lunes, 30 de diciembre de 2013

De Inocentadas y santos inocentes

“Los santos inocentes te lo pagarán”

Luis Negro Marco / Zaragoza

 Las inocentadas nos hacen reír, siempre que sean ingeniosas y no atenten al buen gusto, el respeto y la dignidad. Aunque algunas "bromas" históricas causaron ya no solo el engaño inocente sino el pánico. Así lo hizo el director de cine estadounidense Orson Wells durante el Halloween de 1938, cuando retransmitió por radio una adaptación del libro “La guerra de los mundos” de H.G. Wells. En un tiempo histórico de situación prebélica a escala planetaria, y la creencia muy generalizada entonces de que los extraterrestres visitaban el planeta a bordo de naves con intenciones nada amistosas, al director Ciudadano Kane” se le ocurrió “la graciosa idea” de relatar como si fuese real, una invasión extraterrestre. El resultado: miles de personas se lanzaron a la calle aterrorizadas tratando de huir de Nueva York y de una muerte que creían segura.  Y es que lo de la inocentada, lo de reírnos del prójimo parece algo muy incardinado en la esencia del ser humano. El desaparecido director español  Manuel Summers hizo en 1982 una película presuntamente graciosa que trataba de ello: “Tó er mundo é güeno”, rodada (también presuntamente) con cámara oculta, con gags tan “trabajados” como el de atar un billete de 100 pesetas con un fino hilo de nylon y desternillarse de risa viendo cómo la víctima de la inocentada corría desesperadamente detrás de su tesoro, que se alejaba sin cesar.  Y es que España ha sido,  sin duda e históricamente, el país de “Los santos Inocentes”, es decir, el del título del libro homónimo que  Miguel Delibes escribió en 1981, y el de la película del mismo nombre dirigida en 1984 por Mario Camus, e interpretada magistralmente por Terele  Pávez, Francisco Rabal y Alfredo Landa. Una dramática fusión de tragedia y comedia emergida de las finiseculares desigualdades sociales hispanas cuyo resultado es el esperpento,  ya adelantado por Goya con sus grabados y pinturas negras y acuñado después en letras de oro por el escritor gallego Ramón María del Valle Inclán. Se dice de este último que estando en cierta ocasión  encarcelado por sus críticas a la Dictadura de Primo de Rivera, se vistió con traje de general carlista, y asomando por entre los barrotes de su celda que daban a la calle, se puso a declamar: ¡“Viva la reina Isabel II”! Y es que las inocentadas son eso: un “contrapunto”, un “contratiempo”, ir a contracorriente. Romper con la linealidad y la normalidad y buscar la relajación que proporciona la imperfección. Los romanos, al igual que los griegos y persas lo sabían muy bien. Por eso hacían la “inocentada” de convertir a sus esclavos en reyes por un día. Por cierto, título de un antiguo programa (“Reina por un día”) que ofrecía Televisión Española allá por 1964. Un verdadero cuento de hadas, como el de Cenicienta, que se desvanecía al toque de las campanadas de medianoche. Hay un gag muy bueno en la película que rodaron en 1979 los Monty Python, titulada “La vida de Brian”, una divertida comedia sobre la vida de Jesús. Los romanos van a crucificar a Cristo y a varios ladrones junto a él. El centurión romano pregunta, uno a uno, a quienes van a ser ajusticiados, muy educadamente: “¿Crucifixión?” –el ladrón responde: “No, yo estoy libre”. –Sin inmutarse, el centurión responde: “Perdone entonces las molestias; puede irse”.  –Pero entonces el ladrón le dice al centurión con una sonrisa: “Que no, que era broma, que yo también voy a ser crucificado”. “Ah, ya veo; bien pues ahí tiene usted la cruz y... feliz paseo hasta el Calvario.  Ahora, a punto de finalizar 2013España no es un país precisamente para bromas, y ello a pesar de que la costumbre de la inocentada está tan enraizada en nuestro solar patrio que hasta el Gobierno no puede ocultar su tendencia a hacer alguna que otra.  Como cuando el ministro de Cultura, José Ignacio  Wert anunciaba, meses atrás, a los padres de estudiantes del Programa Europeo Erasmus” (una vez los alumnos llevaban más de un mes fuera de España) que el Gobierno les retiraba la ya exigua beca que se había comprometido a asignarles. La propuesta fue finalmente retirada, pero para entonces,  un frío sudor había recorrido ya por la frente de miles de familias afectadas. Y la última “la del once por ciento” de subida en el recibo de la luz. Tranquilos, que era broma, y finalmente la luz subirá solo por debajo del tres por ciento de cara a 2014 ¿Y esto no sigue siendo una inocentada? Pero cuánto nos hemos reído.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

