pilatos (bien que se lavara las manos) y en última instancia, sobre el Imperio Romano, al cual representaba.

La tradición cristiana siempre ha identificado con “el mal” a quienes  crucificaron a Cristo. De este modo, son abundantes los retablos de iglesias  españolas del siglo XIX en que son mamelucos (soldados del Ejército de Napoleón) quienes flagelan y crucifican a Jesús, o incluso, soldados napoleónicos en  quienes el casco romano ha sido sustituido por anacrónicos morriones.

sábado, 12 de abril de 2014

Guinea Ecuatorial y España poseen un rico pasado histórico y cultural en común que se debe recuperar tendiendo lazos recíprocos de hermandad, basados en una lengua y cultura comunes emanadas del frondoso árbol de la HISPANIDAD



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Durante los últimos días de marzo y primeros de abril se celebró en Bruselas la Cumbre Euro-Africana, a la cual se dedica la edición especial del último número de LA GACETA DE GUINEA ECUATORIAL. En dicho número, de tal relevancia, he tenido el privilegio de publicar tres artículos que os presento a continuación. El primero, titulado "Cuatro siglos de esclavitud", relacionado con la película que ha triunfado en los últimos Óscar: 12 años de esclavitud. El artículo coincide además con la fecha  de celebración, el pasado 25 de marzo del “Día Internacional para el Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y de la Trata Trasatlántica de Esclavos”. Día fijado por la ONU. Los otros dos artículos que os presento tratan directamente sobre la gran riqueza cultural de Guinea Ecuatorial: "El teatro, espacio de comunicación y cultura de paz", y "Guinea posee el mejor pasado arqueológico de África Central". Basado este último en los  espectaculares hallazgos arqueológicos que hizo un grupo de arqueólogos guineo-españoles en la isla de Corisco en 2012. Muchos son los lazos históricos y culturales que  unen a España Guinea Ecuatorial, y que debemos fomentar, tendiendo puentes de entendimiento, cooperación y diálogo para el necesario reencuentro entre ambas naciones que se nutren del común tronco de la Hispanidad. 

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                     Cuatro siglos de esclavitud

Luis Negro Marco / Santigo de Compostela


La película anglo-estadounidense 12 años de esclavitud, dirigida por el realizador Steve Mc Queen (director británico de 45 años, de padres afrocaribeños) ha sido una de las grandes ganadoras de los premios Óscar de 2014, llevándose tres de los galardones: mejor película, mejor actriz de reparrto –Lupita Nyong’o– y mejor guión adaptado –John Ridley–. La película ha puesto de actualidad uno de los pasados más terribles de la Humanidad, el de la Trata de Esclavos. Una de las tragedias más grandes de la Humanidad que desde el siglo XVI y hasta mediados del XIX, supuso la deportación de casi 15 millones de hombres, mujeres y niños de África como mano de obra esclava para las plantaciones europeas en América. En recuerdo de aquella oscura etapa de la Historia, la ONU fijó el 25 de marzo como “Día Internacional para el Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y de la Trata Trasatlántica de Esclavos”.
En 1979 la Asamblea General de la ONU aprobó un programa de actividades para la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial. En esta ocasión decidió también la celebración, del 21 al 27 de marzo, de una semana de Solidaridad con los pueblos que aún luchan contra el racismo y la discriminación racial. Asimismo las Naciones Unidas fijaron el 25 de marzo como “Día Internacional para el Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y de la Trata Trasatlántica de Esclavos”. Un día que tiene como objetivo el alertar al público en general sobre los peligros del racismo en la actualidad.
Este año la celebración cobra una especial relevancia, pues se cumple el 210 aniversario del nacimiento de la República de Haití, en 1804, siendo el primer país en declarar su independencia tras la revolución de los esclavos y esclavas liderados por Toussaint Louverture. Por eso el tema del 2014 es “La victoria contra la esclavitud: más allá de Haití”, que rinde homenaje a la lucha contra la esclavitud que se libró en distintos países, especialmente del Caribe y América.

