miércoles, 21 de agosto de 2013

Santiago de Compostela, o el comienzo de España y Europa

Sobre la configuración secular de la simbología de Santiago de Compostela

Luis Negro Marco / Santiago de Compostela


Imagen de Santiago en la fachada de la plaza de A Quintana
de la catedral de Santiago de Compostela. En su mano izquierda,
y vestido de peregrino, sostiene un ejemplar de "El Códice
Calixtino"
.- Foto: Luis Negro Marco
Según la tradición, en el año 44 de nuestra Era, una vez decapitado el Apóstol Santiago, por orden de Herodes Agripa, su cadáver, fue  colgado en el desierto de Judá, en las afueras de Jerusalén, de donde sus discípulos lo robaron y embarcaron en el puerto de Joppe para una larga navegación a través del Mediterráneo que finalizó en el puerto gallego de Iria, próximo a la localidad coruñesa de Padrón, a su vez muy próxima a la actual Santiago de Compostela.

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El cadáver de Santiago, acompañado de sus apóstoles, llegó
a las playas de Iria, donde la reina Lupa les ofreció un lugar
para el reposo definitivo del santo.
En la imagen, playa del Vilar (Ribeira)
.-
Foto: Luis Negro Marco (febrero 2010)
Una vez en Iria, los navegantes se dirigieron a la señora de aquellas tierras, la legendaria reina Lupa, a quien pidieron un lugar que sirviera de sepultura para su maestro. La reina les donó un  campo próximo donde los discípulos de Santiago construyeron el sepulcro del Apóstol.  Dos de aquellos discípulos del Apóstol, Atanasio y Teodoro quedaron allí cuidando la tumba y a la comunidad cristiana surgida en aquel lugar, siendo los primeros obispos de la naciente diócesis de Iria.
 A partir del año 711, tras la invasión musulmana, se perdió toda pista sobre el lugar exacto donde se encontraba la tumba del Apóstol Santiago, hasta que en el año 829, el obispo de Iria, Teodomiro, dio con su paradero, noticia que hace llegar al rey Alfonso II “el Casto”, quien apoyó la idea de construir allí un monasterio y un santuario nuevos donde custodiar las venerables reliquias, de transcendental importancia para la Cristiandad. El obispo de Iria, para dar cumplimiento a estos deseos, trasladó entonces su residencia al lugar de
Estatua dedicada, en Santiago de Compostela,
al rey Alfonso II el Casto, el primer peregrino.

Foto: Luis Negro Marco
la tumba del Apóstol, que llamó San Jacobo (actual Santiago de Compostela) donde construyó la primera iglesia (hoy convertida expresión máxima de belleza catedralicia)  que se ha convertido en uno de los tres más importantes centros de peregrinaje mundial (los otros dos son Roma y Jerusalén) de la Cristiandad.

La iconografía original de Santiago se centró en la figura del peregrino, y hasta comienzos del siglo XVI, se generalizó un tipo combinado de peregrino y apóstol, con túnica y pies descalzos. A partir del XVI, aparece la imagen de Santiago exclusivamente como peregrino, vestido con gorro, capa y cayado, calabaza para portar el agua, y las conchas  prendidas en sombrero y hombros de la capa, y tras la Contrarreforma cobró auge la representación de Santiago exclusivamente como Apóstol.
  Respecto a la iconografía del “Santiago Matamoros”,  la misma tiene su origen en la legendaria batalla de Clavijo, acontecida en un lugar próximo a Logroño, en el año 834. La intervención de Santiago habría sido decisiva, otorgando la victoria a los cristianos, y poniendo fin al  tributo de las cien doncellas que los árabes les reclamaban anualmente. La primera referencia escrita de la batalla de Clavijo es obra de Rodrigo Jiménez,  arzobispo de Toledo, e historiador del siglo XII. El historiador tomó como fuente el “Voto de Santiago” redactado en 1125, y que se conservaba en la iglesia compostelana. En realidad, un falso documento según el cual Santiago intervino en favor de Ramiro I en la Batalla de Clavijo. En virtud de esta intervención se establecía el “Voto de Santiago” o de la “Donación de vino y cereales a la Iglesia de Compostela”, en prueba de pago por la ayuda recibida. 
Pronto se generalizó la representación de Santiago, soldado de
la Cristiandad, a lomos de un blanco corcel.
- Foto: Luis Negro
En cuanto a la imagen de Santiago a caballo, esta es similar a la de otros santos caballeros, como san Jorge, san Demetrio o san Milán. Cabalgando sobre un hermoso caballo blanco y ondeando en su diestra una bandera blanca, simboliza a los ejércitos del cielo. La primera representación de “Santiago Matamoros” aparece en el año 1220 en el tímpano del crucero de la catedral de Santiago de Compostela, en una escena que reproduce la mítica batalla de Clavijo. Asimismo, la supuesta aparición del santo en otras batallas frente a los musulmanes, favorables siempre para los cristianos, fue la razón principal para que Santiago fuese designado Patrón de España.
Losa de la plaza del Obradoiro que recuerda que el Camino de
Santiago es un itinerario cultural europeo, según decreto del
Consejo de Europa del año 1987
.- Foto: Luis Negro Marco
Pero será a partir del siglo XVI cuando la figura de Santiago esté fuertemente arraigada con la Monarquía hispánica, y los ejércitos de la nación, invocando al santo, generalizarán como grito de guerra, al entrar en combate, el breve y lacónico “¡Santiago, y Cierra, España!”, que aparece también citado en el Quijote dos veces, una de ellas cuando Sancho inquiere a su señor Don QuijoteQuerría que vuessa merced me dijesse qué es la causa por que dicen los españoles cuando quieren dar alguna batalla, invocando aquel San Diego Matamoros:  “Santiago, y cierra España”. 

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