La Navidad, un tiempo para la Verdad y la Reconciliación de toda la Humanidad


La Navidad, celebración de esperanza

Luis Negro Marco / Zaragoza

 
Sello conmemorativo de la Navidad
 de Guinea Ecuatorial del año 1974.
El ciclo de la Navidad (natividad, o nacimiento de Cristo) comienza el 24 de diciembre con la celebración de la Nochebuena. Jesús nació en la ciudad de Belén (en la región palestina de Judea) en un año que los historiadores sitúan en el 749 (uno antes de la muerte de Herodes) desde la fundación de Roma, coincidiendo con el censo general del imperio ordenado por el primer emperador, César Augusto, fundador asimismo de la ciudad de Zaragoza. El día del nacimiento de Jesús, 25 de diciembre, fue  propuesto, por Dionisio el Menor (muerto en Roma en el 540) quien además, de acuerdo a sus investigaciones, fijó en el 1 de enero del año 754 de Roma el comienzo de la Era cristiana. De lo cual resulta que el año 1 de nuestra era cristiana, no es el del nacimiento de Cristo, sino cinco años posterior al mismo.
  La celebración cristiana de la Navidad tuvo, en sus inicios, el objetivo de contrarrestar la importancia de las celebraciones que, en honor al “Sol invictus” (el dios Mitra identificado con el sol) había instituido el emperador Aureliano (270 / 275 d.C.). Esta celebración era semejante a la de las “Saturnalias”, fiestas que se celebraron en Roma durante todo el período de la República (509-27 a.C.) en torno al 27 de diciembre, para celebrar el solsticio de invierno. Durante las “Saturnalias”, las familias se invitaban entre sí, y en una inversión de status sociales, los esclavos recibían el mismo trato que sus amos e incluso se hacían servir en la mesa por ellos, disfrutando de placeres y cenas pantagruélicas que incluían las más exquisitas y variadas recetas culinarias de la época. En contraposición a esta fiesta, y para distinguirse de los paganos, la Iglesia de los primeros tiempos declaró de vigilia (abstención de comer carne) el día de NochebuenaLa "Misa del gallo" de Nochebuena tiene su origen en el simbolismo de esta ave como anunciadora, con su canto, de la presencia del nuevo
Belén instalado en los soportales
de la Plaza del Obradoiro, de San-
tiago de Compostela, en la Navidad
del Año 2009.     
Foto: Luis Negro Marco

 día, y con él la llegada de la luz que da la vida, que simboliza a Cristo. De hecho el nombre de Jesús (“Joshua”) significa “Dios Salvador”, al igual que su otro nombre, “Emmanuel”, significa en griego “Dios con nosotros”. El nacimiento de Jesús en Belén fue circunstancial, adonde san José y la Virgen María hubieron de trasladarse para someterse al censo ordenado por Herodes como gobernador de Roma. Pero la revelación sobrenatural de la Navidad se hizo tan solo a dos estamentos: por un lado, a los pastores, personas sencillas por las que el Evangelio presenta una especial predilección; pero es que, a la vez, Belén fue también la ciudad del rey David quien comenzó su carrera como un simple pastor. Y en definitiva, al propio Jesús también se le identifica como “Agnus Dei” (Cordero de Dios) y pastor que cuida de todas y cada una de sus almas.
 El otro grupo de escogidos para la revelación fueron  los “Reyes Magos de Oriente”.  La primera representación plástica que se tiene de ellos, data de finales del siglo II. Seguramente fueron magos o astrólogos de Arabia o Persia, ya que el término "magos" con que se les denomina, hacía referencia a los que practicaban la ciencia de los “Magé”, tribu meda seguidora de Zaratustra. Siguiendo una estrella (se cree que pudo ser un fenómeno astronómico real debido a una especial conjunción entre Júpiter  y Saturno) llegaron a Belén para adorar al recién nacido. La primera representación de la Adoración de los Reyes con las características físicas ahora tradicionales de estos tres personajes, fue realizada en el siglo VII y representa a Melchor, como un viejo de barba blanca, que ofrece oro (símbolo de realeza) al niño recién nacido; a Gaspar, rubio e imberbeofreciéndole incienso (utilizado en rituales sagrados, símbolo del sacerdocio de
Belén instalado en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela,
en la Navidad del año 2009. Escena de la Adoración de los Pastores.