En este año se conmemora además el 20 aniversario de “La Ruta del Esclavo” un proyecto lanzado por la UNESCO en Ouidah (Benin) en 1994 con el que se decidió romper el silencio que rodeaba el comercio de esclavos y la esclavitud. Dicho proyecto persigue desarrollar a nivel mundial una cultura de la paz, propiciando la reflexión sobre el pluralismo cultural, el diálogo intercultural y la construcción de nuevas identidades y ciudadanías. El proyecto “La Ruta del Esclavo” desempeñó un papel importante en el reconocimiento de la trata negrera y la esclavitud como Crimen contra la Humanidad por las Naciones Unidas en 2001, durante la Conferencia Mundial contra el Racismo de Durban.                               
Lupita Nyong´o: Óscar 2014 a la mejor
actriz de reparto por su interpretación en
la película "12 años de esclavitud". Los
padres de la actriz, nacida en  Méjico,
son del país africano de Kenia
Y es que durante más de 400 años, 15 millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas del abominable comercio trasatlántico de esclavos, escribiendo así uno de los capítulos más oscuros de la historia de la Humanidad. Una Historia que sin embargo es preciso conocer, porque la ignorancia o la ocultación de acontecimientos históricos importantes constituye un obstáculo para el entendimiento mutuo, la reconciliación y la cooperación entre los pueblos. Por ello la UNESCO ha decidido romper el silencio sobre la trata negrera y la esclavitud que implicaron a todos los continentes y provocaron trastornos considerables que modelan en consecuencia nuestras sociedades modernas.
De este modo, para mantener vivo el recuerdo constante de las víctimas, se erigirá próximamente un monumento en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El monumento será, en palabras de Ban Ki Moon, “un recordatorio imperecedero del coraje de los esclavos, los abolicionistas y los héroes anónimos que ayudaron a poner fin a la opresión de la esclavitud y suscitará un mayor reconocimiento de las contribuciones hechas por los esclavos y sus descendientes en sus respectivas sociedades”. El proyecto ganador de dicho monumento (elegido el pasado mes de septiembre) ha sido la obra titulada “El Arca del Retorno”, del arquitecto estadounidense de origen haitiano Rodney León. La colosal y simbólica obra de arte que flanqueará la entrada de la sede de la ONU en los Estados Unidos, honrará y recordará a los 15 millones de personas que sufrieron y murieron como consecuencia de la trata trasatlántica de esclavos...
      Si deseas leer este artículo completo en la edición digital de  LA GACETA DE GUINEA ECUATORIAL , puedes encontrarlo aquí:  http://www.lagacetadeguinea.com/198/16.htm                   
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Guinea Ecuatorial posee el mejor pasado 
arqueológico del África Central

Luis Negro Marco / Santigo de Compostela

Un equipo interdisciplinar de arqueólogos guineoecuatorianos del Ministerio de Cultura, y españoles adscritos al CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) descubrió en 2012, en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas, que en la isla de Corisco (Mandji en la lengua local) existen importantes vestigios del pasado. Entre ellos destaca la presencia de una necrópolis de 2.000 años de antigüedad, única, por sus características, en África Central.
Lo explica claramente el arqueólogo español, Alfredo González Ruibal, director del equipo mixto de investigación del enclave arqueológico de Corisco: “No se conocía hasta ahora en África una necrópolis (cementerio) tan antiguo –abarca desde el año 1 al 500 después de Cristo-), que atesora unos ajuares en hierro que sorprenden tanto por su calidad como por su belleza, pero sobre todo por su antigüedad: fueron fabricados hace 2.000 años, con unas técnicas de transformación del mineral de hierro mucho más sofisticadas que las que por el mismo tiempo, se utilizaban en Europa”.
El acero se fabricaba en África hace ya 2.500 años
Los objetos arqueológicos en hierro hallados en las tumbas escavadas por los arqueólogos se corresponden con grandes hachas de hasta 40 centímetros de longitud, cuchillos en forma de hoz (como símbolos de poder), colgantes muy pesados, multitud de anillos, tobilleras, jorcas para los pies y hachas-moneda (bikuelé) empleadas, como hoy en la cultura Fang, como moneda de dote que el hombre entrega a la familia de su futura esposa. Todos estos objetos en hierro de 2.000 años de antigüedad, son los más antiguos de todo el África Subsahariana.

Y aun así, no es aquí donde acaban los importantes resultados obtenidos del estudio de la arqueología de
Equipo de arqueólogos hispano-guineano que participaron en las
excavaciones arqueológicas de la isla de Corisco durante la
campaña de 2014.- Foto: Luis Negro Marco
 Corisco. A los arqueólogos les asombra la alta calidad que los hornos de fundición debieron reunir para que en ellos se fabricasen unas piezas de tan alto grado de perfección. Para ello, en el interior de estos hornos se debieron alcanzar temperaturas muy altas, superiores a los 1.500 grados centígrados, que debieron ser constantes, al menos durante un período de tres días. Todo ello, sin duda, requiere de un gran dominio de la metalurgia y de unas técnicas de transformación altamente depuradas y sofisticadas. En este sentido cabe destacar que África es el primer continente en el que se fabricó el acero ¡hace 2.500 años! Es decir, 2.300 años antes de que el acero comenzase a fabricarse en Europa, en fechas previas a la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII.

