martes, 2 de abril de 2024

Francisco Rodil publica "Sutiles presencias", un libro de cuentos centrados en lo sobrenatural

 

Cuentos de fantasmas

https://www.diariodesantiago.es/lecturas/cuentos-de-fantasmas/

Luis Negro Marco 

portada del último libro del escritor y
periodista Francisco Rodil Lombardía
Francisco Rodil, periodista y escritor, es así mismo integrante del Coro Cardenal Quiroga de la catedral de Santiago de Compostela. Fue director de La Voz de Asturias, delegado del Grupo Z en el Principado y director gerente de Radio Televisión de Galicia. Como novelista, destacan sus obras: El señor de Senescal (2003), La noche de las luminarias (2018), que se usa como libro de texto en bachillerato en la Comunidad de Navarra y Los prodigios de Gillingham (2021). Y en cuanto a su faceta de periodista, destaca su obra: Sin máscara: relatos del periodismo de camuflaje (1999) en la que reivindica que la información es mucho más que un negocio y que tiene que ver con la libertad.


Ahora, en Sutiles presencias, el autor asturiano (pero residente desde hace más de 30 años en Santiago) nos vuelve a sorprender con un libro tejido de diez cuentos, aparentemente independientes entre sí, pero todos con un hilo conductor común: la huellas de lo sobrenatural.De hecho, anunciando el deleite de las páginas que aguardan al lector, Rodil preludia su libro con una cita del joven escritor senegalés Mohamed Mbougar Sarr (ganador del Goncourt, premio literario de Francia, en su edición de 2021) en la que se nos avisa: “Hay una presencia que permanece después de cualquier partida. Es posible, incluso, que la verdadera presencia de los seres y de las cosas empiece solo tras su desaparición”. 


Pues así ocurre con estos extraordinarios relatos cortos, en que lo que se deja entrever cuenta mucho más que lo que aparece impreso. Y así sucede, por ejemplo, con Café Universal, Lección póstuma, o Fonda de las ánimas, cuentos fantásticos dignos de ser desvelados durante un filandón: historias de misterio que se contaban durante la noche en invierno, al calor de la lumbre de la cadiera, mientras las mujeres filaban (hilaban, de ahí el término filandón) la lana.Así mismo, puede decirse que la estructura de Sutiles presencias guarda similitud con los relatos góticos de terror, especialmente con Manuscrito encontrado en Zaragoza, del escritor polaco Jan Potocki (fallecido en 1815), considerada como la gran obra maestra de la literatura fantástica de todos los tiempos.


Algunas de estas mágicas historias nos llenan también de ternura, como ocurre con Bagatela, en la que una niña, víctima de una enfermedad incurable, encontrará en el interior de un piano, que sus padres le regalan, un secreto que se hallaba allí celosamente guardado durante décadas, esperando a que ella lo descubriera.



Un escalofrío estremecerá al lector cuando lea los relatos Nochevieja (con una casa encantada en un pueblo abandonado) y La sombra (este último ambientado en el Camino de Santiago, con alegorías de la “Santa Compaña”) en los que lo real y lo fantástico se entremezclan de tal modo, que es imposible deslindar sus límites, como ocurre en las mejores narraciones románticas del siglo XIX.Y no podían faltar, en este florilegio de cuentos, las referencias a la arqueología (así ocurre en el fascinante relato El santuario) evocadora de tradiciones y misterios del pasado, pues no en vano el autor, en sus tiempos de juventud, colaboró en intervenciones arqueológicas, concretamente en las excavaciones de las necrópolis medievales de Fuentidueña del Tajo, cuyas tumbas fueron excavadas, desde el tiempo de los visigodos, en la roca.
___________________________________________________________________________
Francisco Rodil es también el autor de las novelas: El señor de Senescal (2003), La noche de las luminarias (2018) y Los prodigios de Gillingham (2021)
________________________________________________________________________

Y si Los diez fabulosos relatos de Sutiles presencias son ya de por sí una muy buena opción para leer en estas navidades, más aún si a ello unimos la cuidada edición que Velasco presenta al lector, con una evocadora portada y un toque muy personal en la contraportada, presentando una “sutil presencia” que el agudo lector no tardará en descubrir.