Foto: Luis Negro Marco
Jesús); 
y a Baltasar con piel morena y con barba, portando un cofre de mirra (resina aromática utilizada en la unción de cadáveres, en referencia a la muerte redentora deCristo). La costumbre de instalar el belén en las casas durante las fiestas de Navidad, muy arraigada en nuestros días, pudo tener su origen en el año 1223, cuando san Francisco de Asís, representó la Natividad de Jesús en la ciudad italiana de Greccio. La costumbre arraigó en Italia, extendiéndose más tarde por Europa e Iberoamérica. En España, la tradición belenística adquirió un gran impulso con Carlos III, que la importó de Nápoles, de donde también era rey. Otro de los especiales días de Navidad es el del 28 de diciembre, fecha en que se conmemora la festividad de los Santos Inocentes, en la que se rememora la matanza de niños ordenada por Herodes. Enterado del nacimiento de Jesús y temeroso de que pudiera llegar a ser el rey de los judíos, el gobernador romano mandó matar a todos los niños de dos años para abajo en toda la comarca de Belén. Tradicionalmente, viene siendo el día de las bromas o “inocentadas”. En otros tiempos, los niños tomaban el mando de los pueblos, hacían de obispos, mandaban en casa y tenían que ser obedecidos por los mayores. En cuanto a la
Belén instalado en la Plaza del Obradoiro de Santiago de
Compostela, en la Navidad de 2009; escena de la Adoración
de los Reyes Magos
; Foto: Luis Negro Marco
festividad de
Nochevieja, ya era celebrada por los romanos con cantos específicos, pago de aguinaldos, espectáculos y el reparto entre la población de cientos de ánforas con los mejores vinos que proporcionaban los viñedos del Imperio. La Iglesia, a pesar de los esfuerzos que hizo a lo largo de los siglos, no fue capaz de borrar ni menguar su importancia, triunfando con el paso de los tiempos la idea pagana. Los intercambios de regalos recibían el nombre de “estrenna”, de donde proviene nuestro coloquial: “estar de estreno”.  Asimismo, el 31 de diciembre,  es la festividad de  San Silvestre I, papa romano que en el 325 convocó el Concilio de Nicea contra los arrianos que presidió el obispo de Córdoba, Osio. En esta fecha, es cuando, según la tradición, se producían las reuniones de brujas, y además de ser una noche misteriosa, lo es también alegre. Cuenta la leyenda que en esta noche,  las brujas montaban en sus escobas y pasaban los montes y los ríos, y como si fuesen centellas, llegaban hasta los arenales de la ciudad de Sevilla, y allí decidían lo que iban a hacer a lo largo del año nuevo. A fecha de hoy este día es popular por las multitudinarias y nocturnas "carreras de San Silvestre" o "del pavo", por ser éste el trofeo que solía llevarse el vencedor. 


El 6 de enero, día de la Epifanía, es el día en que tradicionalmente reciben los niños y niñas sus juguetes. Si bien, desde hace ya algunas décadas, a los Reyes Magos les acompañan otros personajes provenientes del norte de Europa, y en particular, de los países anglosajones, como Papá Noel y Santa Claus. La de Reyes es la gran noche mágica de los niños. Unos dejan los zapatos fuera, en la ventana o en el balcón, otros se quedan sin dormir aguardando su llegada, pero todos con la infinita esperanza de que al amanecer, todas sus ilusiones se habrán convertido en realidad.

         