Unos hallazgos casuales
La historia de las fascinantes excavaciones de Corisco comenzó en 2009, cuando en el transcurso de las
Bikuelés o "monedas de hierro" en forma de puntas de flecha
utilizadas desde hace siglos por los pueblos de Guinea Ecuatorial
como pago de dote a la familia de la esposa.- Foto: Luis Negro
obras del aeropuerto internacional de la isla, aparecieron unos restos que llamaron la atención de los trabajadores. Las autoridades, en vista de la envergadura del descubrimiento, encomendaron los trabajos de investigación a un equipo mixto de arqueólogos del Ministerio de Cultura de Guinea Ecuatorial y del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) de España, que desplazó a un grupo de expertos para realizar las excavaciones conjuntas y el estudio de los espectaculares materiales arqueológicos descubiertos. Fue así como en mayo de 2012 dio comienzo la tercera campaña de investigación, con un equipo interdisciplinar de arqueólogos guineoecuatorianos del Ministerio de Cultura (compuesto por Quintiliana Andeme Okué, Juan César Bakale Asumu y Moisés Moeri Ribolevé) y de españoles adscritos al CSIC, formado por Alfredo González Ruibal, como director, además de la bióloga Cruz Ferro y los arqueólogos Carlos Otero, Carlos Marín, Manuel Sánchez-Elipe y Llorenç Picornell, adscritos a las Universidades españolas de Barcelona y Santiago de Compostela. Una vez finalizadas las excavaciones, los arqueólogos ofrecieron una serie de conferencias divulgativas sobre los resultados obtenidos en sus investigaciones, en los centros culturales de Malabo y Bata. Asimismo, el Centro Cultural Español de Bata acogió una exposición con los materiales arqueológicos más relevantes de la campaña, que fue visitada por un público muy numeroso. En la actualidad, los objetos arqueológicos se hallan depositados temporalmente en el Centro Cultural Español de Bata, en espera de su definitiva musealización. Estas piezas, hasta ahora las más antiguas conocidas de la cultura material del país, pasarán así a formar parte del rico y exclusivo patrimonio cultural que atesora Guinea Ecuatorial...
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El Teatro, espacio de comunicación y cultura de paz

Luis Negro Marco / Santigo de Compostela

El Día Mundial del Teatro fue creado en 1961 por el ITI (“Instituto Internacional del Teatro de la UNESCO”), y se celebra anualmente cada 27 de marzo, en recuerdo de la fecha de la apertura, en 1962, del “Teatro de las Naciones” en París. Uno de los eventos más importantes de este día es el de la circulación del “Mensaje del Teatro”, en el que una figura de talla mundial comparte sus reflexiones sobre la Dramaturgia y la Cultura de la Paz. Este año, el encargado de elaborar dicho mensaje, ha sido el autor sudafricano Brett Bailey, de 47 años de edad, cuyas obras se han representado en diversos países de África, Europa y Australia, mereciendo numerosos premios. Vale la pena recordar algunas de sus palabras, leídas en todo el mundo el pasado 27 de marzo: Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu del Teatro se manifiesta. El Teatro, nacido de la comunidad, lleva puestas las máscaras y vestimentas de nuestras distintas tradiciones. El teatro utiliza nuestras lenguas, ritmos y gestos, y abre un espacio de comunicación y paz para toda la Humanidad”.
                                                                                                                                        África, teatro y oralidad
La palabra “Teatro”, proviene del griego, “theatron” con el significado de “lugar para contemplar”, refiriéndose así al espacio físico en el que tenían lugar las representaciones teatrales (tragedias, comedias, epopeyas…) en las que se escenificaban historias de dioses y personas del pasado y el presente. El teatro adquiere sin embargo una especial importancia en el continente africano, donde el sentido del ritmo, la mímica, la danza y la oralidad son cualidades que todas las personas comparten. Y es que la vida cotidiana en África transcurre al ritmo de rituales y ceremonias religiosas, concebidas y vividas como verdaderos espectáculos. De este modo, la fuerza expresiva que sólo poseen los hombres y mujeres nacidos o descendientes de África, cobra especial importancia en el panorama de la
representación escénica a nivel internacional. Y en el caso concreto de Guinea Ecuatorial, este hecho es evidente. Por ello hoy vamos a poner nuestra atención en dos actores y artistas guineoecuatorianos que están triunfando actualmente en España con dos grandes obras de teatro: El Decamerón Negro y Otro mundo es posible, ambas producidas por la compañía “L´om Imprebis”. Esta compañía teatral dirigida por el director valenciano Santiago Sánchez, ha puesto en escena un amplio repertorio de obras que abarca desde los grandes textos de la dramaturgia universal (Galileo, de Bertolt Brecht; Don Quijote, de Miguel de Cervantes; Calígula, de Albert Camus, o Tío Vania, de Anton Chejov) hasta espectáculos de improvisación, pioneros en Europa. En 2002, esta compañía española de teatro comenzó una labor de acercamiento e investigación del teatro en África que cristalizó en 2008, con la creación del CITA (Centro Internacional de Teatro Actual) y la puesta en marcha del proyecto Orígenes, un espectáculo que consiguió reunir a 24 artistas de las cinco etnias de Guinea Ecuatorial, y que se representó en 2011 en Madrid 
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jueves, 10 de abril de 2014

ALIANZA EDITORIAL publica tres destacados libros rememorando el centenario de la PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Dos novelas y un libro de Historia para rememorar el drama de la Gran Guerra

Coincidiendo con el centenario de la Primera Guerra Mundial, Alianza Editorial reedita Los cuatro jinetes del Apocalipsis,  novela de  Blasco Ibáñez escrita en 1916, y publica Vidas rotas, obra antibelicista de Bénédicte des Mazery, basada en misivas reales de combatientes franceses que jamás llegaron a su destino. La editorial completa estos títulos con la reedición de La Gran Guerra, 1914-1918, lúcido estudio sobre aquel drama escrito en 1969 por el historiador francés Marc Ferro, director de la prestigiosa revista Annales.

