martes, 11 de junio de 2019

Malabo, perla de África, corazón de Guinea Ecuatorial


Ecos de Malabo

Portada de la revista "La Gaceta de
Guinea Ecuatorial
" (meses de enero
y febrero de 2019) en cuyo número
fue publicado este artículo.
Luis Negro Marco

 El de este artículo, es a su vez el título del libro del escritor Maximiliano Nkogo Esono (natural de Nfulunkok –Evinayong–), titulado “Ecos de Malabo”, publicado en 2009. Un libro en el que, como ya hiciera en sus libros anteriores, “Adjá-Adjá y otros relatos” y “Nambula”, el escritor pone de manifiesto que el sentido del humor es compatible con la ternura  y la complejidad narrativa que entraña todo buen relato literario, propio de los grandes autores, como es el caso de Maximiliano Nkogo.

Malabo, la perla del Golfo de Guinea
Catedral de Santa Isabel; Malabo, Fue construida entre
1897 y 1916 en estilo neogótigo. Constituye uno de
los edificios más representativos de la ciudad.
L.N.M.
En la Exposición Iberoamericana inaugurada en mayo de 1929 y que se instaló por espacio de más de un año  en la ciudad española de Sevilla, El Gobierno de España presentó un libro sobre los “Territorios españoles del Golfo de Guinea” en el que refiriéndose a la isla de Fernando Poo (actual Bioko), decía:  “A 17 días de navegación desde Barcelona, y a 13 desde las islas Canarias (a marcha de 10 millas náuticas por hora), con una superficie de 2.071 kilómetros cuadrados, un poco mayor que la provincia española de Guipúzcoa, está situada la isla de Fernando Póo (actual Bioko), en el Golfo de Guinea. El paralelo 3º 30´ (tres grados, treinta minutos) de latitud norte la atraviesa por su mitad”. La isla de Bioko dista 236  kilómetros (128 millas náuticas) de Bata, la capital continental de Guinea Ecuatorial; asimismo, muy próxima a Nigeria, la distancia entre Malabo y la ciudad de Port Harcourt es de 225 kilómetros, mientras que tan solo 114 kilómetros separan a la capital de Guinea Ecuatorial de Douala, la capital financiera de Camerún.

  Refiriéndose a la ciudad de Santa Isabel (actual Malabo), el libro al que antes hacíamos referencia exponía que en 1929 la ciudad de Santa Isabel contaba con 5.000 habitantes, y la definía como una de las más importantes urbes del Golfo de Guinea: “Santa Isabel [Malabo] es una ciudad que sorprende y cautiva desde el primer momento al visitante; la ciudad se
“Plaza de la Mujer”, inaugurada en junio de 1999 con motivo de la celebración del Congreso de la CEMAC, que aquel año se desarrolló en Malabo. El 8 de marzo, día internacional de la mujer,  es jornada festiva en Guinea Ecuatorial.-           Foto: Luis Negro
diferencia grandemente de los otros espacios coloniales del Golfo de Guinea, en cuyo trazado se ha atendido menos a los pequeños detalles que hacen la vida grata. De manera que, por su belleza y urbanización, Santa Isabel podría llegar a ser un importante centro de atracción en el Golfo de Guinea.
Edificio de la Antigua Cámara de Representantes del Pueblo, bello ejemplo del neoclasicismo modernista colonial.-                                                                       Foto: Luis Negro
Hasta febrero de 1843 la actual Malabo tuvo el nombre de “Clarence”, el cual se lo habían dado los ingleses, quienes al igual que los portugueses, habían realizado asentamientos y
La figura del Monte Basilé (3.011 metros de altitud
la cima más alta de Guinea Ecuatorial, se alza sobre
el trazado urbano de Malabo, en este imagen
tomada desde el Centro Cultural de España.