martes, 10 de diciembre de 2013

10 de Diciembre: Celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos

   Derechos Humanos, la última frontera    

 Luis Negro Marco / Zaragoza


Con la llegada de Colón a América en 1492, se abrió un vasto mercado económico que pronto hizo necesaria gran mano de obra para trabajar en las inmensas plantaciones de cultivo puestas en marcha por los europeos en el Nuevo Mundo. De este modo, en 1510 el rey de España ordenaba las primeras deportaciones de esclavos negros  procedentes de África a la isla de “La Española”, actual República Dominicana. Comenzaba así la ignominiosa “Trata de esclavos” que, según estimaciones de Fray Bartolomé de las Casas condujo a América –solo en el siglo XVI– a 100.000 esclavos africanos. El viaje se hacía a bordo de barcos negreros, en los que los deportados viajaban en condiciones infrahumanas, como si de transporte de ganado se tratase.
  No será hasta el siglo XVIII, “el Siglo de las Luces” en Europa, cuando pensadores como Voltaire empiecen a promover las ideas abolicionistas. Así, principalmente Inglaterra (a través de importantes sociedades filantrópicas) desempeñó un destacado papel en el fin de “la Trata”, propiciando que miles de esclavos liberados de sus cadenas pudieran regresar a África. Este grupo de hombres y mujeres ya libres, fue el origen de algunas naciones africanas, como Liberia o Sierra Leona. Pero a pesar de todo, la esclavitud continuó existiendo, y ni siquiera la Revolución francesa de 1789 (basada en la “Libertad, Igualdad y Fraternidad”)  acabó con el inhumano comercio. Así, Napoleón lo restableció en 1802 por presiones de su esposa Josefina, quien era propietaria de importantes plantaciones en La Martinica.
 Tras la batalla de Waterloo que supuso el final del Imperio napoleónico, el Congreso de Viena (que congregó a todos los países soberanos de Europa) se pronunció a favor de la supresión de “La Trata”.  Inglaterra redactó leyes abolicionistas en 1833, y Francia en 1848, mientras España mantuvo legal la esclavitud en Cuba hasta el año 1880.
  En cuanto a los Estados Unidos, la cuestión del abolicionismo fue determinante en el estallido de la guerra de Secesión (1861-1865) entre los Estados del Sur –con ingente número de esclavos trabajando en sus plantaciones de algodón– y los unionistas del Norte, partidarios del abolicionismo. Tras la victoria de los unionistas, bajo la presidencia de Abraham Lincoln, la esclavitud dejaba también de existir en los Estados Unidos; al menos sobre el papel, pues Lincoln era asesinado en abril de 1865, pocos días después de haber tomado posesión de su segundo mandato como presidente del país.
  Noventa años después de la muerte de Lincoln, la discriminación racial seguía vigente en el país de las libertades. Así, el 1 de diciembre de 1955, la ciudadana estadounidense Rosa Parks, afroamericana y de 42 años de edad, se negaba a ceder su asiento en el autobús a otra persona de raza blanca, como establecía la ley. El resultado: Rosa Parks fue encarcelada por las autoridades de Alabama acusada de “perturbar el orden”. Ocho años después, Martin Luther King, marchaba sobre Washingtonagosto de 1963– al frente de una multitudinaria manifestación  en defensa del “Trabajo y Libertad”. Allí, junto al Capitolio pronunció la frase que resquebrajaría las conciencias de la Humanidad: “I have a dream” / “tengo un sueño”: el de la convivencia pacífica, basada en la igualdad de derechos, entre  negros y blancos; Pero en 1968, Luther King era asesinado en la ciudad de Memphis, el mismo trágico final que tres años antes le había acontecido a Malcom X, otro gran defensor de los derechos civiles de los afroamericanos, abatido por las balas en Nueva York en febrero de 1965. Pero el sueño de Martin Luther King se cumplió, y desde 2009, es un presidente de origen afroamericano, Barack Obama, quien rige los destinos del país.
  En Sudáfrica, sin embargo, un férreo régimen de segregación racial (conocido como “apartheid” en la lengua –de origen holandés– de los afrikáner blancos gobernantes)  se mantuvo desde 1948 hasta 1992. Soweto, barrio negro de Johannesburgo, quedará para siempre entre las páginas más trágicas de la Historia. Allí, en junio de 1976 (siendo el presidente del país Johannes Diederichs) la mayoría negra se manifestó reclamando que la Enseñanza se impartiese en inglés, y no en afrikáner. La brutal reacción de la Policía provocó una terrible matanza que terminó con la vida de casi 600 personas, y miles de heridos. El Obispo Desmond Tutu (Premio Nobel de 1984) se posicionó sin ambages del lado de las víctimas de Soweto y denunció estos horrores, pero reclamando al mismo tiempo la convivencia pacífica entre todas las etnias del país. Lo mismo que Steve Biko, otro gran líder de la resistencia anti-aparheid asesinado por la Policía en 1977. Para entonces, Nelson Mandela, llevaba 14 de sus 58 años de vida como preso político en la cárcel de la isla sudafricana de Robben Island, cumpliendo la condena a cadena perpetua que se le había impuesto. Sin embargo Nelson Mandela salió de prisión en 1989, y lejos de acumular rencor, supo perdonar, hecho transcendental que produjo su liberación y la de todos (blancos y negros) los sudafricanos. Gracias a su actitud de reconciliación, (como también había hecho antes el arzobispo Desmond Tutu) Mandela pudo trabajar codo con codo junto al entonces presidente sudafricano Frederick de Klerk. Juntos hicieron posible el final del “apartheid” y prepararon la transición hacia las libertades civiles en Sudáfrica. Ambos (De Klerk y Mandela) recibieron el Premio Nobel de la Paz de 1993, y en noviembre de 1994 llegaron las primeras elecciones democráticas a Sudáfrica. La victoria fue para el “Congreso Nacional Africano” de Nelson Mandela, quien se convertía en el primer presidente negro del país. Clint Eastwood plasmó de forma genial en su película “Invictus”, el espíritu de reconciliación y consenso del líder africano: un gran legado para el conjunto de la Humanidad. Entre 1996 y 1998, “Madiba” puso en marcha la denominada “Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Sudáfrica”, presidida por el Obispo Desmond Tutu, que elaboró un extenso informe en el que se reflejaron las declaraciones  de más de 20.000 personas cuyos derechos humanos fueron violados durante el régimen del apartheid.

Pero la conquista de los Derechos Humanos es un trabajo que no ha terminado (ni siquiera, ni mucho menos, en nuestra propia sociedad) pues como nos recuerda el papa Francisco en su libro Solo el amor nos puede salvar”, los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión, los asesinatos… sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Día 8 de diciembre: Celebración del día de la Inmaculada Concepción de María. Mucho más que el "Puente de la Constitución" o de "La Inmaculada"

  El dogma de la Inmaculada Concepción y las Escuelas Pías

Fernando Negro Marco
(P. Provincial de la Provincia de Nueva York y 
Puerto Rico, de las Escuelas Pías)

Pintura realizada por el religioso escolapio
Francisco de Paula Botey, fallecido en Mé-
jico en el cumplimiento de su misión pasto-
ral y evangelizadora
"El papa Pío IX proclamó solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción en 1854. Incidentalmente, San Juan Newman, cuarto obispo de Filadelfia, sostuvo el libro con el que Pío IX hacía la proclamación. Juan Newman fue elegido para esta tarea por ser el obispo de menor estatura presente en la Basílica de San Pedro aquel día. Es interesante tenerlo en cuenta ya que la Inmaculada Concepción es acerca de la pequeñez de espíritu,y no acerca de la estatura."  (Fr. Frederick L. Miller, "Younger Than Sin", in the COLUMBIA magazine, Dec. 2013, Vol. 93, No. 12, page 24)Es interesante pensar que ambos, el beato Pío IX y San Juan Newman, eran exalumnos de las Escuelas Pías. Verdad? Pío IX había estudiado en nuestra escuela de Volterra, provincia Toscana (Italia); y San Juan Newman en Moravia, BohemiaAsí que imploramos que nuestra Madre Inmaculada continúe bendiciéndonos y protegiendo nuestra Orden
"A tu amparo y protección..."