Luis Negro Marco / Santiago de Compostela
 

El día 28 de junio de 1914, fecha del asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando de Austria, faltaba solo un mes para que el imperio de Austria-Hungría declarase la guerra a Serbia, dando comienzo una serie de alianzas contrapuestas que desembocarían en el estallido de la Primera Guerra Mundial. La hipótesis de una guerra duradera y continuada nunca fue imaginada por nadie. Y sin embargo, “La Gran Guerra” supuso la desaparición de cuatro imperios y en Rusia, el derrocamiento del imperio zarista y la implantación de la revolución bolchevique.

  La guerra pronto se desarrolló como jamás nadie habría imaginado, fértil en sorpresas y en peripecias: invasión alemana de Francia, ofensiva inesperada de los rusos, batalla del Marne, victoria de los alemanes al Este, derrota austriaca ante Belgrado y entrada en guerra de Turquía y Japón. Así lo expone en su libro La Gran Guerra, 1914-1918, el historiador francés Marc Ferro, quien sin abandonar por un instante el hilo de la verdad histórica desvela cómo se mataron, unos a otros, millones de hombres, muchos por patriotismo, otros, sin saber muy bien por qué.
  Marc Ferro pone de relieve en su obra que para la Navidad de 1914 varios
millones de combatientes habían quedado inmovilizados –ante la sorpresa de los generales de ambos frentes– y obligados a enterrarse bajo trincheras ya no para combatir, sino para sobrevivir. Así, al inmovilizar la guerra sobre suelo francés durante más de cuatro años, Alemania iba a dejar marcada a Francia con profundas heridas, a amenazar su existencia, y a paralizarla durante mucho tiempo. “Esto no es la verdadera guerra”, exclamaba el Secretario de la Guerra inglés,  Kitchener”, al visitar las trincheras. Y no era tampoco la guerra que había soñado el amigo de Picasso, el escritor Guillaume Apollinaire, al alistarse, con sus descansos y sus largos ocios.
  En tan solo unas semanas, la guerra se había metamorfoseado; cambiaba simultáneamente de método y de estilo, de naturaleza y de espíritu, de objetivo y de amplitud: pasaba a convertirse en la Gran Guerra, con grandes, brutales, devastadoras batallas. Como la del Somme, comenzada el 1 de julio de 1916, cuando 100.000 hombres se lanzaron al ataque tras una formidable preparación artillera de seis días de fuego graneado. Al final de esta lucha, los británicos habían perdido 420.000 hombres; los franceses 195.000 y los alemanes 650.000; así pues, una sola batalla, la del Somme, había causado más de 1.200.000 víctimas. A su vez, el 19 de diciembre de 1916 Francia lograba una pírrica victoria  tras la batalla de Verdún, coronada por el amargo laurel de la sangre de 350.000 combatientes.
  En estas circunstancias, la correspondencia se convertiría en el único medio de enlace entre el soldado y sus familias. Pero el miedo de los mandos al quebranto de la moral y a la deserción, provocó la instauración d e una férrea censura epistolar devastadora para la psicología de todos los contendientes. De este
asunto trata precisamente la novela Vidas rotas, de la historiadora y escritora francesa Bénédicte des Mazery. Un drama que pone de manifiesto que para los soldados de la I Guerra Mundial llegó a ser mucho más doloroso el silencio de la censura que el estallido de las bombas sobre los cuerpos mutilados de sus compañeros.
  La guerra de trincheras, lucha de proximidad, provocó asimismo la masiva utilización de las granadas, a la vez que propiciaron el nacimiento de armas nuevas que hicieron la guerra más atroz y mortífera: los lanzallamas, los tanques y los gases asfixiantes, usados por vez primera por los alemanes en Lange Mark, el 22 de abril de 1915. Pero los obuses de iperita, fosgeno y de gases verdes y amarillos, se generalizarían entre 1916 y 1917 por ambos frentes. Cada bando tenía su apodo: los franceses, “poilus”, los alemanes “boches”, los ingleses “tommies” y los americanos, “sammies”. Cada enfrentamiento fuera de las trincheras se convertía en una carnicería. La incipiente aviación ametrallaba y bombardeaba desde el aire las trincheras infestadas de ratas  y barro. Y en la mar atlántica, los submarinos alemanes se hacían los dueños, llevando al fondo del mar miles de barcos de transporte aliados.  