domingo, 5 de abril de 2020

"Operación Balmis" contra el coronavirus

Ahora todos somos uno
Más que nunca tenemos que protegernos para proteger y en esta misión tenemos asegurada la victoria


24/03/2020

Existe un axioma según el cual cuanto más difíciles han sido los momentos en la historia de la Humanidad, mayores han sido también las muestras de ayuda desinteresada, altruismo y solidaridad de las personas. Por lo que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el cariño y el amor son la gran e ineludible verdad sobre la que se sustenta la inigualable belleza de la naturaleza humana.

La actual situación de emergencia sanitaria que hay en España provocada por el coronavirus (covid-19) es una buena muestra de ello. Todos los días estamos viendo las grandes muestras de agradecimiento con las que la población española obsequia a todo el personal sanitario, así como las manifestaciones de reconocimiento que ofrenda a los transportistas y a todas las personas que, día a día, siguen trabajando en los supermercados y en el sector de la alimentación, asegurando de este modo que todos los hogares sigan igual de abastecidos que antes de la crisis. Con un especial recuerdo y apoyo a nuestros mayores y a cuantas personas están a su cuidado, dignificando unos y otros no solo su vida, sino también la del conjunto de la sociedad.

Sin embargo, y felizmente, no acaban aquí las manifestaciones de gratitud. Existen muchas más. Pero quiero centrarme ahora, especialmente, en un caso que considero de especial interés, puesto que proviene de la juventud, y particularmente, de la juventud aragonesa. Me refiero, en concreto, a una serie de emotivas cartas que, dirigidas a los militares españoles y escritas por jóvenes estudiantes de nuestra tierra, están siendo publicadas durante los últimos meses en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, cuyo director es Nicolás Espada, dentro de su magnífico suplemento semanal El Periódico del estudiante que coordina la periodista Laura Rabanaque. Y lo más destacable: todas estas emotivas cartas finalizan con muestras de agradecimiento hacia los militares españoles y con la palabra «gracias».

Con gran atención las he ido leyendo, y en todas y cada una he podido constatar una claridad expositiva, una sensibilidad narrativa y tal profundidad de conocimientos de la cultura militar, que denotan en sus jóvenes autores (Carmen, Rocío, Jaime, Marta o Paola, entre otros) un sincero reconocimiento al valor y a la labor que desarrollan nuestras Fuerzas Armadas, así como un auténtico sentimiento de pertenencia a ellas, pues todos y cada uno de nosotros servimos al bien común de España.

Y en el caso de nuestros jóvenes, estamos hablando de una juventud que, a pesar de ser la gran ausente en los medios de comunicación (salvo meritorias excepciones, como en el caso de este periódico) demuestra un alto grado de formación y calidad humana. Ellos son la mejor prueba de que tenemos ante nosotros un futuro prometedor.

En sus entrañables Cartas a un militar, los jóvenes aragoneses, además de mostrar un reconocimiento a las Fuerzas Armadas, recuerdan también que gracias a su labor secular se lograron importantes avances en la ciencia y en la medicina.
De hecho, se debe a un militar aragonés, el comandante médico Fidel Pagés Miravé (1886-1923) la invención de la anestesia epidural que actualmente se aplica a muchas madres en el momento de dar a luz. Y del mismo modo, el médico militar navarro Nicasio Landa (1830-1891) fue el inventor, en 1865, de un mandil de socorro para el ágil transporte de heridos en combate hasta los hospitales de campaña, el cual –durante décadas– fue decisivo para que las vidas de muchos soldados fueran salvadas.

Soldados de la UME desplegados,con equipos de desinfección, en la Plaza de España de Zaragoza.- Foto Ángel de Castro / El Periódico de Aragón.- 23 de marzo de 2020
Asimismo, es relevante destacar el hecho de que el actual despliegue de nuestras Fuerzas Armadas, ordenado por el Gobierno de España para proteger el bienestar y la salud de toda la ciudadanía, lleve el nombre de Operación Balmis. Un reconocimiento al médico y cirujano militar español Francisco Xavier Balmis y Berenguer (1753-1819) quien desde 1803 y hasta 1806 –bajo los auspicios del rey de España Carlos IV– dirigió la Real expedición filantrópica de la vacuna contra la viruela a lo largo de la América hispana, Filipinas, Cantón, Macao y, de vuelta a España –completando con su llegada a nuestro país la vuelta al mundo– la isla inglesa de Santa Elena.

Una universal y pionera campaña de vacunación (considerada por la OMS como la primera misión internacional de carácter sanitario en el mundo) a la que también va intrínsecamente unido el nombre de la enfermera gallega Isabel Zendal Gómez (nacida en 1773, y cuya fecha de fallecimiento en Méjico se desconoce), así como los de los veintidós niños españoles que estuvieron a su cargo durante las innumerables travesías, portando las pústulas de la viruela en sus brazos (conocidos por ello como «los niños de la viruela») de la que se extraía la aguadilla de la vacuna para su eficaz aplicación.

Todo lo anteriormente expuesto evidencia que las Fuerzas Armadas no solo emanan de la sociedad sino que nacen con la vocación de estar a su servicio, procurar su bienestar y garantizar sus libertades y protección. Por todo lo cual, no es sino la manifestación de la más pura normalidad democrática el ver en las calles de nuestras ciudades y pueblos a los militares de la Legión, de la Infantería de Marina, y de la UME (la Unidad Militad de Emergencias, cuyo lema es precisamente Para servir) proporcionando tranquilidad y serenidad a la población, en estos momentos en que tanto se necesita.

Más que nunca, necesitamos protegernos para proteger y en esta inexcusable misión tenemos asegurada la victoria final, porque ahora todos somos uno, unidos por el cariño y el amor.