"La Santísima Virgen es tan gentil que acepta toda devoción por pequeña que sea, con tal que se haga con cariño" (San José de Calasanz, 1557-1648; fundador de las Escuelas Pías y de la primera escuela popular y gratuita de Europa (en Roma, en el año 1597) para niños y niñas pobres).

domingo, 8 de diciembre de 2013

Novedad editorial de "Almuzara" : Una visión de la II República a través de los artículos periodísticos de Chaves Nogales, destacado periodista y escritor de la época


                  La República y sus enemigos   

   Luis Negro Marco / Zaragoza
Portada del libro recopilatorio de los
artículos de Chaves Nogales en el perió-
dico "Ahora", desde 1931 hasta 1
"La República y sus enemigos"; Manuel Chaves Nogales; editorial Almuzara, 329 páginas; Córdoba, 2013.   
 ------------------------------------------------------
¡Qué quieren que les diga de un país que se acuesta monárquico y se levanta republicano!” Así de contundente se mostraba el 12 de abril de 1931 el que había de ser último Jefe de Gobierno de la Monarquía de Alfonso XIII, el almirante Juan Bautista Aznar, tras el arrollador triunfo de las candidaturas republicanas en las elecciones municipales de aquel año. Solo quedaban dos días para que en la tarde del 14 de ese mismo mes de abril de 1931, y desde el balcón de la madrileña Puerta del Sol, Niceto Alcalá Zamora proclamase el nacimiento de la II Repúblicapor un acto de voluntad soberana, de iniciativa del país, sin el menor trastorno…”. Esa misma noche el rey Alfonso XIII salía hacia Cartagena, donde, a bordo de un barco de la Armada, abandonaba para siempre España rumbo a Marsella, falleciendo finalmente en Roma en el año 1941Pero la tarea de la incipiente República no iba a ser fácil ni un camino de rosas, porque se trataba de aunar el ejercicio de las libertades individuales y colectivas de la ciudadanía con la transformación de la estructura económica y social de España en un nuevo régimen. Ciertamente, un ensayo único entonces en el mundo, como lo definió su primer ministro de Justicia, el socialista Fernando de los Ríos. Acechaban, no obstante muchos obstáculos que había que añadir a los problemas heredados: la nueva reforma agraria contemplaba –para acabar con el caciquismo– la nacionalización de las tierras de cultivo, mientras el problema militar se había acrecentado, sobre todo con las cruentas guerras en el Protectorado de Marruecos; en cuanto a la Justicia, se hallaba ésta obsoleta por lo que era imprescindible acometer su reforma; estaban además el descontento general de la población, en su mayoría rural, sumida en la pobreza y el analfabetismo, además de los Estatutos  de Cataluña y País VascoPanorama tan complejo de acometer, fue muy bien visionado, desde sus primeros momentos, por Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres,1944), uno de los grandes periodistas y escritores españoles de este período de la Historia de España. Nogales fue director del periódico “Ahora”, fundado en 1930 en Madrid, un medio al que los historiadores atribuyen una línea editorial de tendencia republicana moderada, pero de gran influencia, que llegó a alcanzar los 150.000 ejemplares de tirada a nivel nacional. Desde sus páginas, y a través de sus crónicas y reportajes, Chaves Nogales pronto empezó a alertar sobre las debilidades y amenazas que se cernían sobre la II República Española y que (como finalmente sucedió con el estallido de la Guerra Civil en 1936) no iban a dejar crecer al nuevo sistema democrático, con el complicado reto añadido de sobrevivir entre las influencias de dos grandes bloques de corte dictatorial:  el fascismo italiano de Mussolini, muy similar al nazismo de la Alemania de Hitler, y el férreo comunismo de la Rusia de StalinY en España, los principales focos de rebeldía estaban llegando tanto por las Derechas como por las Izquierdas.  Así se constata en este libro, constituido por una  selección de la obra periodística de Chaves Nogales, que abarca  desde la primera escalada de conmociones que sufrió la II República española, con la intentona golpista del general Sanjurjo (“La Sanjurjada”) en el verano de 1932, hasta la revolución de octubre de 1934 en Asturias –apoyada por la UGT y también por el socialista Largo Caballero– que se produjo cuando el entonces presidente del gobierno, Alejandro Lerroux, incluyó en su gabinete a tres miembros de la CEDA de Gil Robles. El resultado tras dos semanas de lucha, y la rendición de los, en su mayoría mineros, sublevados,  fue de al menos, 2.000 muertos. Este grave acontecimiento supuso el inicio del descenso a los infiernos de la Guerra Civil. Pero entre medio de ambos episodios golpistas, de distinto signo político, hubo otro, durante la Presidencia de Manuel Azaña, que desacreditó tanto su imagen como la de su gobierno. Se trata de las revueltas anarcosindicalistas ocurridas en Andalucía, con focos principales en las localidades de La Rinconada (Sevilla) Y la gaditana de Casas Viejas; en esta última población, entre los días 10 y 12 de Enero de 1933, los rebeldes atacaron el cuartel de la Guardia Civil, matando a dos de sus agentes, al tiempo que proclamaban la creación de un gobierno popular basado en el comunismo libertario. Llegado desde Madrid el capitán Rojas, Director General de Seguridad, para sofocar la rebelión, ordenó incendiar la casa de un anciano, apodado “Seisdedos”, en la que se habían refugiado algunos de los asaltantes al cuartel. Seis personas murieron calcinadas en su interior, incluyendo al citado anciano, siendo el resultado final de víctimas superior a los veinte; un episodio que hizo que el gobierno de Manuel Azaña se tambalease, propiciando el triunfo de la Derecha en las elecciones del 19 de Noviembre. Finalmente, y a modo de contrapunto, frente a tantos momentos problemáticos de la República y como exposición de su proyecto político, el libro incluye en apéndices, y por orden cronológico, seis interesantes entrevistas ­–todas ellas realizadas a finales de 1931– a altos cargos del primer gobierno republicano, en función de los cargos que entonces ostentaban: Alcalá Zamora (primer Presidente de la República); Manuel Azaña (quien como Ministro de la Guerra acometió una controvertida reforma del Ejército); Largo Caballero (ministro de Trabajo y Seguridad Social, a quien en 1933 –seguramente los comunistas– empezaron a apelar “el Lenin español”); Fernando de los Ríos (ministro socialista de Justicia, cuya aportación fue esencial en la elaboración de la Constitución republicana del 9 de diciembre de 1931); Marcelino Domingo (líder en 1934, junto con Manuel Azaña y Casares Quiroga de la coalición “Izquierda Republicana”, fue el primer ministro que tuvo la República en el Ministerio  de Instrucción Pública y Bellas Artes) y Alejandro Lerroux (fundador del Partido Radical Socialista, que ocupó el cargo de ministro de Estado de España en el primer gobierno republicano). Para cuando todas estas entrevistas eran publicadas (estamos en torno a la Navidad de 1931) la II República era un esperanzador proyecto político para España.