En marzo de 1915, Winston Churchill, para entonces primer lord del Almirantazgo británico, planificó el desembarco de los aliados en Gallipoli, Turquía, buena parte de cuyas tropas fueron masacradas. Así, la operación de los Dardanelos, a finales de noviembre de 1915, había supuesto la pérdida de 145.000 hombres entre muertos y heridos.
  Muchos fueron los escritores que vertieron la tinta en sus plumas para dibujar tantos horrores. Entre los hispanos, figuran Valle Inclán, y principalmente, Vicente Blasco Ibáñez, quien dedicó un libro de historia a la Gran Guerra y una sugerente
novela, de título revelador: Los cuatro jinetes del Apocalipsis. En realidad, una novela de amor, con fondo semejante al de Romero y Julieta o los propios Amantes de Teruel, con el terrible telón de fondo de la barbarie de la guerra. Dos jóvenes, Julio y Margarita, pertenecientes a dos familias (Desnoyers y Hartrott) con unos lazos en común, verán cómo la fractura humana de la guerra se convierte también en trinchera de su amor, al quedar cada una de las familias, vinculada a cada uno de los bandos enfrentados. El éxito de Los cuatro jinetes del Apocalipsis fue tal que la industria cinematográfica de Hollywood llevó el libro a la gran pantalla en 1962.
  Precisamente, la I Guerra mundial comenzó a dar un gran giro cuando  en el verano de en 1917, Estados Unidos entró en la guerra. Entonces, actores célebres del celuloide, como Charles Chaplin, ofrecieron su imagen para promocionar la venta de bonos de guerra y promover el patriotismo de los norteamericanos cuyo ejército llegó a superar el millón y medio de alistados.
  En 1917 todas las naciones del planeta, directa o indirectamente, estaban en guerra, dando lugar a dramas y hechos de gran trascendencia. Por ejemplo, la acción indirecta aliada al Este contra el Imperio turco condujo a las matanzas de Armenia (un millón de hombres y mujeres fueron deportados por los turcos y más de la mitad asesinados). Mientras, al Sur, la hazaña de un héroe solitario, Lawrence de Arabia, lo convertía en el padrino de la independencia árabe.
  Al final, la llegada del 11 de noviembre de 1918, fue de alegría general. Se había
puesto fin a la última de las guerras… París, Londres, Nueva York, festejaron el armisticio y luego la victoria, mientras que en Versalles, un ejército de diplomáticos fundaba la Sociedad de las Naciones y firmaba tratados que habrían de asegurar la paz por cien años… Pero en su afán de tomar la cólera de los alemanes vencidos como prueba de victoria, los aliados no vieron que perdían la paz en el mismo momento en que ganaban la guerra. Porque aparte de  tres provincias perdidas, Alemania quedaba intacta; no había sufrido ningún daño material durante la guerra. Su potencial económico seguía siendo excepcional y las reparaciones previstas por el Tratado de Versalles (28 de junio de 1919) no limitaron ni su desarrollo ni su libertad de maniobra, Mientras, Francia, maltratada  y lastimada, destruida en parte, exangüe, se veía obligada a dedicar las energías nacionales en rehacer su economía. Por su parte, Alemania, aunque resentida y herida en su orgullo, sólo tenía que transformarla.
  Así, lejos de sellar la paz mundial, la Gran Guerra fue el escenario que abrió las puertas a los totalitarismos fascista, comunista y nazi. Y mientras buena parte de Europa buscaba la evasión en el cine y el music-hall tras el desastre, países como Alemania, Italia o la URSS, los sustituían por fiestas gimnásticas de impresionantes dimensiones, que anunciaban las aspiraciones a un “nuevo orden mundial”, preludio de la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría.


