domingo, 5 de julio de 2015

P. Ignacio de Nicolás, escolapio: Comentario al Evangelio del domingo, 5 de julio.

Firmas invitadas
 (P. Ignacio de Nicolás, escolapio)

XIV Domingo del tiempo ordinario: Jesús en su tierra  
(Mc 6, 1-6.- Lugares paralelos: Mt 13, 53-58 y Lc 4, 16-30)) 

-----------------------------------------------------------------------------------


P. Ignacio de Nicolás, escolapio

La Patria: Y salió de allí y vino para su patria [eis tën patrida <3968>] y lo acompañan sus discípulos (1). Et egressus inde abiit in patriam suam et sequebantur illum discipuli sui. El lugar en que Jesús estaba era Cafarnaún, donde acababa de resucitar a la hija del arquisinagogo Jairo. La Patria según Marcos era Nazaret de donde Jesús toma el nombre, aunque Mateo y Lucas narran que Él nació en Belén y qe poco después se trasladó a Nazaret donde vivió su infancia y gran parte de su vida adulta. La palabra no tiene el significado de lugar de nacimiento, sino del lugar donde su vida se había desenvuelto durante la mayor parte de su historia. Tanto Mateo como Lucas, ambos que afirman el nacimiento de Jesús en Belén, hablan de Nazaret como siendo la patria de Jesús. Mateo 13,14 dice: y viniendo para si patria [patrida] y Lucas 4,23: los nazarenos preguntaban: haz en tu patria las cosas que oímos que hiciste en Cafarnaún. Nazaret era pues reconocida como patria de Jesús hasta por los habitantes de la villa. De este reconocimiento y de las propias palabras de Jesús adulto, deducen los comentaristas modernos que Jesús no nació en Belén y que los dos relatos de su infancia eran una especie de Midrash [interpretación libre y con narraciones que pueden ser inventadas de la Escritura] o Mashal [ejemplos, parábolas, fábulas, e historias más o menos edificantes] para poder acomodar su nacimiento y a las antiguas Escrituras. Jesús fue apellidado el Nazareno en el primer discurso de Pedro (At 2,22) y Él mismo cuando se presenta a Pablo en el camino de Damasco y éste le pregunta: quién eres tú, Señor. La respuesta es: Yo soy Jesús el Nazareno [o Nazaraios]. Antes de ser llamados cristianos, los discípulos de Jesús fueran llamados  nazarenos (At 24,5). El adjetivo tiene en griego dos etimologías: Nazarenos <3479> y Nazaraios <3480>. La primera fórmula es usada solo por Marcos y Lucas y la segunda por Mateo, Marcos, Juan y Hechos. Según Juan el título de la cruz era Nazaraios (18,10) y lógicamente éste era el nombre oficial. En tiempos de Jesús Nazaret tenía 300 habitantes aproximadamente. Hoy es una ciudad con
Ceremonia de inauguración de la parroquia
de barrio de Biyendem, en la ciudad de
Bata (
Guinea Ecuatorial).- Mayo de 2012.-
Foto: Luis Negro Marco
mayoría cristiana de 25.000  habitantes. 
La Sinagoga: Y llegando el sábado, comenzó en la sinagoga a enseñar y muchos, oyendo, se admiraban diciendo: ¿Dónde a éste tales cosas (sic) y qué sabiduría la dada a Él, porque también poderes tales son hechos por sus manos? (2). Et facto sabbato coepit in synagoga docere et multi audientes admirabantur in doctrina eius dicentes unde huic haec omnia et quae est sapientia quae data est illi et virtutes tales quae per manus eius efficiuntur. La palabra sinagoga es de origen griego. La sinagoga [beit Knesset en hebreo, casa de reunión, o también casa de oración] era una construcción común en todos los lugares donde hubiese más de 10 hombres. En el centro del edificio que servía además de casa de reunión, de casa de oración [beit Tefilá]y de casa de estudios [beit Midrash] estaba el Al Memor, una mesa elevada, donde era leída la Torah . Existía un estrado y un púlpito para el cantor. En la frente del arca sagrada [Aron Hakodesh] donde se conservaban los manuscritos de la Ley, estaba la lámpara eterna [NerTamid]. Y se encontraban como motivos decorativos, las tablas de la Ley, el Maguen Davi  formado por dos triángulos entrelazados, y algunas escenas bíblicas. En algunas estaban grabadas las palabras de Isaías: Mi casa será casa para todos los pueblos (56,7). La función principal de la sinagoga era el oficio del sábado para adorar a Dios, escuchando la palabra de la Torah (At 15,21). Los hombres estaban separados de las mujeres por una celosía. El rito del sábado consistía en la oración del Shemá, la oración de las 18 bendiciones y la lectura de la Ley, hecha por diversos lectores, que comenzaba y terminaba con una acción de gracias. Finalmente, la lectura de los Profetas [Haftará = conclusión]. Después de esta lectura, uno de los presentes hacía una exposición sobre ella. El culto terminaba con una bendición pronunciada por un sacerdote, caso hubiese alguno presente a lo que la congregación respondía: Amém. Anteriormente, Jesús había usado este privilegio para enseñar en la sinagoga de Cafarnaún (Mc 1,21-22). Los asistentes se admiran de dos cosas: la sabiduría de quien no tuvo maestros y era, como ellos, un hombre del pueblo, y el poder que había demostrado en Cafarnaún. Al apelar para las manos, indica que esta manera, la imposición de las mismas sobre los enfermos, era la forma común de curar usada por Jesús. No los ungía como los apóstoles acostumbraban a hacer en su misión encomendada por Jesús (Mc 6,13).  

FRASE: Protégeme Señor de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe, de la grandeza que no se inclina delante de un niño   (Khalil Gibran, +1931).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.