viernes, 6 de diciembre de 2013

6 de Diciembre de 2013, "35 Aniversario de la Carta Magna" de los españoles

El largo camino hacia la Constitución de 1978 en España

Luis Negro Marco / Zaragoza




En el mes de julio de 1876, finalizada la tercera guerra carlista, y situado en el trono de España Alfonso XII, hijo de Isabel II, el político Cánovas del Castillo promulgaba una Constitución en torno a la cual se aglutinaban todas las tendencias de opinión monárquica. La Constitución de 1876 estuvo en vigor en España durante 47 años, siendo la más longeva que hasta ahora ha tenido el país; y su principal virtud consistió en que garantizaba la coexistencia pacífica de los partidos políticos, evitando los pasados errores del “exclusivismo” que habían llevado a Isabel II al destierro durante la Revolución liberal de 1868. Años más tarde (en septiembre de 1823) y ya con Alfonso XIII en el poder,  el general Primo de Rivera daba un golpe de Estado, estableciendo una Dictadura militar que dejaba en suspenso (pero no cancelaba) la Constitución de 1876. Dos años después, en 1925, “el cirujano de hierro” apuntalaba su prestigio dirigiendo el desembarco de tropas hispano-francés en la bahía de Alhucemas, hecho de armas que precipitó la rendición del rebelde  Abd-el-Krim en 1926, y con ella el final de de la larga y sangrienta guerra de España en MarruecosNo obstante, en 1928, y ante el creciente
Año 1915; celebración festiva de de familias carlistas en la localidad
aragonesa de Villarroya
desconcierto de la población (el político
Cambó había tildado a la Dictadura de “Sindicato de egoísmos”) Primo de Rivera ordenó a la Asamblea Nacional (en realidad una imitación del Gran Consejo fascista de Mussolini) la redacción de una Constitución, que en realidad fue una “Carta Otorgada”, es decir, no  emanada de la soberanía popular. Eso aceleró la caída de la Dictadura, que culminó con la dimisión de Primo de Rivera (se retiró a París, muriendo allí pocos meses después) el 29 de Enero de 1930Y faltaba también poco para la llegada del final de la monarquía alfonsina en España, que se produjo tras el arrollador triunfo de las candidaturas republicanas en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931; dos días después, el 14 de abril, Alcalá Zamora anunciaba desde el balcón de la madrileña Puerta del Sol el advenimiento de la II República. Y con ella una nueva Constitución para España, que se promulgó el 9 de diciembre de 1931. El texto acometía grandes reformas en terrenos tan importantes como el de la Agricultura, la Iglesia (el artículo 26 separaba claramente la Iglesia del Estado), La Educación, el Ejército, la Justicia o los Estatutos de Autonomía.