lunes, 7 de abril de 2014

Festividad de San Lázaro. 7 de abril: subasta de las uñas del cerdo, para la beneficiencia, en Santiago de Compostela

  “Festa da uña” de San Lázaro en Santiago de Compostela
Luis Negro Marco / Santiago de Compostela
Lázaro, gran amigo de Jesucristo, fue hermano de  María y de María Magdalena, natural de Betania. A ruego de ellas fue resucitado por Jesús (el milagro de la resurrección de Lázaro, fue muy representado en los capiteles de los claustros de arte románico) el cuarto día de su muerte. Discípulo predilecto del Señor y consagrado después de su muerte, por los Apóstoles, marchó a predicar el Evangelio y fundó la Iglesia de Marsella, siendo su primer prelado durante treinta años.
 Mil doscientos años después, surgirían los Hospitalarios de San Lázaro: orden religiosa y militar fundada en 1119 en Jerusalén y aprobada en 1255 por Alejandro IV. Tenían por patrón a San Lázaro, y su misión era la de asistir a los leprosos en Oriente y en Occidente. Introducida en Francia durante el reinado de Luis VII, en 1572 la Orden fue unida en Saboya a la de San Mauricio.
 De esta orden de San Lázaro deriva la palabra “lazareto”, nombre que se daba en la Edad Media a los hospitales destinados a los leprosos. Se trataba de espacios perfectamente aislados y distribuidos en muchos edificios destinados a recibir las personas y cosas que llegaban de países infectados de contagio, para ser ventiladas y desinfectadas según las reglas establecidas.  Los lazaretos se hallan generalmente
Subasta de uñas en la iglesia de San Lázaro de Santiago de
Compostela, el día 7 de abril de 2014
.- Foto: Luis Negro Marco
cerca de los puertos de mar y principalmente en las costas del Mediterráneo, a causa del comercio que se verificaba al levante, sobre todo del proveniente del mar Negro.
 En los lazaretos, además de los edificios destinados a vivienda de las personas que hacían cuarentena, y de los empleados, solía haber almacenes, hospitales, jardines, cementerios, y un locutorio donde dichas personas podían hablar y recibir a quienes las visitaban.      
  En España hubo dos verdaderos lazaretos (lazaretos sucios): El de Mahón y el de Vigo; hubo, además otros en varios puertos, llamados lazaretos de observación. También se establecieron lazaretos provisionales en las fronteras de las naciones y en las afueras de las poblaciones, para evitar el contagio por vía terrestre en casos de peste o epidemia. El primer lazareto marítimo parece que fue establecido en Venecia en 1405.
Interesante es la relación entre las palabras "Lázaro" y "lazarillo", este último, muchacho que acompaña y dirige al ciego, como ocurre en la obra “El Lazarillo de Tormes”. El autor hace en esta obra un juego de palabras entre "Lazarillo" y “lacerado” ( que signifcaba: herido, infeliz, desdichado, cantagiado del mal de San Lázaro, es decir, de la lepra) cuando dice: “Ay, lacerado de mí…” Y con el mismo significado,
Sete á unha, sete ás dúas, e sete...ás tres.
Vendidas por sete euros as derradeiras uñas
deste ano
. Foto: Luis Negro Marco
existe la palabra “laceria” (ya muy en desuso) con el significado de pobreza, miseria, indigencia, fatiga, incomodidad, o trabajo. Asimismo “lacería” significó en el pasado lepra, o enfermedad de San Lázaro. La palabra “lázaro” también se utilizaba antiguamente con el significado de andrajoso, sucio o pobre.

Festa da uña de San Lázaro en Santiago de Compostela
 En la ciudad de Santiago de Compostela, cada año, coincidiendo con la celebración de san Lázaro se celebra cada año A festa da Uña, que consiste en la subasta de las uñas (manitas de cerdo), orejas y morro del tocino.  Dicha subasta se realiza en uno de los laterales de la “igrexa de san Lázaro”, en el barrio compostelano de “As Cancelas”. El origen de A festa da uña se remonta, al menos, al siglo XVII. La recaudación obtenida por la subasta de las uñas del cerdo (para cocinar unos callos o hacer un buen morro u orella a la brasa) se utilizaba para sufragar los hospitales y lazaretos que atendían a los enfermos sin recursos, especialmente a quienes padecían la lepra, y que estaban atendidos por los frailes “lázaros” o “lazaristas”, es decir, os “Hospitalarios de San Lázaro”. 
 Dicha fiesta tiene una relación evidente con la del cerdo de san Antón (17 de enero), en  cuya festividad era costumbre, en muchas poblaciones, rifar un cerdo (un cuto, según una célebre canción de Navarra alusiva a ella). Y, del mismo modo que lo recaudado por la subasta de “la uña” en Santiago, el dinero era destinado a los hospitales que cuidaban de los pobres. Es pues una fiesta que se basa en la beneficencia.

   En Santiago de Compostela, A festa da uña dura cuatro días, en los que se instalan, junto a la iglesia de san Lázaro, puestos de ventas de roscas y rosquillas de manteca, caramelo blanco y anís. También se monta una carpa en la que se programan actuaciones de música (“Banda Muncipal de Santiago de Compostela y Orquestas bien conocidas, como “La París de Noya” o “Panorama”) y se hacen degustaciones de cazuelitas de callos de uñas de cerdo con grelos e pemento picante. “¿Quén da máis…?”

martes, 1 de abril de 2014

Hoy, 1 de abril se cumplen cuatro años desde el fallecimiento de Francisco Negro Láinez, testigo del Amor de Dios a lo largo de sus 94 años de santificada vida

    
Francisco Negro Láinez, un hombre bueno

                                                              (  Bello, 1915 - Zaragoza, 2010 )
       