*Historiador y periodista

Ejército de España: Para servir a la sociedad


  Nuestro ejército  

En situaciones de crisis, es uno de los instrumentos de que dispone el Gobierno para hacerles frente

JAVIER FERNÁNDEZ
20/03/2020
La grave crisis sanitaria que estamos viviendo, pandemia según la OMS, nos tiene absorbidos de tal manera que se hace difícil tratar un tema que no sea ese. Yo, que intento ser prudente, no quisiera escribir sobre algo de lo que no sé casi nada, así que lo haré de un tema que tiene que ver con las decisiones que está tomando el Gobierno y con uno de los instrumentos de los que dispone para tratar de poner fin a la crisis. Tema del que, por razones obvias, sé algo.
En tiempos ordinarios se suelen escuchar frases del tenor: «Menos tanques y más escuelas». Una inmensa mayoría de ciudadanos la podría suscribir, pero en situaciones de crisis se pueden observar las cosas de distinta manera. Y el papel del ejército en nuestros días puede ser una de ellas. No puedo dejar de citar antecedentes históricos, como el larguísimo Gobierno del general Franco, para saber que en nuestro país no han sido muchas las simpatías a quienes hemos vestido el uniforme caqui.
Si hacemos un repaso, aunque sea somero, a los graves conflictos en el mundo, veremos que la lista es casi interminable. Guerras abiertas en Afganistán, Siria, Libia, Kurdistán y Yemen del Sur. Conflictos bélicos en Pakistán, India, Irak, Ucrania, Israel-Palestina. El eterno Líbano. La locura armamentística en Corea del Norte. Grupos armados en Indonesia y en buena parte de África. Desórdenes públicos de especial gravedad en Hong-Kong, Argelia, Bolivia, Ecuador, Chile, Colombia. Lo de Venezuela. El narco en México. Bolsonaro incendiando el Amazonas. Y en algunas ocasiones, de conformidad con instituciones supraestatales, especialmente la ONU, nuestros militares tienen que actuar para tratar de paralizar, o minimizar, parte de estos conflictos (guerras abiertas muchas veces). Tal como informa la web del Ministerio de Defensa, España tiene activas 17 misiones internacionales o de mantenimiento de la paz: Eurofor Althea, Bosnia Herzegovina; Colombia; Sea Guardian, Mediterráneo; SNMG/SNMCMG, OTAN, Mediterráneo Oriental; Letonia; Turquía, OTAN; Irak; Afganistán; Líbano; EUTMRCA, UE, Centroáfrica; Mediterráneo Sur, UE, Libia; Apoyo Aéreo, Gabón; EUTM, UE, Mali; Seguridad marítima, África Occidental; Piratería en el mar, Somalia; EUTM, UE, Interior Somalia; Apoyo Aéreo, Malí-Senegal.
Si en vez de posar nuestra vista en la actualidad lo hiciésemos en el pasado (siglos XIX y XX), solo en España, veríamos que los conflictos en los que estuvimos involucrados eran otros: guerra contra los franceses (1808-1814): guerras carlistas (1833-1839; 1846-1849; 1872-1876): la guerra de África (1859); las guerras en Cuba (1874-1884; 1886-1888; 1898); cantonalismo (1873-1874); guerras coloniales en Centro y Sudamérica: (1811-1898); conflictos en el norte de África: (1906, 1909, 1921, 1925); guerra civil (1936-1939).
Regresando a la actualidad y exclusivamente a nuestro país, los primeros militares a los que hemos visto esta semana por nuestras calles son los de la UME, una unidad muy joven, ya que fue creada en el 2005 por el Gobierno presidido por José L. Rodríguez Zapatero. Su cuartel general está en Torrejón de Ardoz (Madrid) y tiene, además de Cuartel General, Transmisiones y Escuela de Formación, cinco batallones situados en esa misma localidad, el primero, y los demás en: Morón (Sevilla), Bétera (Valencia), Zaragoza y San Andrés de Rabanedo (León). Su actual jefe es el teniente general Luis Manuel Martínez Meijide, con fuerte vinculación personal y familiar zaragozana, que ha sustituido recientemente a Miguel Alcañiz Comas, aragonés de Maella. No creo necesario explicar las labores de esta unidad puesto que es conocida por todos y, me atrevo a decir, que alabada por una inmensa mayoría. España no es el primer país que crea unidades específicas para trabajar en labores de protección civil ya que Francia, Canadá o Japón también las tienen.
Pero la UME no es la única unidad militar que puede participar en acciones concretas dentro del estado de alarma decretado por el Gobierno. Además de las más evidentes de policía, controlando ciertos desplazamientos, podrían actuar en funciones de desinfección de zonas especialmente contaminadas e, incluso, montando hospitales de campaña en casos de extrema gravedad. Tampoco debemos olvidar la posibilidad de utilizar medios militares en convoyes de transporte si fuese preciso abastecer de determinados productos estratégicos. Por supuesto que todo el personal sanitario militar está ya colaborando en las funciones que el Gobierno ha determinado.
No creo que sea bueno tratar de establecer listados de quienes más están trabajando en esta crisis, pero podría ser útil que hiciésemos un esfuerzo para analizar, ahora que tenemos tanto tiempo recluidos en casa, temas que de ordinario no centran nuestra atención. Y el ejército es uno de estos, su necesidad y funciones, a diario y en casos extraordinarios, en España y fuera de nuestras fronteras. Por supuesto que yo también prefiero más escuelas que cañones, aunque un Estado precisa de muchas cosas a las que, a veces, no les vemos la necesidad, pero la tienen. Y a las pruebas me remito.
*Militar. Profesor universitario. Escritor