 ----------------------------------------------------------------------------------------------------


La Constitución republicana de 1931 permaneció vigente  hasta el 1 de abril de 1939, finalizada la guerra civil, al ser abolida por Franco, quien como “Caudillo de España por la Gracia de
Maniobras de tropas de caballería en las inmediaciones de la
localidad zaragozana de Ateca en torno al año de 1916
Dios
”, inauguró en aquel año una larga dictadura  de 36 años que no finalizó  hasta su muerte, en noviembre de 1975. Durante el franquismo el Estado se rigió de acuerdo al “Fuero de los Españoles”, formulado en 1945 como una Carta de Derechos para dar apariencia democrática ante los aliados victoriosos de la II Guerra Mundial; sin embargo este Fuero no proporcionaba ninguna salvaguarda legal a la ciudadanía, de manera que según alguno de ellos declaró: “con Franco los ministros eran como “reyes” dentro de su propio ministerio pero verdaderos “sacristanes” en relación con el Caudillo”.

 Pero un grave suceso acaeció el 20 de diciembre de 1973, cuando la banda terrorista ETA asesinó al almirante Carrero Blanco en Madrid, nombrado seis meses antes primer ministro de la Dictadura. El “Régimen” languidecía y se aproximaba a su final. De este modo, el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco, Juan Carlos I era coronado rey de España, iniciándose la Transición democrática, que abría las puertas a la libertad y la esperanza. Con la Transición, se creó un espacio nuevo de consenso histórico que posibilitó (siendo Adolfo Suárez el Jefe de Gobierno) la celebración de un referéndum en diciembre de 1976 por el que se aprobó la Ley para la Reforma Política de EspañaSin embargo, meses antes de este referéndum, el 9 de mayo de 1976, se habían producido los graves sucesos de “Montejurra” (monte navarro al que los carlistas habían acudido en número de miles a su celebración anual). Aquel día terroristas afines a la rama ultra de los carlistas (los partidarios de Sixto de Borbón-Parma, hermano del pretendiente Carlos Hugo) asesinaron a sangre fría a
Portada del libro "la larga marcha 
hacia la Monarquía", escrito en
1979 por el político español Laureano
López Rodó

dos de los partidarios de éste último, hiriendo de gravedad a varios más. No fue el único acontecimiento relevante de aquel año, pues fue también en
1976 –camuflando su apariencia bajo una estrafalaria peluca– cuando Santiago Carrillo entró clandestinamente en España, siendo pronto detenido por la Policía.
  Así que, muy lejos aún lejos de alcanzar una cierta estabilidad, el 24 de enero de 1977, terroristas de extrema derecha asesinaron en su despacho en Madrid a cinco abogados laboralistas próximos al Partido Comunista; un trauma que conmocionó a España, que temió el regreso a los peores momentos de la represión política. Sin embargo, Suárez no estaba dispuesto a ceder a ningún chantaje y el 9 de abril de 1977 posibilitaba la legalización en España del Partido Comunista, celebrándose dos meses después las primeras elecciones democráticas en el país desde 1936.
  Finalmente, el 6 de diciembre de 1978 los españoles aprobaban mediante referéndum, la actual Constitución española.  La Carta Magna establece a España como una Monarquía constitucional y un Estado autonómico, cristalizados en un régimen democrático estable y plural, que a lo largo de 35 años ha ido convirtiendo a nuestro país en una más de las naciones relevantes de Europa, recobrando también un destacado papel intercontinental, especialmente en cuanto a las relaciones con los países de habla hispana se refiere, con quienes nos unen no solo fuertes lazos culturales sino también dinámicas y robustas relaciones económicas. Desde aquel histórico 6 de diciembre de 1978 ha sido mucho el camino que se ha recorrido en España y (en vista de la grave crisis por la que actualmente está atravesando la nación) mucho aún es el camino que queda por recorrer, pero siempre por la senda de la Democracia.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

27 de Noviembre, celebración del patrocinio de san José de Calasanz; en otros años, Día del Maestro en España

San José de Calasanz, pionero de la Pedagogía moderna

Luis Negro Marco / Zaragoza

"Última Comunión de san José de Calasanz". Cuadro pintado por Goya en 1819 que se
conserva en el colegio de los Padres Escolapios en Madrid