Foto: Luis Negro
prolongadas ocupaciones en la isla de Bioko. Pero en el citado año de 1843 llegaba a la isla el Comisario Regio de España, el oficial Juan José de Lerena, a bordo del bergantín “Nervión”, y rebautizaba a la ciudad con el nombre de “Santa Isabel”, en honor de la entonces reina de España Isabel II. Años después, a partir de 1858, bajo la acción del Gobernador español Carlos Chacón, España fijó en la ciudad de Santa Isabel el Gobierno General
  y el centro administrativo de los Territorios españoles del Golfo de Guinea. La ciudad pasó a llamarse Malabo en 1973, en honor a un antiguo jefe bubi que se llamaba así: Malabo Löpèlo Mëlaka, de la dinastía Bahítáari, del pueblo Bubi, que nació en 1837 en el mismo lugar donde  los ingleses fundaron la ciudad de Clarence.

Recuerdos de España
La “Casa de las Bolas”, otro hermoso ejemplo de arquitectura colonial española en Malabo.                                                                                                                                 Foto: Luis Negro
Todavía a día de hoy son muchos los barrios de Malabo que se asemejan a los de las ciudades españolas de Andalucía. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la actual isla de
Hermoso vestíbulo del “Centro Cultural Ecuatoguineano” en Malabo,  inaugurado en 2011. Desde sus inicios, el CCE desarrolla una intensa labor cultural, organizando exposiciones, conferencias, talleres de música y bailes, promoción de las diversas culturas tradicionales de Guinea Ecuatorial, y cursos de sus distintas lenguas vernáculas. Además, el centro actúa como sede de actividades culturales de ámbito nacional, como el “Festival de Cine Itinerante Sur-Sur” o el “Festival Internacional Malabo Hip Hop”. Desde julio del pasado año, el CCE ofrece también, en virtud del convenio suscrito con CITGE, servicio de wifi libre y gratuita a sus usuarios.          Foto: Luis Negro
Bioko fue durante siglos un emplazamiento muy transitado por los barcos europeos (portugueses, ingleses, franceses, alemanes, holandeses y españoles) que comerciaban con las Antillas, lo que se transluce en el atractivo carácter cosmopolita que caracteriza  a la armoniosa –la vez que diversa–  arquitectura, edificios, jardines y monumentos de Malabo. Pero del conjunto histórico de la ciudad, lo que más sorprende y llama la atención al viajero por su siempre Art Déco­– que edificaron en Malabo los españoles. Edificios con soportales en madera y con amplias galerías y ventanales, que tanto semejan a las “haciendas” españolas con profusión de macetas y flores en sus fachadas, adornadas con balcones guarnecidos con artísticas barandillas en hierro forjado.
Mercadillo de frutas y verduras en uno de los barrios de Malabo.-              Foto: Luis Negro
 El trazado de las calles de Malabo es armonioso, al modo de las manzanas de Nueva York o del Ensanche de Barcelona, realizado por el urbanista Ildefonso Cerdá a finales del siglo XIX. En todas sus calles, Malabo se muestra como una ciudad llena de vida y belleza en la que, a cada instante –en sus plazas, jardines y parques– brotan los recuerdos de su intenso pasado, a la vez que pedagógicos fragmentos de la que ha sido y sigue siendo, apasionante, cosmopolita y universal historia. 


Azulejos en cerámica de Talavera de la Reina. Arriba, detalle de un banco (en las inmediaciones de la catedral de Malabo) con el escudo de las que fueron posesiones españolas en el Golfo de Guinea, y con escenas del Quijote. A la izquierda, detalle de un banco (a la entrada del Ministerio de Agricultura), en Malabo, con escenas de homenaje a la naturaleza y a la vida cotidiana de Guinea Ecuatorial. Estas magníficas obras de arte fueron realizadas en 1938 por el reconocido ceramista español Juan Ruiz de Luna (1863-1945), quien un año después de realizar estas magníficas piezas para la ciudad de Malabo, decoró con azulejos, recreando escenas de la vida del rey español Felipe II, el “Palacio de Pimentel”, situado en la ciudad española de Valladolid. Edificio en donde nació (en el año 1556) el monarca español.  Fotos: Luis Negro






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