Luis Negro Marco / Santiago de Compostela

El día 1 de abril de 2010, hace hoy cuatro años, fallecía en Zaragoza, a los 94 años de edad, y tras una larga enfermedad, Francisco Negro Láinez, nacido en Bello, el 26 de septiembre de 1915, siendo sus padres Bienvenido Negro Alamán, natural de Cella  y María Teresa Láinez Beltrán, de Navarrete del Río. Hizo sus primeros estudios en el colegio que los Padres Escolapios tenían en Daroca, siendo su primer maestro el padre Pedro Burgués, y el padre Juan Carrato que estaba al frente del célebre Observatorio Aéreo de Daroca, el cual había instalado en lo alto de una torreta, encima del Colegio de los Escolapios, muy cerca de la Puerta Alta. 
Una vez acabado segundo de bachiller, Francisco Negro decidió dejar los
Francisco Negro en una foto tomada en la Virgen del Buen
Acuerdo (Gallocanta) en 1996.- Sus padres, Bienvenido y
María Teresa tuvieron 11 hijos, dos de ellos sacerdotes.
estudios y ponerse a trabajar con su hermano, que vivía en Alcañiz y era recaudador de contribuciones, llevando a cabo con él este trabajo en los pueblos de las zonas de Aliaga, Castellote y Montalbán. En Alcañiz, se afilió también al partido Carlista, llegando a ser presidente comarcal de la Juventud Tradicionalista (carlista) de Alcañiz", cargo que desempeñaba cuando comenzó la Guerra Civil.
 El mismo 18 de julio de 1936, Francisco Negro se trasladaba, a Cambrils, a pasar las vacaciones con su hermano y su mujer; allí, un día, estando en la playa, acudieron unos policías y les obligaron a los tres a ir a la casa en que vivían, les tomaron declaración y revolvieron toda la casa creyendo que tenían armas escondidas. Iban con un miliciano, y por las noches, que tenían costumbre de subir a la terraza, les obligaban a bajar de ella; es decir, estaban vigilados.
Su hermano representaba en Cambrils a una casa de seguros y tenía allí a un
Mis padres, Generosa y Francisco, en su casa de Zaragoza, en el año 2006.
La sencillez, la Fe, honradez, amor a sí mismos y hacia sus hijos, así como la
solidaridad con los más necesitados, fue la constante de toda su  vida. Todo
un ejemplo de humaniddad y sensibilidad, espejo del amor de Dios.

agente que  era del Comité Local y a través de él, consiguió unos salvoconductos y pudieron salir hasta Valencia, en donde se hospedaron en casa de un tío de ellos, Julio Negro, En la casa donde vivían, había escondidas algunas imágenes de la Iglesia, teniendo la suerte de que nunca la registraron. En la Valencia de la guerra, Francisco Negro y su hermano Luis se dedicaban a recoger envases de vidrio por las calles y bares a los que
suministraba bebidas la fábrica propiedad de su tío, y luego los vendían. Él, además, y sobre todo, se dedicaba a formar en las interminables colas para comprar alimentos.