Hoy se celebra el Patrocino del pedagogo y santo aragonés José de Calasanz (Peralta de la Sal, 1557 - Roma, 1648) quien además de ser el fundador de las Escuelas Pías, revolucionó la Educación al abrir en el año 1597, en Roma, la primera escuela popular y gratuita de Europa dirigida a la infancia y juventud sin recursos. Canonizado en 1767 por Clemente XIII, Pío XII lo declaró en 1948 Patrón universal de las Escuelas Cristianas en reconocimiento a su labor pedagógica. Porque José de Calasanz (católico) junto a su coétaneo, el obispo protestante checo Comenius (1592-1670) son las figuras más signiticativas de la historia de la Educación a nivel mundial. Pero la revolución educativa llevada a cabo por el aragonés sería difícil de entender sin tener en cuenta el marco histórico en el que se desarrolló su vida. Y es que la Historia de Europa tuvo un antes y un depués a partir del Concilio de Trento (1545-1562) y la reacción católica (Contrareforma) a la Reforma Protestante del teólogo alemán Martín Lutero. Un tiempo de cambios absolutos en cuanto a conocimientos, descubrimientos y creencias, marcado en España  por el reinado  de Felipe II (1527-1598) consolidador de la Monarquía Hispánica y férreo defensor de la religión Católica frente a sus corrientes reformadoras.Una vez finalizados sus estudios de Filosofía y ordenado sacerdote, José de Calasanz pasó a ejercer su ministerio en los obispados de Lérida y Urgel, siendo en Tremp, una de las localidades catalanas a ellas adscritas, donde el santo de Peralta fue consciente de la importancia de la Enseñanza como pilar fundamental para el desarrollo de la justicia social en las naciones modernas. Sin embargo, cuando en 1592 se embarcó hacia Roma, eran bien otros los propósitos que le movían, pensando que en “La Ciudad Eterna” le sería más fácil obtener los cargos eclesiásticos que ansiaba. Mas la realidad que allí encontró José de Calasanz estaba bien alejada de la púrpura y los blancos mármoles de los palacios renacentistas. Miles de niños y jóvenes, buena parte de ellos huérfanos, vagabundeaban por las calles de Roma, víctimas de la miseria y el hambre. De este modo, las ideas educativas  que ya había acariciado en España, asaltaron de nuevo su mente: Si desde la infancia se educa a un niño en la Piedad y en las Letras, se le asegura un camino de felicidad para el resto de su vida”. Fiel a esta premisa, José de Calasanz abría en 1597, en la iglesia romana de “Santa Dorotea”, la primera escuela pública, popular y gratuita de Europa, destinada exclusivamente a la infancia sin recursos, como bien atestiguó el historiador alemán Ludwig
El Padre General de las Escuelas Pías, Pedro Aguado, recibe el saludo del Papa
Francisco en la Plaza  de San Pedro, en Roma, durante la audiencia que el pasado
23 de Noviembre dispensó a los Superiores Mayores de las Órdenes Religiosas
von Pastor (1854-1928) en su “Historia de los Papas”. Curiosamente fue en el mismo año de 1597 cuando fallecía el también clérigo oscense Pedro Cerbuna Negro (natural de Fonz) quien en 1583 había abierto las puertas de la Universidad de Zaragoza. Para Calasanz la reforma de la sociedad se basaba en la Educación y la Docencia, porque al igual que la levadura para el pan, las ideas adquiridas a través de la Educación, son la semilla para el desarrollo justo de las naciones. En cuanto a los docentes, pensaba que el maestro es quien da categoría a la Escuela y su figura la define de manera magistral como “Cooperador de la Verdad”. El aragonés partía además de la triste realidad  de que, prácticamente en todas las naciones de su tiempo, los pobres conformaban la mayoría de la población. Y teniendo en cuenta que los niños son quienes más sufren la pobreza, y en defensa de sus derechos, escribió: “Que los muchachos tengan un maestro competente que les enseñe la escritura y el cálculo para que puedan abrirse más fácilmente paso en la vida"La Escuela popular y gratuita de carácter cíclico (Educación Primaria, Media y Secundaria), basada en rigurosos planes de estudios y una Metodología de aprendizaje preferentemente intuitiva, fue un principio pedagógico revolucionario, de san José de Calasanz,  nunca hasta entonces formulado. Revolucionario también porque Calasanz contó entre los maestros de sus escuelas, con escolapios discípulos del astrónomo italiano Galileo Galilei (1564-1642) quien hubo de responder ante la Inquisición por su defensa del Heliocentrismo; Tribunal, ante el cual, también Calasanz hubo de comparecer (saliendo totalmente absuelto) denunciado por quienes, renuentes al cambio social, denunciaron la revolución pedagógica propugnada por él.Con todo esto y deseoso de consolidar su obra pedagógica, el santo aragonés estableció en la Iglesia un vasto organismo docente, cuyos miembros se comprometieran a enseñar gratuitamente la piedad (o lo que es lo mismo, los valores basados en la Fe cristiana) y las letras (asignaturas y materias necesarias para la formación y capacitación profesional) a cuantos niños llamaran a las puertas de sus escuelas. Fue así como en 1617 el Papa Paulo V aprobaba la “Orden de las Escuelas Pías”, fundadas y basadas en las Constituciones que redactó san José de Calasanz. De este modo, pronto le llovieron al pedagogo aragonés peticiones de toda Europa para que llevase su reforma más allá de los Apeninos y los Pirineos. Así en 1614 le llegaba a Calasanz, desde la zaragozana localidad de Ariza, una carta del marqués Jaime de Palafox, en la que le pedía fundase en Aragón las Escuelas Pías. No pudo ser entonces, pero sí fue una localidad aragonesa –Barbastro– la que en 1677 acogió a la primera escuela popular y gratuita (abierta por los Padres Escolapios) de toda España. El pintor aragonés Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746Burdeos, 1828) exalumno del colegio de los Escolapios de Zaragoza, recibía en 1819 un especial encargo de los Escolapios del madrileño colegio de “San Antón”: pintar un óleo de san José de Calasanz, para la iglesia del citado colegio de Madrid, con la finalidad de perpetuar la memoria del fundador. Goya retrató a su paisano, ya más que nonagenario, rodeado de niños y próximo a su muerte, en una escena que constituye, quizás, la mejor pintura religiosa de la Historia del Arte: “La última comunión de san José de Calasanz”.