  Pero como era joven, y con idea de pasarse a la zona nacional,  Francisco decidió, en el verano de 1937, enrolarse en el ejército republicano, y estando en el frente de Andalucía,  se pasó a las fuerzas nacionales en Bélmez (Córdoba).  Solicitó entonces ir al Requeté (la milicia que los carlistas aportaron al Ejército de Franco, y que algunas fuentes llegan a cifrar en 75.000 soldados) y lo destinaron a un batallón del Tercio de “San Rafael” de Córdoba. Nada más incorporarse, en mayo de 1938, entró en combate en el pueblo de Porcuna (posición de “Mano de Hierro”) en la que el Tercio tuvo numerosas bajas, pero cuya decisiva acción, mereció los elogios del propio general Queipo de Llano a través de una orden especial. Poco después, y con la finalidad de obtener el correspondiente permiso por ello, se presentó al cursillo de alféreces provisionales (pues necesitaban alféreces que sirviesen como carne de cañon y por eso existía el dicho: "alférez provisional, cadáver efectivo") que le concedieron, yendo al campamento que la Legión tenía en Dar Riffien, entre Ceuta y Tetuán.  
  Allí permaneció un mes estudiando y aprendiendo la instrucción, lo que él y sus compañeros alternaban con alguna escapada a Tetuán. Al mes les hicieron un examen de aptitud y aprobó con el número uno de la promoción. Para pasar a la segunda fase del cursillo, había que presentar un certificado académico de estudios, al menos de  Bachiller, que entonces constaba de tres años       —pero él sólo tenía hasta segundo— o bien presentar una declaración jurada de los estudios, pero él no tenía el más mínimo interés, porque lo que verdaderamente le interesaba era pedir permiso para poder ver a sus padres y hermanos. Para ello contó con la inestimable colaboración de un compañero del Tercio de Requetés que era hijo del comandante militar de Córdoba, el cual le dio una carta de presentación y un pasaporte para trasladarse a Milagro (Navarra) con un mes de permiso.
Mi padre Francisco con mi hermana Isabel en Zaragoza.
La foto es de febrero de 2010, dos meses antes de la
muerte de mi padre. Mi hermana Isabel, una vez falleció
mi madre Generosa, en 2007, cuidó y llenó de cariño a
mi padre hasta el día de su muerte. Un cariño que
también a mí me ha inundado de amor. Gracias, Isabel
por tu amor infinito a través del cual, sigo percibiendo el
de nuestros padres. 
  La sorpresa le llegó a Francisco cuando, al regresar al batallón, se extrañaron de verle, diciendo que  le habían dado de baja y que aunque no se hubiera presentado, no le habrían reclamado. Así que se reintegró a su Tercio de Requetés, y ya casi finalizando la guerra, habría de participar en la —quizás— más dura batalla de toda la guerra: la ofensiva republicana sobre el frente andaluz de Peñarroya-Pueblo Nuevo, planificada por el general Rojo, que se llevó a cabo durante los primeros días de enero de 1939, y en la que según varias fuentes participaron 300.000 soldados por parte republicana y 150.000 del bando del ejército sublevado. El objeto de dicha ofensiva era distraer las fuerzas de Franco que se dirigían a la toma de Madrid y Barcelona.
  En Peñarroya, el Tercio de “San Rafael”, junto con otras fuerzas, estuvo cercado durante dos días. Fueron los dos días peores que pasó en la guerra, según afirmaba cuando hablaba de ello, pero al final les llegaron refuerzos y lograron vencer. Desde allí les llevaron a Granada, en marchas, recogiendo a las tropas vencidas que entregaban sus armas: “A mí, después de todo, me daba pena: vencidos, sin armas, mal vestidos y alimentados; allí se acabó la guerra” —decía—.Cuando llegó a casa de sus padres, que entonces estaban en Milagro (Navarra), le dijo a su madre que le pusiera un colchón en el suelo para dormir, pues acostumbrado a dormir en el suelo durante tanto tiempo, no podía dormir en una cama.
  A pesar de todo lo expuesto, mi padre apenas habló nunca de la guerra, y siempre decía de ella que al final todos fueron perdedores. Él como tantos otros (hombres y mujeres) “que ganaron la guerra” habrían de convertirse en auténticos exiliados interiores, destinados, con su esfuerzo y sudor, a trabajar día y noche para sacar a su familia adelante, mientras la propaganda franquista hablaba de la “nueva y grande España”. Además, mi padre, siendo carlista, quedaba como sospechoso al Régimen (mi padre estaba suscrito a la revista carlista “Esfuerzo Común”, que por las veces que fue secuestrada por la Dictadura, se conocía coloquialmente con el nombre de “Secuestro Común”) que se
Mi padre Francisco en su casa de Zaragoza soplando la vela de
su 93 cumpleaños con mis hermanos María Teresa y Fernando
apoyaba decididamente en la Falange (durante la Guerra Franco había promulgado el Decreto de fusión entre falangistas y Carlismo, creando la FET y de las JONS) y olvidaba a los carlistas, de cuya sangre, sin embargo, el dictador con tanta avidez se había servido —a través de los tercios de requetés— en los principales frentes de batalla.
Así que olvidada y superada la guerra, el 6 de febrero de 1945 Francisco Negro contraía matrimonio con Generosa Marco del Carmen, natural de Torralba de los Sisones (quien falleció en Zaragoza, a la edad de 85 años, el 6 de febrero de 2007) y el 13 de enero de 1946 nacía Jesús (sacerdote escolapio actualmente en Bolivia) el primero de los diez hijos. Seis varones: Jesús, Javier, Carlos, José María, Fernando y Luis) y cuatro mujeres: María de los Ángeles, Isabel, Trinidad y María Teresa) que habrían de tener.
 Mi padre trabajó casi toda su vida, hasta su jubilación, en 1984, como secretario de la Hermandad de Labradores y Ganaderos (luego Cámaras Agrarias) en Odón y Bello primero, y después en Oliete, Ariño y Alacón.
La bondad y verdadera santidad del matrimonio Negro-Marco, les llevó a  acoger durante un año (dentro de un programa nacional de acogida de niños refugiados de la Alemania vencida, promovido por Cáritas) a una niña austriaca, Inge, de nueve años, cuyo padre, marino mercante, había muerto durante la II Guerra Mundial, y también a contribuir con 15.000 pesetas  (que el matrimonio obtuvo de la venta de un ganado, que formaba parte de la dote de ella) al sufragio de los gastos de la construcción del seminario diocesano de Zaragoza. 
  El 23 de marzo de 19666, Francisco Negro escribía una carta al Padre Provincial de las Escuelas Pías de Aragón, P. Teófilo López que había de ser histórica en la Orden, por cuanto en ella le proponía una magnífica idea: la creación de la que habría de ser primera "Hermandad de Padres y Familiares de Escolapios", germen de otras futuras asociaciones dentro de la Escuela Pía
Fueron mis padres, en suma, unas personas buenas, que supieron crear una gran familia, muy vinculada a la gran familia religiosa de las Escuelas Pías, en cuyo seno, según sus palabras, “pudieron sus hijos ser educados en la ciencia y la fe”. 
Mis padres Francisco y Generosa fueron verdaderos escolapios seguidores de san José de Calasanz, fundador de las Escuelas Pías, porque, como Calasanz, ellos siempre fueron cooperadores de la Verdad y constructores del Amor de Cristo.
  El 23 de mayo de 2013, fallecía asimismo mi hermana María de los Ángeles, segunda de los diez hijos de mis padres Francisco y Generosa y la mayor de las cuatro hermanas. Junto con su esposo Pedro Martín, tuvieron dos hijos, Luis y Pedro, éste último casado con Bárbara, y tienen una hija, Azzurra, de infinitos ojos azules. Como los del cielo desde el que velan por nosotros mis padres Generosa y Francisco, y mi hermana María de los Ángeles. Sé que siempre estáis conmigo a mi lado. Y os quiero tanto...